sábado, 28 de diciembre de 2019

Man up

texto y dirección: Andrea Jiménez y Noemi Rodríguez.
Producción: Centro Dramático Nacional y Barco Pirata.
con Fernando Delgado-Hierro, Pablo Gallego Boutou, Andrea Jiménez, Alberto Jo Lee, Juan Paños, Noemi Rodríguez y Baldo Ruiz.

28 de diciembre de 2019. Teatro Valle-Inclán (Sala Francisco Nieva), Madrid. 120’ aprox.


Cinco hombres arquetípicos (y una intrusa) se someten a la deconstrucción de su masculinidad a las órdenes de cuarenta y dos voces en off que formulan peticiones que tienen mucho de ajuste de cuentas. Todo con el aire alegre de un espectáculo de feminismo justiciero que resulta muy catártico para cualquier público.

Noemí y Andrea lo han vuelto a hacer. Tras verlas en nuestro off del Niemeyer en esas maravillas que fueron Interrumped y Generación Why nos las encontramos en el CDN con este espectáculo extraordinario sobre las masculinidades y sus derivas. Si Juliette Binoche no fuera tan seria y hubiera nacido en Galicia podría parecerse a Noemí Rodríguez, esa teatrera integral que piensa, escribe, dirige, anima, interpreta y conmueve como nadie y que también debe tener en sus genes una pizca de barroquismo valenciano. Y junto a ella hoy ha sido maestra de ceremonias al comienzo de la obra su gran amor, Andrea Jiménez, la otra mitad del cerebro, el corazón y las entrañas de Teatro en Vilo, esa casa de acogida abierta a otros intérpretes que en esta obra ha cobijado y diseccionado masculinidades varias con la ayuda de las víctimas deliciosas que han sido (también hay que nombrarlos) Fernando Delgado-Hierro, Pablo Gallego Boutou, Alberto Jo Lee, Juan Paños y Baldo Ruiz. Los cinco se han dejado manipular (no todos del todo) por esas cuarenta y dos voces amigas (que ya no nombro) durante dos horas tronchantes de teatro arriesgadísimo. Man Up es además una lección muy atinada sobre las relaciones humanas, sobre todo las que tienen en la dialéctica entre los dos sexos (Virginia Woolf pensaba que sería mucho mejor un mundo en el que su número fuera infinito) una de sus maravillas y también de sus dramas. Así que ha sido un gusto asistir en la sala Francisco Nieva del teatro Valle Inclán a esta obra edificante y esperpéntica, inteligente y divertida, velocísima e irónica que nos han ofrecido Noemí y Andrea (y también esos chicos). Será un gusto tenerlas el 29 de febrero en nuestro off avilesino. Ese día estrenan en el Niemeyer su próxima obra: Hoy puede ser mi gran noche.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Doña Rosita, anotada

de Pablo Remón. Versión libre de Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores, de Federico García Lorca. Dirección: Pablo Remón.
Producción: Buxman Producciones y La_Abducción.
con Fernanda Orazi,  Francesco Carril, Manuela Paso.

27 de diciembre de 2019. Teatros del Canal (sala negra), Madrid. 90’ aprox.
12
de junio de 2021. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés, 90
aprox.

Al director le han encargado una obra inspirada en Doña Rosita la soltera y nos cuenta el proceso. Primero dijo que no, pero su mujer, que es filóloga, le animaba a aceptar la propuesta. Así que cuando oyó hablar a unos jóvenes en un Starbucks y escuchó luego las voces de sus tías solteras que están muertas desde hace años pensó que lo que Lorca había hecho era una obra tierna sobre una mujer pretérita pero también una reflexión magnífica sobre el paso del tiempo. Y eso a él sí que le interesaba. Finalmente se ha animado a montar esta obra con dos actrices que ahora están con él en el escenario para interpretar, solo entre ellos tres, todos los personajes de esta Doña Rosita actualizada. Como si fueran los notas a pie del texto, él nos va explicando lo que hacen y también por qué lo hacen.

En ese libro magnífico que es De la mano de Federico, Lluís Pascual dice que para él Lorca es como su hermano. Y viendo lo bien que ha tratado sus textos desde los tiempos de El Público (¡ya han pasado más de treinta años!) hasta este último Romancero gitano a cargo de esa otra hermana del poeta que es Nuria Espert, no cabe duda de que Federico estaría muy orgulloso de él. Como lo estaría también de este otro hermano más joven que le ha salido ahora. Pablo Remón ya nos tenía abducidos con su capacidad para combinar como nadie humor y poesía, evocaciones y tristezas, aspereza y ternura. Por eso no nos sorprende que sus anotaciones sobre Doña Rosita sean tan radicales y por ello mismo tan respetuosas con un texto que trata, como él ha sabido ver, sobre el paso del tiempo. Y también sobre esa esperanza que alienta la vida y que, como señala Lluís Pascual a propósito del estremecedor monólogo del tercer acto, describe mejor la relación entre ambas que el dicho popular de que mientras hay vida hay esperanza. Por eso Pablo Remón llena de esperanza esa escena en la que Rosa se encuentra con su amante motero en los años ochenta y decide mantener con el máximo respeto ese monólogo del tercer acto que siempre fue de Nuria Espert y que ahora también lo es de la gran Fernanda Orazi. Con ella, con Manuela Paso y con Francisco Carril, Pablo Remón ha compuesto una obra magnífica que se integra plenamente en su universo personal sin dejar de pertenecer al de Lorca. Del texto original se ha atrevido a cambiar muchas cosas (el Ama es Rumana, el primo es motero y la tía es la suya) y ha querido también hacer un juego metateatral incluyendo su propia labor como traductor (en el sentido del que habla Juan Mayorga sobre las versiones de los clásicos) en ese trasunto suyo que es también Francisco Carril cuando no le toca hacer de su tía mientras Fernanda Orazi hace de Rosita. Pablo Remón y sus tres maravillosos secuaces han hecho un gran favor a Lorca y a Doña Rosita. Los han liberado de las veneraciones forenses de eruditos y anotadores para reivindicar de nuevo la frescura, la hondura y la ternura de un texto con un nombre diminutivo y un calado mayúsculo.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Pocahontas o la verdadera historia de una traviesa

Dramaturgia, dirección e interpretación: Bàrbara Mestanza.
Una producción de Bàrbara Mestanza con el apoyo de la Sala Beckett
con Bàrbara Mestanza.

26 de diciembre de 2019. El Pavón Teatro Kamikaze (ambigú), Madrid. 80’ aprox.


La historia de Pocahontas contada por ella misma. La vida de una mujer sometida por varios hombres y luego convertida en cuento infantil por quienes siempre escriben la historia. Ella la va reescribiendo ahora ante nosotros para mostrarnos en femenino singular los olvidos con que están hechos nuestros cuentos.

Hace tres semanas vimos en el Teatre La Gleva de Barcelona el gran trabajo de Bàrbara Mestanza con Ana Rujas que interpretaba allí La mujer más fea del mundo. La muy estimable apuesta feminista se mantiene en esta Pocahontas que resulta menos amable, pero no menos intensa y reflexiva. Ambos espectáculos comienzan con un preámbulo monologado que nos hace saber que lo que veremos tendrá asperezas, pero también mucho compromiso y lucidez.  Aquí el planteamiento sigue siendo en primera persona feminista pero su alcance incluye también una crítica muy oportuna, en estos tiempos obviada, al colonialismo anglosajón en (y después desde) Norteamérica ("estén donde estén los ingleses siempre creen estar en Inglaterra"). Pero Bàrbara Mestanza no solo es la autora de unos textos lucidísimos en los que la amargura y la crítica dejan también espacio a la ironía y la poesía, sino también una actriz poderosa capaz de sostener con una escenografía modesta un relato intenso y conmovedor. Su presencia y su voz (dulcísimas y a la vez rotundas) expresan muy bien el compromiso con un teatro en el que las pretensiones estéticas están a la altura de sus intenciones éticas y políticas. Y eso supone no olvidar que es bueno que las historias ajusten cuentas con la historia. Y eso Bàrbara Mestanza sabe hacerlo muy bien.

sábado, 21 de diciembre de 2019

Los otros Gondra (relato vasco)

de Borja Ortiz de Gondra. Dirección: Josep María Mestres.
Producción: Teatro Español.
con Marcial Álvarez, Sonsoles Benedicto, Fenda Drame, Borja Ortiz de Gondra, Lander Otaola y Cecilia Solaguren.

21 de diciembre de 2019. Centro Niemeyer, Avilés. 90’ aprox.


En un frontón de Algorta un Gondra se encontró en 1985 con su prima. Desde entonces los otros Gondra dejaron de existir para la familia de Borja. Aquella prima quiere ahora enterrar los restos de su madre en el panteón de la familia. Y eso hace que él indague sobre aquel pasado que sigue tan próximo. Lo hace hablando con su madre, leyendo las cartas de su hermano y reflexionando teatralmente ante nosotros. 

No vi Los Gondra, pero no creo que eso importe para entender esta historia. Sin embargo, parece que su autor nos presupone al tanto, no solo de su contenido, sino de que aquella historia era magna (y magnífica) y no menos ambiciosa (ni exitosa) que el relato vasco que Julio Medem hizo en su película Vacas. Sin embargo, aunque lo que se cuenta se pretende representativo de los conflictos ancentrales y recientes de los vascos, la forma en que se lleva al escenario no consigue conmoverme. Al contrario, lo enfático de la puesta en escena y el papel excesivamente protagónico de este autor metido a actor (incomparable su actuación con la de Marcial Álvarez, el verdadero actor que en otros momentos interpreta al personaje autoficticio) me distancian de una obra en la que encuentro demasiado ombligo. Quizá no me dicen mucho los actuales éxitos de los Gondras y las Patrias porque no olvido el silencio (y hasta casi la censura) que sufrieron obras teatrales muy bien intencionadas y bastante más catárticas sobre estos temas como La mirada del otro de María San Miguel y Chani Martín que vimos en el Off del Niemeyer hace cuatro años o aquel magnífico documental, razonable y razonador, que también dirigió Julio Medem. Se titulaba La pelota vasca y hace veintiséis años casi le lleva al ostracismo.

sábado, 7 de diciembre de 2019

La dona del 600

autoría y dirección: Pere Riera.
Producción: Bitò  y Minoria Absoluta.
con Mercè Sampietro, Àngels Gonyalons, Jordi Banacolocha, Rosa Vila y Pep Planas.
 
7 de diciembre de 2019. Teatre Goya, Barcelona. 105’ aprox. (catalán)


Dos hermanas vuelven a la casa del padre. Una desde Burkina Faso donde trabaja de cooperante. La otra desde muy cerca pero hace dos meses que no lo ve. Las dos descubren sorprendidas que él ha puesto un seiscientos en medio el salón. Esa es su forma de sentir que de algún modo su mujer le acompaña. Ella adoraba ese seiscientos pero hace tres años que ya no está.

Con un tono ligero casi de comedia se inicia una obra de ambiente familiar y apariencia obvia: un padre, dos hijas y algunos reproches. Sin embargo, hay bastante más. Hay una reflexión sosegada sobre la pérdida y el duelo. Hay un retrato de los afectos implícitos en los reproches mal expresados. Y hay también una mirada oblicua sobre la familia y la edad tardía. La dona del 600 es una historia amable y emotiva con diálogos ágiles (en catalán) aptos para todos los públicos. Para esos públicos maduros  que han llenado el teatro en este sábado de función doble y también para los de otras edades. Anoche salíamos encantados entre gente más joven tras ver La mujer más fea del mundo en La Gleva. Hoy salimos igual del Goya aunque el público de La dona del 600 sea algo mayor. Son dos obras muy distintas. En una una mujer ausente está muy presente y en la otra una mujer presente está como ausente. Las dos componen un díptico teatral muy diverso pero muy interesante en este fin de semana barcelonés.  

viernes, 6 de diciembre de 2019

La mujer más fea del mundo

Texto: Bàrbara Mestanza y Ana Rujas. Dramaturgia y dirección: Bàrbara Mestanza
Producción: Amici Miei Produccions.
con Ana Rujas.

6 de diciembre de 2019. Teatre La Gleva, Barcelona. 60’ aprox.


Una joven vestida de virgen nos espera cuando entramos en el pequeño espacio de La Gleva. Es una dolorosa que enseguida se quitará esa ropa y nos contará por qué lo es. Por qué pasa un día entero tirada en el suelo de su baño, por qué sale en una noche de desenfreno que aún le causará más daño y por qué  le provoca tanto dolor ser mujer y tener que vérselas siempre entre la belleza y la fealdad.

Mario Gas tiene la culpa de que hayamos venido esta noche a La Gleva. Bueno, también tienen la culpa La casa de la portera y el Kamikaze  porque esta obra ha estado en el ambigú de este y en aquella había visto a Ana Rujas hace tres años en la magnífica ¿Qué sabes tú de mis tristezas? Pero el principal culpable de que hayamos venido es Mario Gas que nos fascinó hace dos semanas en el Niemeyer con su Amici Miei y despertó nuestra curiosidad por conocer este espacio escénico que es tan íntimo como nuestro off avilesino y como el ambigú del Kamikaze. Tres lugares de lo más apropiados para el derroche de generosidad interpretativa que nos ha ofrecido esta noche Ana Rujas. La mujer más fue del mundo es un doliente y catártico retrato generacional en femenino singular. Radicalmente femenino y radicalmente lúcido con ese torrente expresivo lleno de interacciones irónicas con el público que hacen de la obra un drama en el que es posible sonreir y también un divertimento que da mucho que pensar. La mayoría del público tiene entre esos veinte y esos cuarenta y tantos años que definen las edades dramáticas de las que nos habla Ana Rujas en esta obra sobre una mujer que ya ha cumplido los treinta y que quiere seguir siendo actriz pero tiene que ser modelo. Un modelo de belleza que la oprime y con el que ella misma sabe que también está oprimiendo a otras mujeres. Así que ha sido magnífica esta hora larga de buen teatro catártico y feminista en cuyo final ella nos enseña una teta como gesto reivindicativo. Una obra y un gesto ante los que resulta bien merecido el aplauso. Gracias Mario por hacer que esta noche hayamos querido venir a La Gleva.