jueves, 30 de abril de 2020

Instrucciones previas para una utopía

de Juan Ayala.
Producción: Annie Pui Ling Lok y Juan Ayala.
con Jesús Barranco, Juan Ayala y Paula Rodríguez.

30 de abril de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 35’ aprox.

Somos el intérprete y el espectador de esta obra hiperconfinada que es una reflexión distópica desde el propio espacio en que nos encontramos. Voces en la cabeza nos van diciendo lo que el intérprete piensa y hace. Y nosotros lo hacemos y lo pensamos. A solas. En el teatro más solipsista del mundo: ese en que el actor y el espectador se funden.

Como en todas las demás obras de esta magnífica iniciativa que es este teatro confinado que organiza el Teatro de La Abadía, al principio somos recibidos en Zoom pero la propuesta transcurre en Telegram. Antes se nos ha indicado que solo necesitamos un cuerpo, un móvil, un papel para escribir, un espejo, una ventana y una puerta. La obra la haremos nosotros mismos que seremos a la vez el espectador y el intérprete (qué magnífica palabra en español precisamente en esta obra que es doblemente reflexiva) en esta distopía que lleva al límite sentimientos y pensamientos que nos son ahora menos ajenos que nunca. El sonido y las voces son impecables en ese audio que nos va guiando durante media hora en esta experiencia (auto)teatral. Me ha gustado especialmente el momento en que el intérprete y el espectador se desdoblan (nos desdoblamos) en la ventana. Y me parece un acierto la mutación de la voz que en el tramo final se convierte en femenina y hace que esta reflexión distópica se vaya convirtiendo en una alegre utopía. Algo especialmente oportuno en estas vísperas del final de esta vida confinada que llevamos desde hace siete semanas. 

miércoles, 29 de abril de 2020

Tras los pasos de Augusto Madeira Mendes

de Javier Hernando y Miguel Rojo .
Producción: Los Bárbaros y Teatro Abadía.
con J
avier Hernando.

29 de abril de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 45’ aprox.

En 2016 Javier Hernando pasó unos días de agosto en Ourique con sus compañeros de la compañía Los Bárbaros. Allí montaron un proyecto sobre la identidad local que titularon Las imágenes posibles. Inspirándose en Los detectives salvajes de Bolaño, su historia se construía a partir de la búsqueda de Augusto Madeira Mendes, un personaje ficticio (o quizá no) que también acabaron encontrando fuera de la ficción (o quizá no). Javier Hernando nos lo cuenta frente a la pantalla mientras nos lee algunos textos (el comienzo de Alzado del suelo de Saramago), nos muestra mapas y fotografías alentejanas y nos pone algunos videos de aquel montaje singular.

Volvemos a este teatro confinado que organiza el Teatro de la Abadía para asistir a esta experiencia que es más registro de un proyecto experimental que verdadera experiencia escénica. Con la lógica propia de los documentales de creación (aunque muy lejos de la brillatez de los de Guerín, McElwee, Siminiani o Polley) va reconstruyendo una búsqueda estival cuyo interés va creciendo conforme avanza el relato. Tras los pasos de Augusto Madeira Mendes podría llegar a convertirse en un (meta)documental que podría encajar en esa vigorosa corriente cinematográfica que, precisamente en Portugal, ha dado ejemplos muy notables en los últimos años. Lo que no parece probable es que sea transferible a formatos escénicos de teatros no confinados.

martes, 28 de abril de 2020

Protocolar

Dirección: Gustavo Tarrío. Guión: Marcos Krivocapich, Gustavo Tarrío.
una producción de Timbre4.
con Florencia Arci, Alejandra Arostegui, Lucía Corral, María del Rosario Costa, Natalia Garuti, Sayi Lavagna, Matias Milanese, Pamela Perez Adomaitis, Mariela Ponsetti, Mariano Rios, Magui Rossi, Stefano Sanguinetti, Agustina Sanz, Luciana Saporiti, Andres Savary, Mariana Tedesco, Jorge Vilar.

28 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 60’ aprox.

Teoría y práctica de lo protocolar. Desde las instrucciones preambulares sobre apagar los móviles y (no) desenvolver caramelos hasta las ceremonias escolares cuando viene la autoridad. Intervenciones sincopadas y agilísimas que ejemplifican y reflexionan sobre la construcción (y deconstrucción) del nosotros (y el nosotras). 

Dieciséis sillas esperan a que se sienten doce actrices y cuatro actores que durante una hora nos ofrecen un prodigio originalísimo muy difícil de describir. En el primer tramo intervienen frontalmente impugnando, apostillando, rectificando y objetando con una lógica entre judicial y metalingüística. Hay mucha hondura en esta coreografía de las palabras que no da tregua a la inteligencia y que derrocha buen hacer interpretativo en modo coral. Protocolar es teatro extraordinario que, con un dispositivo simple y perfecto pero muy exigente para los intérpretes, no solo cautiva por la finura y la originalidad de lo que hacen, sino que nos ofrece un buen ramillete de reflexiones sobre el lenguaje y sobre la condición humana (valga la redundancia) trufadas de ironías y divertimentos tan radicalmente locales como incontestablemente universales. Una grandísima joya (otra más) que podemos disfrutar en casa gracias a este Timbre 4 generoso que, por solo lo que uno quiera dejar en su gorra virtual, está haciendo que esta cuarentena nos esté resultando teatralmente mucho más llevadera de lo que podríamos esperar. Qué ganas de volver allí. Y qué ganas también de poder ver alguna vez a artistas como estos trayendo a España obras tan originales, inteligentes y magníficas como Protocolar.

lunes, 27 de abril de 2020

Todo verde

Texto: Santiago Loza. Dirección: Pablo Seijo.
una producción de Timbre4.
con Maria Inés Sancerni.

27 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 45’ aprox.

Una mujer sentada en una silla verde nos habla de Claudia. Desde que llegó a su pueblo su vida cambió. Ella tiene un loro que la importuna, una nueva percepción de los hombres y un intenso vínculo con Claudia que no es capaz de comprender. Hasta que le dice que se va a ir del pueblo y ella no lo soporta.

Un monólogo fascinante de una mujer sencilla. Imposible no pensar en Lola Herrera y en Cinco horas con Mario. Por el dispositivo escénico de Pablo Seijo, por la sencillez y fuerza del texto de Santiago Loza y por la extraordinaria calidad de la interpretación de Maria Inés Sancerni. El ritmo contenido del relato de esta mujer que se piensa subalterna tiene un contrapunto perfecto en las interrupciones del loro y en las abruptas reacciones de ella. Aunque en su vida predomine la simplicidad, todo lo que dice esta mujer interesa. Mérito de un texto bien escrito y de una interpretación perfecta. Han sido tres cuartos de hora de teatro magnífico y simplísimo. Solo una silla, una gran actriz que sabe medir los tiempos y una buena historia que merece ser contada. Un nuevo regalo escénico desde Buenos Aires.

sábado, 25 de abril de 2020

Esto es agua

de David Foster Wallace.
Producción: Pavón Teatro Kamikaze y Teatro Abadía.
con Israel Elejalde.

25 de abril de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 30’ aprox.

Más que aprender a pensar, aprender en qué pensar. Aprender a reconocer y renunciar a la configuración por defecto que caracteriza la forma adulta de ver la realidad y de verse a uno mismo. Ese es el valor real de la educación y eso es algo que nada tiene que ver con el conocimiento. Porque de lo que se trata es de tomar conciencia de qué es lo real y lo esencial, aunque no lo veamos. Igual que los peces de la fábula que David Foster Wallace contó en 2005 a los graduados del Kenyon College, todos deberíamos recordar una y otra vez que esto es agua.

Sin palcos, ni plateas, ni proscenios. Sin hombros, ni peines, ni corbatas. A cuerpo limpio. Cara a cara. Casa a casa. Así nos hemos sentido esta tarde los treinta afortunados que hemos podido asistir a este encuentro con el inmenso Israel Elejalde que hoy nos mira a los ojos hasta que los suyos se llenan de lágrimas. El texto de David Foster Wallace es superlativo e imprescindible. Nos habla sobre la educación y sobre la vida y resulta aún más necesario en estos tiempos en que muchos, que solo usan la configuración por defecto, siguen hablando de repeticiones, de suspensos, de notas y de exámenes. Un actor comprometido y un autor lúcido nos han regalado la mejor lección del mundo. Una lección moral, escénica y vital. Porque es vital que este texto se lea una y otra vez (por eso lo enlazo abajo) y es vital que Israel Elejalde pueda regresar pronto a los escenarios que tienen hombros, peines y corbatas para volver a interpretarlo (qué hermosa palabra de nuestra lengua, con permiso de Peter Brook, me parece mucho más pertinente que to play). Y que lo pueda hacer ante plateas y palcos abarrotados de espectadores silentes y atencionales para los que la normalidad no necesita adjetivos. Como todo lo esencial. Como el agua... Gracias Israel. Por una vez la pantalla me ha parecido una cuarta pared. Y espero que nos volvamos a encontrar muy pronto a los dos lados de la cuarta pared de los teatros (la del Palacio Valdés, la del Niemeyer, la del Pavón Kamikaze...) Esas que, como el agua, no vemos pero nos hacen entenderlo todo.


jueves, 23 de abril de 2020

Estación espacial

Creación: Álex Peña, Alberto Cortés y Rosa Romero.
una producción de Teatro de la Abadía.
con Álex Peña, Alberto Cortés y Rosa Romero.

23 de abril de 2020. Teatro de la Abadía (teatro confinado), Madrid (virtual). 40’ aprox.

La metáfora de la Estación Espacial Internacional sirve para mirar la Tierra desde un lugar radicalmente confinado y lejano. Desde allí cualquier mapa puede llevar a esas habitaciones propias cuyo opresivo cielo raso se obvia volando de un lugar a otro por Internet.

Por fin conseguimos entradas para una de las obras de ese teatro confinado que organiza el Teatro de la Abadía en el que 30 espectadores comparten tiempo real y espacio virtual con teatreros empeñados en seguir actuando desde sus casas. Estación espacial es una propuesta elusiva y con voluntad poética que quizá tiene en la referencia a la situación confinamiento su principal debilidad. El tema es demasiado recurrente para que en estos momentos sea un buen motivo teatral. La necesidad de mantener las distancias entre las personas hace que quizá no tengamos distancia suficiente para una mirada escénica sobre lo que nos está sucediendo. Por lo demás, la propuesta es arriesgada, con ese uso en tiempo real de tantos recursos digitales que a veces no llegamos a distinguir cuáles de las que vemos son imágenes pregrabadas y cuáles corresponden a lo que están haciendo realmente los tres actores que desde sus casas sevillanas reciben nuestra atención. Lo que sí ha habido es algo de esa comunión propia del teatro. De algún modo hemos compartido presencia virtual en esta comunidad anónima que hoy se asomaba a una pantalla que parecía ser la boca de un escenario. Así que ha sido una experiencia singular que nos hace esperar con muchísimas ganas Esto es agua, el monólogo sobre el magnífico texto de  David Foster Wallace  que tendremos la suerte de presenciar muy pronto a cargo del gran Israel Elejalde. Será el sábado a las ocho y media cuando compartamos con él tiempo real y espacio virtual. Casi como en el teatro.

martes, 21 de abril de 2020

El amor es un bien

dramaturgia y dirección: Francisco Lumerman. Inspirada en Tio Vania de Anton Chejov.
una producción de Timbre4.
con Manuela Amosa, Jose Escobar, Diego Faturos, Jorge Fernández Román, Rosario Varela, Candela Souto Brey.

21 de abril de 2020. Cine Teatro York, Buenos Aires (virtual). 80’ aprox.

Sonia lleva con su tío un modesto hotel en Carmen de Patagones, un pueblo remoto del sur de Argentina. Solo tienen alojado a Pablo, un médico que le gusta bastante a ella. Desde Buenos Aires llegan Alejandro, su padre, y Elena, la joven con la que él se casó tras la muerte de su madre. Esa visita romperá la modesta armonía de Sonia y los dos hombres y desvelará las amarguras y recelos de esa familia.

Ambiente chejoviano en este grupo humano varado en la Patagonia. El personaje de Sonia inspira toda la ternura del mundo. Su dulce debilidad hace que uno no pueda desearle otra cosa que lo mejor. Cualquiera sentiría eso ante un ser como ella. Excepto su padre, un hombre bronco y creído que casi provoca el sentimiento contrario. Ese personaje me ha recordado al del director de teatro que interpretaba magnificamente José María Marcos en Capitán, otra obra estupenda que nos han ofrecido desde Timbre4 en esta temporada obligadamente confinada. El amor es un bien es una historia bien argentina y bien chejoviana. Trepidante y sutil en los diálogos y en las interacciones, también tiene el sosiego propio de las historias en las que no pasa nada importante pero que nos desvelan la importancia de esa nada cotidiana en que transcurren tantas vidas. Porque de lo que esta obra trata es de las atmósferas, de las emociones que destilan esos diálogos tangenciales, esas ironías amigables y esa pena infinita que suscita el desamparo de quienes parecen nacidos para amar y para saberse ignorados. El amor es un bien. De eso no hay duda. Y los Timbre4 nos hacen mucho bien con obras como esta.

lunes, 20 de abril de 2020

Cronología de las bestias

dramaturgia y dirección: Lautaro Perotti.
una producción de Timbre4.
con Juan Manuel Casavelos, Andrés Ciavaglia, Adriana Ferrer, Julián Krakov, Silvina Sabater.

20 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 80’ aprox.

Beltrán vuelve a casa después de trece años. Desapareció con catorce y ahora se hace extraño el reencuentro con su familia. La indagación sobre lo que le sucedió no corresponderá solo a los personajes de la madre, la tía y el primo. También al espectador.

Hay mucha aspereza familiar, jerséis verdes muy dados de sí y mezcla de instantes actuales con otros del pasado que van tejiendo una historia de intimidades, mentiras y olvidos. La imagen con un único plano esquinado no resulta lo mejor para seguir la historia (Beltrán está a veces fuera del cuadro). Eso sí, queda la fuerza interpretativa de cinco actores capaces de transmitir la mayor veracidad en las duras relaciones de esta extraña familia.

domingo, 12 de abril de 2020

Nerium Park

de Josep María Miró. Dirección: Corina Fiorillo
una producción de Timbre4.
con Paula Ransenberg y Claudio Tolcachir.

12 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 85’ aprox.

Nacho y Victoria han dejado Buenos Aires para irse a Nerium Park, un country de los alrededores. El piso es más grande y, aunque por el momento son los primeros habitantes del edificio, el lugar parece prometedor para tener una familia. Pero entre mayo y abril asistimos al derrumbe de esta pareja que seguirá muy sola allí. O quizá no del todo porque un tal Sergio, real o imaginado, abrirá una brecha entre los dos cuando Nacho pierda su trabajo.

Esta vez Claudio Tolcachir ni escribe ni dirige. Solo interpreta magníficamente en este estupendo duelo (que lo es en varios sentidos) con Paula Ransenberg. Los personajes que los dos bordan cruzarán el otoño y el invierno y saldrán muy malparados del verano. Es una historia opresiva sobre ese negro y feroz desamor al que Serrat dedicó una canción. Pero también hay, en fuera de campo, una crónica pesimista en clave sociológica sobre un modo de vida que recuerda al mundo de Las viudas de los Jueves, la magnífica novela de  Claudia Piñeiro en la que que también había un matrimonio que (mal)vivía en un country y para el que las cosas terminaban (y allí también empezaban) bastante mal en una piscina. Así que ha sido otra magnífica hora y media de liberación del confinamiento gracias al teatro. Ese buen teatro que desde Buenos Aires nos ofrece Timbre4 como un bendito regalo cultural cada fin de semana.

jueves, 9 de abril de 2020

Fortunata y Benito

dirección y dramaturgia: Laila Ripoll
una coproducción de La Joven Compañía con la Comunidad de Madrid.
con Zhila Azadeh, Cristina Bertol, Eva Caballero, Yolanda Fernández,
Julio Montañana Hidalgo, Juan Carlos Pertusa y Jorge Yumar
.


9 de abril de 2020. Teatro Conde Duque, Madrid (virtual). 110’ aprox.

Una chica con pinta de estar en 2º de bachillerato tiene que repasar para un examen los apuntes sobre Galdós. Se llama Nadia y en el metro de Madrid se le aparece un tal Benito que, con mucha amabilidad, la va guíando por las peripecias de Fortunata, Juan y Jacinta.

Este año no podremos ver como todos los anteriores a la Joven Compañía en el Palacio Valdés. Cada primavera llenamos de adolescentes nuestro teatro y La Joven es siempre garantía de éxito. Ahora tienen en abierto varias de sus obras así que llevaré algunas de ellas a las casas de mis alumnos y, no pudiendo comentarlas en directo, abriré un foro en Moodle para que intercambien comentarios. Teatro confinado para todos los públicos que tendrá esta primavera programación quincenal para mis alumnos. Fortunata y Benito es ágil, ilustrativa, respetuosa con la historia de Galdós y a la vez muy bien actualizada. Todo eso era de esperar estando el texto y la puesta en escena al cuidado de Laila Ripoll. La iluminación y la concepción del espacio es, marca de la casa, sugerente y trepidante. Como las interpretaciones de este joven elenco que está magnífico en estos papeles que entreveran la distancia entre personajes que habitan esos mundos problemáticos de la España un poco anterior y un poco posterior al siglo XX.  La Joven no vendrá este año al Palacio Valdés, pero mis alumnos irán a La Joven y disfrutarán viendo su trabajo. Aunque tenga que ser en modo confinado.

lunes, 6 de abril de 2020

Capitán

dramaturgia y dirección:  Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob.
una producción de Timbre4.
con José María Marcos, Laura Lértora, Hernán Grinstein, Melisa Hermida, Magdanela Grondona.

 6 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 80’ aprox.

Nicolás Molinari había sido un gran director de teatro en Buenos Aires pero desde hace diez años no ha estrenado nada. Ahora vuelve (aunque él insiste en que nunca se ha ido) con una obra escrita, dirigida e interpretada por él mismo sobre un veterano director (aunque él insiste en que eso no es autoficción). En la preparación de la obra le acompañan dos actrices emergentes, una admiradora que desde hace tiempo le ayuda como secretaria y también su hijo. A pesar de que aprecian a Nicolás, él consigue llevarse mal con todos ellos.

Hace cuatro años vi Tercer cuerpo en Timbre4 justamente la noche en que la obra de Claudio Tolcachir cumplía ocho años representándose allí. Así que al final compartimos con los actores tarta y felicitaciones. Me encantó la obra y quedé impresionado con la interpretación de José María Marcos, que ahora protagoniza Capitán con el mismo elenco. Todos están magníficos, pero él me parece un actorazo que debería ser mucho más conocido también aquí. No solo le va muy bien este personaje sino que lo clava en los registros ásperos de esa masculinidad madura y bronca propia de quien está seguro de que el mundo está permanentemente en deuda con él. Tras la apariencia clásica de la puesta en escena hay mucha ironía metateatral en esta obra sobre un personaje nada amable al que, sin embargo, da gusto ver (mérito de Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob que lo crearon y de José María Marcos que lo encarna de manera impecable). Así que ha sido otra gran noche de teatro porteño filmado. La siguiente obra que veremos dentro de cinco días en Boedo esquina Las Meanas será Próximo. Pero el día 11 no tendré que hacer reseña confinada. Por suerte ya la hice en agosto de 2017, cuando pude disfrutar con esa magnífica obra de Claudio Tolcachir en su sitio natural: en Buenos Aires, en Timbre4.

Yo tenía un plan

texto:  Mónica Acevedo, María García De Oteyza, Juan Manuel Zuluaga, Emilia Rebottaro. Dirección:  Mónica Acevedo, María García De Oteyza
una producción de Timbre4.
con Juan Manuel Zuluaga, Emilia Rebottaro.

6 de abril de 2020. Timbre4, Buenos Aires (virtual). 60’ aprox.

Un actor y una actriz jóvenes participan en un proyecto que les han propuesto en Timbre4. Se trata de que nos cuenten cómo han llegado hasta aquí. A Buenos Aires. Al teatro. A Timbre4... Él es colombiano de Cartago y ella argentina de Patricios. Los dos van intercalando sus relatos reales y fascinantes. Los de sus propias vidas.

Autoficción sin ficción. El arte de contar historias en primera persona. De eso va esta maravilla que vemos en su última función antes de ese confinamiento que también ha llegado a Buenos Aires. Y es todo un lujazo poder verla, aunque sea de este modo. Juan Manuel Zuluaga y Emilia Rebottaro ponen máxima verdad en lo que cuentan. Y muchísima ternura y no poca ironía. También sobre el teatro, el metateatro, los subtextos, sobre esas improvisaciones que no lo parecen y sobre esa autoficción que ni es únicamente auto, ni apenas ficción. Una maravilla que uno solo lamenta no poder ver en directo. Por ejemplo, aquí en el Off del Niemeyer. Sería estupendo tenerlos por aquí cuando podamos juntarnos de nuevo en esa normalidad que anhelamos y que yo no soporto que se empiece a adjetivar como nueva. Quiero la normalidad de la vida. La que nos junta frente a un escenario para palpar la textura de otras vidas que no dejan de ser las nuestras. Las vidas de los actores, las de los personajes y las de quienes nos convertimos frente a ellos en seres radicalmente atencionales. Como esta tarde en Boedo esquina con México, ese lugar mágico que cada vez está más cerca de mi casa.

jueves, 2 de abril de 2020

La función por hacer

versión de Miguel del Arco y Aitor Tejada, a partir de Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello. Dirección: Miguel del Arco.
una producción Kamikaze Producciones.
con Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto, Cristóbal Suárez, Teresa Hurtado de Ory y Nuria García.

2 de abril de 2020. Teatro Español, Madrid (virtual). 90’ aprox.

Un actor y una actriz interpretan una obra en la que el personaje de él le muestra al de ella la forma en que la ha retratado en un cuadro. Pero la obra es interrumpida por la llegada de otros seis. No actores. Seis personajes que quieren formar parte de una historia que su autor no quiso concluir.

El 13 de agosto de 2010 los mismos actores trajeron esta joya a Avilés. Es el primer recuerdo que tengo de lo que sería ese proyecto Kamikaze, absolutamente imprescindible y revolucionario en el teatro español de esta década. No puedo olvidar aquella entrada de los seis por los dos pasillos del Palacio Valdés. Y ahora ha sido una gozada recordarlo en esta función de la sala pequeña del Español en la que es máxima la cercanía con el público con esa disposición en modo cuadrilátero. En el verano pasado se volvió a representar en el Pavón con motivo del décimo aniversario de su estreno, así que ha sido una idea magnífica que, en esta programación semanal de teatro en abierto en tiempos confinados, hayamos podido recordar la manera en que estos actores y personajes kamikazes buscan, encuentran y cautivan al espectador.