sábado, 6 de diciembre de 2014

Hacia la alegría

Texto y dirección: Olivier Py. 
Una producción de Teatro de la Abadía.
con Pedro Casablanc
 
6 de diciembre de 2014. Teatro de la Abadía, Madrid. 70’ aprox.


Un arquitecto despierta en medio de la noche y siente la necesidad de correr por la ciudad. Mientras lo hace describe lo que ve y lo que piensa en su periplo desde los barrios rigurosamente vigilados de los ricos hasta las inmundicias periféricas que expele la ciudad. 

Un camino iniciático inverso. Una deconstrucción de los afanes urbanísticos de la modernidad. Al final, el hombre se queda a solas con el fuego, con su mano y con sus sombras. Y solo ahí se sabe libre. En el espacio oscuro de esa caverna platónica quizá reivindicada. En el tiempo prístino en que la técnica era solo un sueño y no la pesadilla de la que el arquitecto acaba de despertar. Olivier Py es el autor de un texto que resulta atractivo en algunos momentos (la descripción del barrio rico, el tramo final más allá de las cloacas...), algo obvio en otros (la crítica al consumismo en el recorrido por la zona comercial) y siempre extraño con ese uso distante y reflexivo de una primera persona que casi parece tercera. El director del festival de Aviñón también dirige una puesta en escena rotunda en la que destaca la impresionante habitación/muralla que reconfigura el escenario y el acompañamiento del cuarteto que interpreta en directo una música siempre inquietante. Pero es nuevamente la soberbia interpretación de Pedro Casablanc la que convierte a este exigente monólogo en una gran obra. Durante más de una hora lo vemos correr sin que pierda ni un momento la fuerza y la expresividad que requiere su intenso soliloquio. Tras su extraordinario trabajo en José K. Torturado (hace casi tres años formó parte de aquella programación del off-Canapes con la que Antonio Ripoll anticipaba el off-Niemeyer que ahora disfrutamos en Avilés y en el que le veremos de nuevo el próximo sábado en Ruz-Bárcenas) Pedro Casablanc vuelve a lucirse con otro texto que, aunque inferior al de Javier Ortiz, queda bien defendido con su excelente interpretación y una puesta en escena poderosa. Así que ha sido una noche de gran teatro la de hoy en La Abadía.