lunes, 18 de mayo de 2020

Yo no duermo la siesta

Dramaturgia y dirección: Paula Marull.
una producción de Timbre 4 y Teatrix.
con Mauro álvarez, Agustina Cabo, Laura Grandinetti, Sandra Grandinetti, Luciana Grasoo, María Marull y Marcelo Pozzi.

18 de mayo de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 75’ aprox.

Tarde de siesta con dos niñas inquietas. La madre se ha ido a trabajar. La chica que cuida de ellas y del tío discapacitado a ratos se pone los cascos y a ratos se duerme. Las dos niñas son vecinas. La de la casa es más tranquila, la otra es más lianta. Alrededor de cada personaje sabemos que hay dramas que nos hacen comprenderlos y moderar nuestro desasosiego por lo que hacen.

La historia tiene ese aire de teatro entreverado en el que lo realmente importante está en fuera de campo. Esa mirada oblicua sobre las historias que hace tan sugerentes algunas de las obras argentinas y españolas que vemos en los últimos años. Pero de Yo no duermo la siesta lo que más me ha gustado son las interpretaciones. La de esa chica agobiada y desbordada, la de ese tío con gestualidades dislocadas y, sobre todo, las de esas niñas interpretadas por dos actrices que no lo son tanto pero que están simplemente perfectas. Placidez, inquietud y ternura. Como esa calma que preludia la tormenta. Así es Yo no duermo la siesta.

domingo, 17 de mayo de 2020

El Bululú. Antología endiablada

de Leticia González De Lellis y Osqui Guzmán.
una producción Timbre 4.
con Osqui Guzmán.

17 de mayo de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 75’ aprox.

El bululú es Osqui Guzmán. En los años setenta lo había sido con mucho éxito en Argentina el actor español José María Vilches y eso fue lo que llevó a Osqui hacia el teatro. Personajes poderosos del Siglo de Oro español, referencias leves al siglo de ahora argentino y atuendos y canciones de sus orígenes bolivianos son los mimbres de este portentoso espectáculo en el que también hay una extraordinaria interpretación (que no recitado) del Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla del Romancero Gitano.

¿Podrá haber mejor hibridación hispanoargentinoboliviana que la que encarna Osqui Guzmán en El Bululú? Con un respeto absoluto por las tres tradiciones y una habilidad increíble para hacer de la alegría su argamasa, Osqui Guzmán despliega una impresionante diversidad de ademanes y voces consiguiendo que veamos a multitud de personajes aunque solo esté él en el escenario. La ironía y la rapidez en el cambio de voces y gestos me ha hecho acordarme de Pepe Rubianes, pero Osqui Guzman es sencillamente incomparable. Un prodigio de seguridad interpretativa que es capaz de manejar la gestualidad a velocidades de vértigo y que canta, cambia voces y crea sonidos diversos con una soltura que no parece humana. Pero su teatro no es solo un ejercicio brillantísimo de divertido malabarismo interpretativo. Es también una lección de respeto a las tradiciones que compartimos y de saber hacer en la construcción del relato que le permite ofrecernos este Bululú intemporal que es a la vez una autoficción  magníficamente estructurada. Lo suyo es, sin duda, la improvisación, para la que tiene cualidades extraordinarias. Pero lo que él hace en esta obra parece primo hermano del espíritu ronlalero. Seguro que tiene otras propuestas teatrales que merecerían recorrer muchas veces España. Por fortuna, tenemos abierto Timbre 4 para no perdernos experiencias tan magníficas como esta.

sábado, 16 de mayo de 2020

Sea Wall

de Simon Stephens. Versión y traducción: Nacho Aldeguer.
Producción: Bella Batalla
con Nacho Aldeguer.

16 de mayo de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 60’ aprox.


Nacho nos pide que cerremos los ojos y pensemos en alguna situación que hayamos vivido y que fuera completamente inesperada. Luego él nos cuenta la suya. En realidad nos habla de Helena, su mujer a la que adora, de Arturo, su suegro que vive en Francia y a cuya casa en la playa van todos los veranos, y sobre todo de su hija Lucía, la niña que los hace absolutamente felices a los tres. Nos habla también de la pared vertical en el mar abierta al abismo que descubre mientras bucea con Arturo. Y de aquella mañana en que los dos fueron a la playa con la niña y ocurrió la tragedia. 

Un monólogo conmovedor. El texto de Simon Stephens es muy bueno como también lo era su Punk Rock que vimos hace tres años en el Palacio Valdés, una obra intensa y trágica montada con la habitual solvencia de La Joven Compañía. Pero la versión de Nacho Aldeguer y, sobre todo, la sinceridad con que hace suya la historia hacen que quedemos imantados por lo que nos cuenta. Sentimos la felicidad completa de esa familia y cada instante de esa mañana terrible. Comprendemos retrospectivamente el vértigo ante ese agujero negro en la pared del mar que será también metáfora del agujero vital desde el que nos cuenta eso que es casi innombrable. Como lo que le dijo a Arturo en el aeropuerto que tendría que ver seguramente con la ausencia de Dios. No hay más que un actor ante una pantalla que ya casi desaparece y un buen relato. Los mimbres necesarios para que podamos vivir la magia del teatro. Nacho Aldeguer también versionó y dirigió aquel estupendo montaje de El amante de Harold Pinter que también pudimos disfrutar hace tres años en el Pavón Kamikaze en aquella experiencia inolvidable en dos tiempos.  Así que ha sido un gusto poder encontrarnos de nuevo con su estupendo trabajo, ahora como intérprete en todos los sentidos de la palabra. Un lujo en este magnífico teatro confinado que nos ofrece La Abadía y que ya sentimos como parte de nuestra casa en estas semanas. 

jueves, 14 de mayo de 2020

RONEM RAM.O

de Jesús Nieto.
Producción: Onirica Mecánica y Teatro de la Abadía
Contado y manipulado por Jesús Nieto y Pepo Devesar.

14 de mayo de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 40’ aprox.


La Manga del Mar Menor en un futuro aún más distópico. Un lugar para experiencias científicas en un mundo degradado en el que la condición humana casi ha desaparecido. También la propia naturaleza. Como ya casi sucede en ese Mar Menor actual cuyas letras invertidas dan nombre a la obra.
 
Discurso metafísico con mimbres científicos bastante pesimistas desarrollado en tres actos. Hay un buen despliegue de medios artesanales para esta reflexión distópica con voluntad poética. No está mál ejecutada pero, aunque sea en modo confinado, prefiero ver al intérprete mientras hace cosas y no solo las cosas que hace.

lunes, 11 de mayo de 2020

Cactus orquídea

Texto y dirección: Cecilia Meijilde.
una producción de El Ensembre Orgánico y Teatrix.
con María Estanciero, Gastón Figueira Oria, Laila Duschatzky, Lucas Avigliano e Ignacio Bozzolo.

11 de mayo de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 73’ aprox.

Un escritor busca inspiración en una cafetería. La encuentra en una mujer que le habla y así vamos viendo una serie de encuentros entre personas y lugares como hilos se van trenzando. En una ferretería con un joven memorioso y un descendiente de cosmonautas rusos que habla de Solaris. En el Museo de Bellas Artes con otra mujer y alguien obsesionado con un  cuadro de Modigliani. En un banco con un empleado agobiado que es asediado. En una cafetería con una mujer que parece la encarnación de Frida Kahlo. Y con la semilla de una extraña flor llamada Cactus Orquídea.

Cerca del Museo de Bellas Artes está la flor más grande del mundo y la llaman Floralis genérica. En una ciudad como esa no es extraño que sus teatreros hagan cosas tan magníficas como Cactus Orquidea y que ambas flores sean a la vez poéticas y metálicas. Tres actores y dos actrices con un suelo de madera desplegable y unos cuadrados enmarcables van creando situaciones efímeras que siempre son en Buenos Aires y que siempre tienen las costuras propias de los universos conectados. Los cinco están soberbios y es impresionante la agilidad con que encarnan personajes tan carismáticos y distantes. Una gozada escénica e interpretativa que además tiene la fuerza literaria de los mejores modelos para armar. Otra joya teatral que podemos disfrutar desde aquí sintiendonos otra vez en Buenos Aires.

domingo, 10 de mayo de 2020

J. Timerman

Texto y dirección: Eva Halac.
una producción de Teatrix.
con 
Orlando Alfonzo, Guillermo Aragones, Juan Pablo Galimberti, Cristian Majolo, Mucio Manchini, Hernán Muñoa, Leonardo Murúa, Gregorio Scala, Carlos Scornik y Ramiro Vayo.

10 de mayo de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 73’ aprox.

Jacobo Timerman dirige La Opinión en los tiempos de Lanusse. Es un periodista de raza que sabe cuál es su papel en los momentos convulsos que vive Argentina. Son los días previos a la boda de la hija del presidente y los dos están atenazados. Lanusse por presiones diversas y Timerman por el dilema entre seguir siendo coherente o negociar con el gobierno la continuidad del periódico.

En una pasarela de obras se mezclan las gentes que habitaban a comienzos de los setenta los pasillos de aquel periódico, de la Casa Rosada y de la Quinta de Olivos. J. Timerman es teatro documental que nos sitúa dos años antes de la primavera camporista, unos tiempos sobre los que tendrá más claves un argentino que un español. Pero, aunque lo que se muestra no estuviera basado en hechos reales y todos los personajes fueran de ficción, hay dos cosas que seguirían haciendo fascinante esta obra: unas interpretaciones magníficas y conjuntadísimas (Guillermo Aragonés rotundo en el papel de Timerman, Mucio Manchini también muy bien como Lanusse) y un retrato muy oportuno de las soledades conscientes de dos oficios paralelos: el del periodista coherente y el del político preocupado.

sábado, 2 de mayo de 2020

Leyendo Lorca

de Federico García Lorca. Dirección: Irene Escolar.
Producción: Buxman Producciones
con Irene Escolar.

2 de mayo de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 40’ aprox.


Vemos una habitación con una puerta al fondo. A la izquierda hay una guitarra sobre un sofá y a la derecha una ventana con persianas echadas por las que se cuela algún rayo de luz. La puerta se abre y entra Irene Escolar. Se acerca despacio al atril que hay delante de nosotros y abre un cuaderno con textos de Lorca. A veces les pone fecha o les añade palabras que emocionan hasta la lágrima. Como cuando nos habla de los 18 de agosto de Federico y de Rafael. En el cuaderno trae textos de Bodas de sangre, Doña Rosita la soltera, Yerma, El público, los Sonetos del amor oscuro y Poeta en Nueva York. Pero Irene Escolar no los lee. Les da vida en esta tarde memorable. 

Margarita Xirgu, Nuria Espert, Irene Escolar… No podría tener Lorca mejores amigas para interpretar (que no recitar) sus palabras. Esto es lo que escribí en el chat de la obra tras estos cuarenta minutos conmovedores. De Margarita Xirgu solo me han llegado los ecos de su voz en la de la veterana actriz Estela Medina que el verano pasado trajo a Almagro su Tamar y Amón como homenaje a la maestra de quien recibió la mejor lección de interpretación en su escuela de Montevideo hace ya setenta años. De la pasión lorquiana de Nuria Espert tengo constancia reciente en la hora maravillosa que vivimos con el Romancero gitano el pasado noviembre en el Arriaga de Bilbao de la mano de Lluis Pascual (otro amigo fiel de Lorca como demuestra esa joya que es su libro De la mano de Federico). Tras su papel en El Público que montó Àlex Rigola en La Abadía, Irene Escolar entra ahora en ese olimpo de actrices que demuestran que las palabras de Lorca no fueron escritas para ser leídas ni para ser recitadas, sino para ser vividas por hermeneutas fieles como Margarita, Nuria e Irene. Digo solo sus nombres propios porque lo que importa es la sustancia primera de la intérprete, la radical singularidad desde la que Irene hace presentes los dramas femeninos de Bodas de Sangre o de Yerma. La misma que hoy seguramente conmovería al único papa al que Lorca no habría dirigido ese desgarrado Grito hacia Roma que Nuria e Irene han convertido en himno de justicia. Cada vez queremos más a Lorca. Y se lo debemos también a ellas (y a Lluis, a Amancio -para mi los sonetos siempre tendrán su música- y a Pablo -inolvidable su Doña Rosita, anotada-). De estas semanas confinadas seguramente se borrarán muchas cosas y eso estará bien. Pero yo sé que algunas no las olvidaré nunca y eso será aún mejor. Entre ellas estarán los magníficos puntos de fuga de las habitaciones de Israel y de Irene que enmarcaban sus rostros mientras él revivía el discurso de David Foster Wallace y ella interpretaba las palabras de Lorca. Tampoco olvidaré sus lágrimas. Y la conmoción contagiosa que hacía casi inevitables las nuestras. Gracias Irene por esta tarde inolvidable.

viernes, 1 de mayo de 2020

Informe lejía

de Luis Bermejo y Pablo Rosal.
con Luis Bermejo.

1 de mayo de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 40’ aprox.

Un hombre sueña y se agita bajo las sábanas. Cuando se despierta se dirige a la cámara y le habla apasiodanamente a Carmen. Él quiere fascinarla y lo hace de forma bien cutre.

Luis Bermejo en modo radicalmente histriónico y confinado. Su personaje es el de un tipo desquiciado que parece haber encontrado a su Dulcinea en el ojo de la cámara. Con un torrente de expresividad que por momentos me ha recordado a Javier Gurruchaga, le/nos va mostrado todos los rincones su casa. Hasta la cocina y, por supuesto, también el inodoro. Luis Bermejo es un actor muy solvente y sumamente expresivo. Con este Informe lejía lo ha vuelto a demostrar en estos cuarenta minutos que le dedica a esa Carmen. La experiencia le ha tenido que resultar sumamente catártica.