miércoles, 27 de enero de 2016

Crecer

Dramaturgia y dirección: Maxi Rodríguez.
Producción: El Callejón del Gato.
con Paula Mata, Saúl Nicolás, Félix Corcuera, Ana Eva Guerra, Roca Suárez, Marino Villa y Moisés González.
 
27 de enero de 2016. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 70’ aprox.


Adriana tiene dieciséis años y acaba de conocer a su padre biológico que no es, como ella creía, el marido de su madre. Alejo abandonó a su madre cuando ella nació y ahora reaparece en sus vidas. Primero en un DVD en el que le pide perdón y luego volviendo para recuperar la amistad que tenía con los padres de Adriana. Ahora los tres adultos parecen unos niños que no paran de jugar. Ella no lo lleva bien. Como su amigo Daniel que tampoco soporta a su padre por lo contrario.

"La obra en general gustó". Lo decía aquel estudiante de magisterio con afanes teatrales en Ondas, la estupenda ópera prima en la que Maxi Rodríguez lo hacía todo. Casi treinta años después aquel joven podría haberse convertido en cualquiera de los adultos con alma teatrera a los que una hija adolescente reprocha ahora que no hayan sabido crecer. Y de eso va la obra, de tener que crecer y no saber o querer hacerlo. Una hermosa lección de teatro (y de algo más) que esta mañana han aprendido los más de quinientos alumnos de nuestra comarca que han disfrutado lo indecible en una deliciosa ceremonia de iniciación teatral en la que han demostrado mucho más interés por lo que pasaba en el escenario del que a veces manifiesta el público adulto en este mismo lugar. Oyendo las preguntas que le hacían a Maxi y a los actores en el diálogo que siguió a la obra quedó claro que aquel aprendiz de maestro que hace tantos años soñaba con la cuarta pared frente al espejo de su baño podría sentirse hoy muy satisfacho sabiendo que sí, que la obra en general gustó. Y mucho.

sábado, 23 de enero de 2016

Danzad malditos

Dramaturgia: Félix Estaire y Alberto Velasco. Dirección: Alberto Velasco. Texto: Félix Estaire.
una producción del Teatro Español.
con Guillermo Barrientos, Carmen del Conte, José Luis Ferrer, Rubén Frías, Karmen Garay, Ignacio Mateos, Nuria López, Sara Párbole, Rulo Pardo, Txabi Pérez, Verónica Ronda, Ana Telenti y Sam Slade.
 
23 de enero de 2016. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 80’ aprox.


Once parejas participan en un concurso dramático dirigido por un hombre con aires de domador y amenizado por una cantante muy lírica. Se trata de sobrevivir en un baile que las va eliminando. La que llegue al final lo ganará todo. Las demás solo sufren. Así es la vida. Al menos para los actores.

Teatro físico con intenciones metafísicas. El referente es la película de Sydney Pollack, pero el desarrollo es más abstracto y bastante exigente para unos actores que se manchan y se agotan en un escenario lleno de tierra y despojos. La iluminación es perfecta y la coreografía tiene un comienzo muy bello en el que los participantes parecen proceder de una condición infrahumana. También destaca el excitado monólogo de la concursante expulsada que, traspasando la cuarta pared, increpa al director y ridiculiza la obra. Me hubiera gustado que el momento en que se habla de los cerdos que morían "en este matadero" (en Madrid no es una referencia abstracta, es el espacio de Legazpi donde se representaba hace unas semanas) se hubiera adaptado al contexto local (aquí la alusión a los campaneros habría sido perfecta). Aunque la idea de la obra es poderosa y los actores lo dan todo, echo en falta más relieve en su desarrollo. Quizá diferenciando de forma más nítida a las parejas que bailan o los momentos en que se van eliminando. La excelente acogida de Los nadadores nocturnos y ahora de Danzad malditos evidencian que el teatro coreográfico español va llegando al público. Lástima que tenga tan pocas oportunidades de hacerlo la danza contemporánea. Quizá porque se valora más a los actores que bailan que a los bailarines que interpretan.

sábado, 16 de enero de 2016

Ayuda

de María Goos. Dirección: Fefa Noia.
Producción: Los Lunes.
con Lino Ferreira y Óscar de la Fuente.

16 de enero de 2016. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 65’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


Arnold y Lukas nos cuentan lo que pasó. A Arnold le abandonó su mujer justo cuando le acababa de despedir la compañía en la que gestionaba fondos de inversiones de alto riesgo. Un accidente doméstico le ha dejado inmovilizado en casa por tres meses. Lukas es el amable empleado doméstico que se ocupaba de la casa, de su mujer y de las niñas. Ahora cuida de Arnold. Con mucho amor y bastante interés.

Comienza un nuevo ciclo de este Off-Niemeyer avilesino que desde octubre de 2013 se está consolidando como una de las mejores programaciones del país en teatro alternativo y de pequeño formato. Y lo hace con Ayuda, un magnífico texto de María Goos al que la excelente dirección de Fefa Noia sabe sacar el mejor partido en ese género que, por contraposición a la otra, podríamos llamar comedia lúcida. La relación obligada entre ese dulce inmigrante del Este y esa orca financiera varada en un sofá nos depara situaciones tan divertidas, irónicas y de tanta calidad teatral como la explicación de la pirámide de inversiones con las copas de champán, la evocación de la llegada de la mujer y las niñas o la escena de los dos con la nueva novia de Arnold. Todo gracias a dos actores extraordinarios que, intercambiando varias veces traje y chándal, consiguen sorprendentes transmutaciones con una sintonía increíble. Óscar de la Fuente está que se sale en ese papel estupendo de inmigrante con aspiraciones de farmacéutico. Pero Lino Ferreira también está magnífico como financiero canalla al que vemos en la intimidad doméstica porque ha metido la pata al ser, por una vez, justo con sus subordinados. Ya digo, una magnífica comedia lúcida de la que tanto podrían aprender los que solo producen (o consumen) comedias de resortes.

viernes, 15 de enero de 2016

Olivia y Eugenio

de Herbert Morote. Dirección: José Carlos Plaza.
una producción de Focus y Pentación.
con Concha Velasco y Hugo Aritzmendi.

15 de enero de 2016. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox.


Una madre y un hijo. Ella es una galerista madura a la que acaban de diagnosticar un cáncer. Él es un joven con síndrome de Down. Olivia ha vivido feliz con Eugenio y no quiere dejarlo solo ni que comparta su dolor. Así que trae los fármacos para que esa noche el bien nacido tenga también una buena muerte con ella. Pero el repaso de sus vidas hará que al final cambie de opinión.

Olivia es Concha Velasco. Y el actor que interpreta a Eugenio tiene síndrome de Down. Eso es todo. Suficiente para desencadenar los aplausos de un público que parece salir indemne de una historia sin sustancia, de un texto lleno de obviedades y de una puesta en escena bastante desganada.