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viernes, 4 de abril de 2014

Una vida robada

de Antonio Muñoz de Mesa. Dirección: Julián Fuentes Reta y Antonio Muñoz de Mesa. 
Una producción de Juanjo Seoane.
con Asunción Balaguer, Carlos Álvarez-Nóvoa, Ruth Gabriel y Liberto Rabal.
 
4 de abril de 2014. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox.

El doctor Nieto tiene Alzheimer. Y mal carácter. Solo trata bien a Luz, la joven a la que ha contratado su hijo Julio para que le lea. Pero ella tiene otras intenciones. Quiere saber qué pasó en el hospital en el que, en un mismo día, nació, murió y fue adoptada. El jefe de servicio era el doctor Nieto. Y Olvido, la mujer que ahora lo cuida, era entonces su enfermera.

El martes vimos en el cine Approved for adoption, una película de animación sobre las obsesiones de un niño coreano adoptado por una familia belga. Hoy volvemos en el teatro al tema de los orígenes con Una vida robada, una obra que quiere ser a la vez muy actual (con el tema de los niños robados en España) y muy radical (con alusiones a la Teogonía de Hesíodo). Pero el resultado defrauda. Intuimos demasiado pronto el secreto que une a las dos generaciones. Así que descubrir que los amantes son mellizos no causa sorpresa. Y no es problema de actores. Lo que falla es la construcción general de una historia que oscila entre la grandilocuencia y la obviedad. Seguramente sin querer.


sábado, 22 de marzo de 2014

Por los ojos de Raquel Meyer

un espectáculo creado y dirigido por Hugo Pérez.
producción: Juanjo Seoane

con Maribel Per, Amanda Puig, Nené Pérez-Muñoz, Carmen Rodríguez de la Pica, Chelo Vivares, Rocío Osuna, Belén González, Badía Albagati, Pablo Rossí e Iván Ariola
 

22 de marzo de 2014. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 135’ aprox. (con descanso)

Un espectáculo musical sobre Raquel Meyer que intenta evocar su vida.

Pero no lo consigue. Lo más destacable es seguramente el vestuario. Y el acompañamiento de los tres músicos que, por suerte, teníamos bastante cerca. Por lo demás, una buena lección de mala puesta en escena. Por momentos parecía un espectáculo juvenil dirigido a los abuelos. Pero ni los unos ni los otros merecerían este trato. Quizá estemos mal acostumbrados. El abono teatral de Avilés suele estar a otro nivel. Muy por encima del incomprensible juicio de los críticos que aparecen en el programa de mano.