Texto: Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga. Dramaturgia: Albert Boronat y Andrés Lima. Dirección: Andrés Lima.
Producción: Centro Dramático Nacional.
con Antonio Durán "Morris”, Alba Flores, Natalia Hernández, María Morales, Paco Ochoa, Guillermo Toledo y Juan Vinuesa.
El monólogo inicial de Carl Schmitt es impresionante. Nos habla de la política, es decir del Estado, la enemistad y la guerra. Luego vemos otra vez en una plataforma (y mesa) giratoria a los protagonistas recientes de todo eso. A quienes decidieron que la mejor forma de (re)construir el mundo es destruyéndolo. Sobre todo el mundo de los otros. El de los palestinos de Chatila y de Sabra, el de los habitantes de Bagdad o Mosul. O el de cualquiera que no sea uno de los nuestros (o sea, de los suyos). El ritmo es, como ayer, intensísimo y las interpretaciones son otra vez estupendas. Pero quizá el foco de este segundo Shock sea demasiado global y por eso resulta menos nítido. El relato es más fragmentario y menos pregnante. Aunque ver a Willy Toledo haciendo de Bush y dejando en ridículo a Aznar en Texas tiene algo de delicioso y memorable ajuste de cuentas. Así que han sido dos noches estupendas. De esas que uno quisiera poder vivir aquí más veces. Y es que estaría muy bien que las obras del Centro Dramático Nacional giraran con más frecuencia. Al fin y al cabo en CDN es público y español. Y de momento España no es privada. Ni solo madrileña.