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sábado, 13 de abril de 2024

Vania x Vania (versión 1)

texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.
c
on Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas.


13 de marzo de 2024. Teatro Jovellanos, Gijón. 115’ aprox.

Una familia y un médico en una casa de campo. La familia es diversa. Están el tío, la sobrina y la señora que los cuida. Y también el escritor y su mujer urbanitas que han venido para quedarse en ella o para que se venda. El conflicto es puntual y múltiple. Pero también esencial y existencial.

El jueves tenía clase en la facultad y no llegaba a tiempo para ver en Avilés la versión 1 del Tío Vania remoniano, cuya segunda versión vi ayer en el Niemeyer. Los amigos me decían que había acertado con el orden. Que la versión más esencial y memorable era esta, y seguramente tenían razón. De todas formas, en la reseña de ayer ya anticipaba que lo de versión 1 y versión 2 quizá no debiera interpretarse como orden temporal, sino como concepto espacial. La de hoy es una versión radicalmente monista. Con un solo espacio prácticamente vacío (solo seis sillas, la de Marina Salas, de ruedas) seis intérpretes soberbios van haciendo crecer en nuestra mente la historia de Chèjov. Siempre presentes en el escenario (o tras el decorado de la versión 2), con solo adelantar o cambiar la posición de sus sillas, van trenzando los diálogos y las escenas de El Tío Vania como si estuviéramos asistiendo a las últimas lecturas de mesa antes de los ensayos. Es teatro tan abstracto como nítido. Casi más Chéjov que Remón. De este son el ritmo y cierta naturalidad actualizada que se radicaliza en la versión 2. La semana pasada Andrea Jiménez estrenó en el Palacio Valdés algo tan innovador como Casting Lear, una obra en la que cada día cambia el actor protagonista. En este caso he sido yo el que, como espectador, he innovado cambiado el orden de la propuesta de Pablo Remón. Y debo decir que quizá mis amigos tenían razón. Que pudiera ser mejor ver antes al Chejóv remoniano y desdoblado de la versión 2  y después al Tío Vania esencial y destilado de esta versión tan monista. Incluso creo que en Asturias, y en la gira, hemos sido más afortunados que en Madrid. Sea cuál sea el orden de estos dos Vanias,  me parece más grato y nutritivo degustar esta magnífica propuesta en dos días sucesivos que en la sesión (casi) continua de Madrid. Son ventajas de vivir en la verdadera centralidad: la de la periferia.      

Programa de mano
Dossier

viernes, 12 de abril de 2024

Vania x Vania (versión 2)

texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.
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on Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Laura Galán.


12 de marzo de 2024. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 120’ aprox.

Una familia y un médico en una casa de campo. La familia es diversa. Están el tío, la sobrina y la señora que los cuida. Y también el escritor y su mujer urbanitas que han venido para quedarse a vivir en ella o para que se venda. El conflicto es puntual y múltiple. Pero también esencial y existencial.

A la izquierda el exterior de una casa de campo rusa de hace más de cien años. A la derecha el de otra casa en un pueblo castellano de hoy. El tío de la izquierda es Vania. El de la derecha es Iván. A la izquierda hay más Chèjov y menos Remón. A la derecha sigue siendo El tío Vania, pero también resuenan los ambientes y lenguajes de obras anteriores, especialmente Los Mariachis (y hasta el acento de Luis Bermejo). Ayer no pude ver la versión 1 (la veré mañana en Gijón), pero creo que lo de versión 2 pudiera no ser ordinal, sino, más bien, espacial. Pablo Remón ha querido hacer con Chéjov algo parecido a lo que hizo con Lorca en Doña Rosita anotada. Allí el presente (su presente en primera persona) se intercalaba con el tiempo de la obra. Aquí ha querido que sea ese espacio doble el que represente los dos tiempos que ya albergaba tácitamente el texto de Chèjov. Aquellos rusos rurales con problemas existenciales aludían a un futuro remoto que es nuestro presente y Remón hace dialogar esos dos tiempos con solo dividir el escenario. Pero esta versión  de El tío Vania no es compartimentada ni intercalada. Los personajes pasan de un espacio a otro (y de un tiempo a otro) sin que se adviertan más cambios que las anécdotas y los lenguajes. Así, Pablo Remón confirma la intemporalidad de Chèjov. Y no solo porque su obra anticipara temas como la conservación de la naturaleza o la necesidad del cuidado, sino porque lo esencial de todas las vidas es lo que se muestra y se oculta en su cotidianidad. Javier Cámara está perfecto en los dos tonos de sus Vanias. Como también lo está Israel Elejalde interpretando con su fuerza habitual a ese médico desencantado y enamorado. O Juan Codina, intensísimo en el papel de ese escritor patético. Y, por supuesto, también Marta Nieto con el personaje de esa Elena, tan guapa, indolente y lucida, que encandila al Tío Vania y al médico; Manuela Paso, encarnando a esa Marina que destila la sensatez propia de los afanes domésticos; y Laura Galán (que ya estaba superlativa protagonizando Cerdita) y que aquí ha hecho un trabajo magnífico sustituyendo a Marina Salas (lesionada) en el papel de Sonia. Así que mañana, y con muchas ganas, me espera más Tío Vania en Gijón.

Programa de mano
Dossier

sábado, 5 de noviembre de 2022

Los farsantes

texto y dirección: Pablo Remón
una coproducción del Centro Dramático Nacional y Buxman Producciones.
con Javier Cámara, Francesco Carril, Nuria Mencía y Marina Salas.

5 de noviembre de 2022. Teatro Jovellanos, Gijón. 160’ aprox. (con descanso)

Ana Velasco es una actriz de teatro que tiene que trabajar en lo que sale. Diego Fontana es un director de éxito que está preparando una serie. Un sueño extraño en el que ella habría ganado un Goya y un accidente de avión al que él sobrevive hace que ambos cambien su forma de ver la vida. Los dos comparten la influencia de Eusebio Velasco, un director de culto fallecido hace poco. Era el padre de ella y el mentor de él.  

Como suelo hacer siempre que puedo, había leído el texto antes de ver la obra. Y más que escrito para el teatro me pareció una novela. El propio Pablo Remón señala en el programa de mano que Los farsantes tiene algo de hibridación entre el teatro, el cine y la novela. Por las gentes que lo protagonizan y los temas que trata tiene bastante que ver con El tratamiento, aunque aquí el tono de comedia es más acusado y seguramente el póblico que descubra hoy a Remon pensará que es un maestro en ese género. Y es verdad que lo es, pero también es mucho más que eso. De hecho, Los farsantes tiene, como todo su teatro, una capacidad impresionante para captar con la mayor sutileza la oralidad de los personajes, y para entreverar irónicamente sutextos, metatéxtos y momentos poéticos. El escenario recrea en dos pisos una cabida de avión, un hospital, una terraza, una cocina, un bar, un escenario teatral y hasta el lugar de entrega de los Goya.  Por lo demás, Javier Cámara, Francesco Carril, Nuria Mencía y Marina Salas hacen un trabajo magnífico y conjuntadísimo que, como no podía ser menos, ha hecho las delicias de todo el público.

Programa de mano