sábado, 29 de enero de 2022

N.E.V.E.R.M.O.R.E.

Idea y creación: Chévere. Dramaturgia y dirección: Xron.
Producción: Chévere y Centro Dramático Nacional
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on Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, Manuel Cortés, Mónica García, Arantza Villar, Borja Fernández.

29 de enero de 2022. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 110’ aprox.

En noviembre 2002 el Prestige se rompió frente a las costas gallegas. Las dudas de las administraciones sobre cómo afrontar aquel accidente hicieron que la tragedia fuera aún mayor. Quienes no tuvieron dudas fueron los miles de voluntarios que se pusieron inmediatamente manos a la obra. Y los miles de gallegos que se identificaron con la consigna Nunca máis

Tras Eurozone y Curva España los del Chévere lo han vuelto a hacer. Han conseguido que estas casi dos horas de teatro documental muy intencionado cautiven la atención del público ante una propuesta de ejecución arriesgada y enfoque militante. Lo segundo resulta catártico para cualquiera que recuerde las imágenes de aquella catástrofe o a Rajoy hablando de hilillos. En cuanto a lo primero, la idea de rescatar testimonios de aquellos días y darles forma de programa radiofónico hace que este documento irónico e hiperrealista adquiera una vivacidad impresionante gracias al trabajo de estos seis intérpretes que tienen una sintonía y una compenetración que parece vicaria de la que, como gallegos, debieron vivir hace veinte años. Recuperar la intrahistoria de aquella catástrofe es una experiencia escénica memorable que ayuda a entender algunas de las cosas que pasaron. Y que no deberían suceder nunca más.

 Programa de mano

sábado, 22 de enero de 2022

Torquemada

Basado en la tetralogía de las novelas de Torquemada de Benito Pérez Galdós. Versión: Ignacio García May. Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente.
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on Pedro Casablanc.

22 de enero de 2022. Teatro Jovellanos, Gijón. 80’ aprox.

Torquemada en el purgatorio, Torquemada en la hoguera, Torquemada en la cruz y Torquemada y San Pedro. La historia de Francisco Torquemada a partir de las cuatro novelas de Galdós. Su ambición desmedida, su presencia agreste, sus paternidades traumáticas y finalmente su conversión, más financiera que teológica.

Desde que Pedro Casablanc atraviesa el patio de butacas y sube al escenario sabemos que el monólogo será memorable. Quien lo ha visto en otros anteriores como José K. torturado o Hacia la alegría, o en casi monólogos como Ruz-Barcenas o Yo, Feuerbach, sabe que se trata de un actor descomunal. Así que Torquemada es el personaje ideal para alguien que, solo con su voz y su fuerza interpretativa, es capaz de imponer el silencio más expresivo en cualquier teatro. En la magnífica adaptación teatral que Ignacio García May ha hecho de las novelas de Galdós, Pedro Casablanc se convierte en un intérprete mutante que es capaz de encarnar a la tía Roma, a Valentinito, a los miembros de la familia Águila (Rafael, Cruz y Fidela), al misionero Gamborena y al propio Francisco Torquemada cambiando a velocidad de vértigo la voz, el rostro (más que el gesto), el cuerpo (más que el ademán) y hasta el aura de esos personajes. De hecho, uno sale del teatro pensando que no ha asistido a un monólogo del gran Pedro Casablanc sino a una obra coral a cargo de varios intérpretes que tienen su mismo nombre. Pero, además de un texto tan inspirador como el de Galdós, una adaptación tan impecable como la de García May y un actor tan extraordinario como Casablanc, para que Torquemada sea una obra mayúscula tiene que haber también un director como Juan Carlos Pérez de la Fuente que ha sabido encontrar el tono, la atmósfera, el brío, el estruendo y la luz que requiere una historia tan relevante como esta. Una obra en la que el espectador puede encontrar lecciones para el presente sin que ni el texto ni la dirección caigan en la tentación de los subrayados extemporáneos. Con una poética muy distinta, pero también sobresaliente, Juan Carlos Pérez de la Fuente ya nos había maravillado en Tarde te amé. Confesiones de San Agustín, aquella experiencia escénica y musical que pudimos disfrutar un 28 de agosto en la iglesia vieja de Sabugo. Hoy en el Teatro Jovellanos hemos asistido a otra noche teatral memorable.

viernes, 21 de enero de 2022

Puertas abiertas

de Emma Riverola. Dirección: Abel Folk.
Una coproducción de Hold-Principal SL, Teatro Romea e Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC)
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con Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali.

21 de enero de 2022. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox.

En la noche de los atentados de Bataclan una mujer que vive sola se une a la iniciativa de abrir las puertas de las casas a quien pudiera necesitarlo. Quien llega a la suya es un marroquí (o un sirio) que estudia psicología (o filología árabe). De modo que las mentiras, las sospechas y las angustias condicionan las conversaciones de esa noche.

Un espacio casi abstracto sintetiza la casa en cuyo fondo una ventana/pantalla muestra imágenes tremendas de lo que sucedió en París aquella noche. Es un ambiente adecuado para un encuentro cuyo tono podría no ser naturalista. Sin embargo, el texto no consigue estar a la altura del contexto en que se pretende situar la historia y son demasiadas las veces en que se echa mano de ideas a las que les falta calado para ir más allá de lo previsible. Por lo demás, tampoco ayuda la falta de evolución en los registros de los personajes. Su conversación parece sincopada, tensa y monocorde. Quizá debería fluir de forma más natural, delicada y cautivadora. Algo así como esos bellos movimientos coreográficos que separan cada escena. Para mi, lo mejor de la obra.

sábado, 15 de enero de 2022

Sí, a todo

Dramaturgia y dirección: Antonio Álamo.
con Abel Mora y Maica Rey.

15 de enero de 2022. Centro Niemeyer (club), Avilés. 90’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer. Estreno absoluto.

Abel nos cuenta lo que le pasó. Él era un actor secundario que le había dado la réplica a actores famosos en películas importantes. Pero cuando estaba a punto de empezar un nuevo rodaje fue al hospital y, de un día para otro, tuvo que dejarlo todo. Una operación urgente y complicada fue la primera de una serie que le puso una y otra vez al borde de la muerte. Ahora nos lo cuenta con la hondura existencial de quien la ha visto cerca y puede contarlo. Y también con la bondad y la gracia gaditana de quien dice que todo le parece maravilla y estupendo. Por eso en el hospital no dejaba de decir que sí. Que sí, a todo.

Primera obra del off teatral del Niemeyer en este 2022 que ojalá sea, por fin, el año pospandémico. Por el momento, regresamos al Club que es el lugar más adecuado para estas obras de pequeño formato en las que la intimidad con el público es la condición para que la experiencia pueda ser perfecta. Y desde luego la de esta noche lo ha sido. Sí, a todo es un ejercicio de autoficción en el que durante hora y media Abel Mora comparte con nosotros un año y medio de vivencias terribles que normalmente solo les pasan a otros. Su relato es (casi) monologado, pero consigue que (casi) veamos y oigamos a su familia, a los médicos, a las enfermeras, al psiquiatra y también a esa figura oscura que de vez en cuando se acerca a su cama. Para que esta experiencia teatral sea a la vez dramática, poética e hilarante ha tenido que pasar algunas cosas. Por ejemplo, que su protagonista sea, además de gaditano, un actor tan magnífico como Abel Mora, un tipo que expresa como nadie los sentimientos más normales y también los más agónicos. Pero también, que la dramaturgia y dirección hayan estado a cargo de Antonio Álamo que consigue el prodigio de maridar lo chirigótico con lo poético sin que esto sucumba a aquello ni aquello resulte incoherente con esto. Y por supuesto también que el monólogo de Abel Mora no lo haya sido realmente porque, a partir del ingreso en los mundos oníricos propios del coma, ha estado acompañado por Maica Rey, un prodigio de actriz que canta como los ángeles, que se mueve con una expresividad que cautiva la mirada (y que enamoraría a la cámara) y que puede ser cubana, gaditana, flamenca o cantante del musical neoyorquino en el que nuestro Abel cree estar cuando está al borde de dejar este mundo. ¿De dónde ha salido esta actriz maravillosa? ¿Cómo ha tenido tanto acierto Antonio Álamo intuyendo que la historia de Abel se contaba mejor con ese repertorio musical delicioso a cargo de dos voces maravillosamente entreveradas? Tras este estreno memorable en Avilés, Sí a todo viajará a Cadiz donde se podrá ver el próximo fin de semana. Y ojalá que después a muchas ciudades más. La historia de Abel debe ser conocida por muchos públicos. Para que puedan disfrutar con su calado reflexivo y su aliento poético. Y también con la bondad y la gracia de Abel, ese actor secundario que en la vida tuvo que protagonizar un drama agónico y que, con la ayuda de Antonio Álamo y Maica Rey, ha convertido su experiencia en un impagable y delicioso regalo escénico.

domingo, 9 de enero de 2022

Shock 2 (la Tormenta y la Guerra)

Texto: Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga. Dramaturgia: Albert Boronat y Andrés Lima. Dirección: Andrés Lima.
Producción: Centro Dramático Nacional
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on Antonio Durán "Morris”, Alba Flores, Natalia Hernández, María Morales, Paco Ochoa, Guillermo Toledo y Juan Vinuesa.

9 de enero de 2022. Teatro Jovellanos, Gijón. 175’ aprox. (con descanso)

La doctrina del shock continúa. Más acá de los años ochenta y más acá de América Latina. Bush (padre e hijo), Yeltsin, Thatcher, Deng Xiaoping, Juan Pablo II, Rumsfeld y hasta Aznar protagonizan unos tiempos que lo ponen todo patas arriba. En Moscú, en Tiananmén, en Kuwait, en Irak, en Siria y también en un rancho de Texas. Es el shock global, el que casi llega hasta ahora.

El monólogo inicial de Carl Schmitt es impresionante. Nos habla de la política, es decir del Estado, la enemistad y la guerra. Luego vemos otra vez en una plataforma (y mesa) giratoria a los protagonistas recientes de todo eso. A quienes decidieron que la mejor forma de (re)construir el mundo es destruyéndolo. Sobre todo el mundo de los otros. El de los palestinos de Chatila y de Sabra, el de los habitantes de Bagdad o Mosul. O el de cualquiera que no sea uno de los nuestros (o sea, de los suyos). El ritmo es, como ayer, intensísimo y las interpretaciones son otra vez estupendas. Pero quizá el foco de este segundo Shock sea demasiado global y por eso resulta menos nítido. El relato es más fragmentario y menos pregnante. Aunque ver a Willy Toledo haciendo de Bush y dejando en ridículo a Aznar en Texas tiene algo de delicioso y memorable ajuste de cuentas. Así que han sido dos noches estupendas. De esas que uno quisiera poder vivir aquí más veces. Y es que estaría muy bien que las obras del Centro Dramático Nacional giraran con más frecuencia. Al fin y al cabo en CDN es público y español. Y de momento España no es privada. Ni solo madrileña.

sábado, 8 de enero de 2022

Shock 1 (el Cóndor y el Puma)

Texto: Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga. Dramaturgia: Albert Boronat y Andrés Lima. Dirección: Andrés Lima.
Producción: Centro Dramático Nacional
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on Antonio Durán "Morris", Natalia Hernández, Esteban Meloni, María Morales, Paco Ochoa, Guillermo Toledo y Juan Vinuesa.

8 de enero de 2022. Teatro Jovellanos, Gijón. 165’ aprox. (con descanso)

La doctrina del shock como estrategia para el sometimiento individual y colectivo. A la voluntad de los torturadores. A los designios del imperio. El experimento tuvo su origen a finales de los cincuenta en los alegres despachos de los jerarcas de Estados Unidos, en las alucinadas lecciones de los economistas de Chicago y también en aquella Escuela de las Américas que adiestró en las técnicas del shock a los milicos del patio trasero. Asistimos a su desarrollo en el Chile que derroca a Allende, en la Argentina que ahoga los gritos de la Escuela de Mecánica de la Armada con la euforia futbolera y en toda la América Latina con las venas aún más abiertas en aquellos tiempos en que el Cóndor operaba y los helicópteros Puma enterraban en el mar a tantos desaparecidos.

Una plataforma giratoria en el centro del escenario. Al fondo, a la izquierda y a la derecha, tres grandes pantallas y tres gradas con público. En la plataforma se recrean hechos terribles que tuvieron como protagonistas a Nixon, a Kissinger, a Friedman, a Pinochet, a Videla o a Thatcher. También vemos a Allende, a Violeta Parra, a las madres de la Plaza Mayo y escuchamos algunos testimonios de torturas que se recogen en el Informe Sábato. Es teatro documental pero quizá sirva para ilustrar a los que no vivieron aquellos hechos sobre la obscenidad del mundo en que han nacido. Y para que no lo olvidemos nunca los que fuimos conscientes de tanta infamia. Por eso el intenso aplauso final seguramente es a la vez teatrero y político. Sin embargo, hay algo inquietante en el hecho de que las músicas en inglés de los Rolling Stone y George Michael resulten tan animadas para el público y nos nos acompañen alegremente en el receso y al término de la obra. O en que casi se celebre en el patio de butacas la euforia de Kempes cuando los actores interpretaban momentos futbolísticos. El opio del pueblo es tan adictivo que ni siquiera se le reconoce cuando el teatro intenta denunciar la alienación imperiófila y la desencefalización futbolera. Así fueron las cosas. Y así son todavía.