domingo, 21 de octubre de 2018

Bodas de sangre

de Federico García Lorca. Dirección: Oriol Broggi.
una producción de La Perla 29.
con Clara Segura, Nora Navas, Ivan Benet, Pau Roca, Montse Vellvehí y Anna Castells
Músicos: Joan Garriga, María Roch y Marc Serra
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21 de octubre de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 120’ aprox.

La novia, el novio, la madre y el otro hombre. Los muertos, la boda y la huida. El caballo, los cuchillos y la luna. Son las bodas de sangre.

La música en directo le viene bien a este drama poético. Pero la puesta en escena resulta demasiado plana. Se echan en falta más contrastes. Más día y más luna. Más luz y más definición de los espacios. Nora Navas está muy bien en el papel de la madre, pero el de la novia debería tener más sensualidad. La película de Paula Ortiz no me había gustado nada. Pero justo por los motivos contrarios: luz cegadora, esteticismo pretencioso, sensualidad extrema. Supongo que en el justo medio estaría lo mejor. Porque de lo que se trata es de destacar la intensidad poética del texto de Lorca y eso no lo conseguía aquella película que casi la obviaba ni esta obra que, respetándola, no consigue transmitir la emoción de este drama.

sábado, 20 de octubre de 2018

Sindrhomo

una pieza diogénica de Laia Cárdenas. Dirección: Xavo Giménez.
producción: La Teta Calva.
con Merce Tienda, Manuel Valls y Leo de Bari.

20 de octubre de 2018. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 75’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer
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Rómulo vive encerrado en su casa y en sus obsesiones. Y acumula todo lo necesario para preparar la defensa del apocalipsis que nos acecha. Su hermana Gloria viene a verlo y quiere convencerlo de que vendan la casa. Ella ha perdido el trabajo, el marido y casi todo lo demás. Son dos seres desvalidos que aún no han superado la desaparición de la madre. La presencia consoladora de un travesti argentino les ayudará a pasar la Navidad. Y a atreverse a cumplir los planes de Rómulo. 

Heroicidades íntimas en tiempos de desahucios. Retrato triste de unos seres que buscan la redención. Todo es sencillamente impecable en Sindrhomo. El tierno retrato del desvalimiento en un texto magnífico que sabe dosificar su notable carga  poética. Las extraordinarias interpretaciones de estos tres actorazos que saben dar vida a unos seres para los que el desahucio es más que inmobiliario. La cadencia de una historia en la que la angustia paranoide del hermano tiene su correlato en el descarrilamiento vital de la hermana, pero encuentra alivio (para los personajes y para el espectador) en la llegada del alegre y amable ángel de la guarda que compone ese maternal y argentinísimo travesti. Sindrhomo es otra joya que nos llega al off del Niemeyer en el comienzo de una temporada que se promete magnífica una vez más. Con el extraordinario texto de Laia Cárdenas, la oportunísima dirección de Xavo Giménez y las impresionantes interpretaciones de Merce Tienda, Manuel Valls y Leo de Bari asistimos a un nuevo ejemplo de esta corriente que últimamente nos depara obras de altísima calidad en las que el desamparo motiva propuestas tan sobresalientes como La abducción de Luis Guzmán de Pablo Remón, Sé de un lugar de Iván Morales o Nada que perder de Javier G. Yagüe. Las derivas vitales en estos tiempos desahuciadores son una de las características que comparten estas obras que parecen adscribirse a la poética de la amargura, quizá una nueva corriente teatral que también tiene en la pérdida de las figuras parentales otra de sus notas compartidas (La abducción, Inconsolable de Javier Gomá y, por supuesto, este Sindrhomo). Una tendencia esta que también parece tener cierta presencia en la literatura de autoficción (El mundo de Juan José Millás, Ordesa de Manuel Vilas o, en otro sentido, El balcón en invierno de Luis Landero). Así que cada vez resulta más claro que para estar al día en las tendencias teatrales más interesantes del panorama independiente español no parece mala cosa seguir con atención la programación de este off de nuestro querido Centro Niemeyer (al que, por cierto, hoy le dedica Manuel Vilas un hermoso artículo en El País).