dramaturgia y dirección: Xron.
Hace seis años que los del Chévere nos trajeron al Niemeyer Eurozone, una magnífica y aleccionadora interpretación de la crisis financiera con Angela Merkel, Luis de Guindos, Nicolas Sarkozy, Rodrigo Rato, Christine Lagarde y algunos más como protagonistas de un Reservoir Dogs escénico de lo más irónico y pertinente. Ahora esta magnífica compañía gallega se centra en una historia local para, transgrediendo los límites entre el documental y la ficción, reflexionar sobre la memoria histórica, la construcción de los relatos (también el de la unidad de España) y hasta sobre la guardía civil y la España vaciada (este es uno de los pocos momentos en que me parece bien que esta expresión sustituya a la de la España vacía que acuñó Sergio del Molino). La hibridación que consiguen entre las proyecciones en directo con lo que hacen en el escenario me parece particularmente bien armada, con un especial cuidado en las transiciones (en esto poco tienen que envidiar a especialistas en ese formato escénico como los de la Agrupación Señor Serrano o a esa verdadera maestra que es Cristina Blanco con propuestas tan extraordinarias como El agitador vortex). De hecho, al margen de que ahora tenemos el abono en el palco 8 del primer piso, las proyecciones de los rostros de los Patricia Lorenzo y Miguel de Lira nos permiten apreciar (como ocurría con Héctor Alterio en aquel Yo, Claudio que vimos en el Grec en 2004) el magnífico trabajo gestual de estos dos cómicos hiperrealistas que están estupendos como guardia civil en rueda de prensa monologada (ella), como técnico forense con maneras de Fernando Simón (él), como hija del ingeniero España que se presenta como candidata al congreso por AP a las primeras elecciones democráticas (ella), como Joaquín Soler Serrano entrevistándola en un programa no emitido de A fondo (él) y también como teatreros interrogados en oscuras dependencias de la guardia civil (los dos). Así que ha sido un gustazo este comienzo de una temporada teatral de otoño que se quiere resistir a las amenazas pandémicas. Esperamos que no tengamos que esperar otros seis años para ver de nuevo por Avilés otra estupenda obra de los del Chévere.