viernes, 18 de diciembre de 2015

Cuando deje de llover

de Andrew Bovell. Dirección: Julián Fuentes Reta.
una producción del Teatro Español.
con Jorge Muriel, Pilar Gómez, Consuelo Trujillo, Pepe Ocio, Susi Sánchez, Ángela Villar, Felipe G. Vélez, Ángel Savín y Borja Maestre.
 
18 de diciembre de 2015. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 125’ aprox.


Ocho décadas. Cuatro generaciones. Una familia entre Inglaterra y Australia. Vemos encuentros desordenados en el espacio y en el tiempo. Son fragmentos de una historia en los confines de un mundo que quizá está a punto de acabar.

"Deja que los muertos se hagan cargo de los muertos". Lo repiten distintos personajes en diálogos bilaterales con terceros inmóviles. Sus encuentros van componiendo una historia hipnótica y cautivadora desde esa primera escena, casi coreográfica, en la que nueve seres caminan bajo la lluvia. Aunque al final la obra se revelará como un poderosísimo retablo familiar, cada escena es una pieza singular que también fascinaría aunque no condujera a nada. Cuando deje de llover es un texto extraordinario lleno de evocaciones y reiteraciones que resuenan como costuras poéticas entre esos instantes y lugares dislocados que configuran la historia de esta familia. Los movimientos de los actores, la iluminación impecable y un manejo perfecto de unos recursos mínimos (poco más que unas mesas y unas sillas) nos hacen sentirnos partícipes de unos entornos y unos momentos más que familiares. Es, en suma, un trabajo mayúsculo en el que las interpretaciones (sin amplificar) de estos nueve actorazos, el extraordinario texto de Bovell y la brillantísima dirección de Julián Fuentes Reta hacen que nos reencontremos otra vez en Avilés con lo mejor de nuestro teatro.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Nada que perder

Dramaturgia: QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe. Dirección: Javier G. Yagüe.
Producción: Cuarta Pared.
con Marina Herranz, Javier Pérez-Acebrón, Pedro Ángel Roca.

 
4 de diciembre de 2015. Sala Cuarta Pared, Madrid. 100’ aprox.

12 de noviembre de 2016. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 100' aprox. Ciclo Off-Niemeyer 

Ocho confrontaciones bilaterales con un tercero que apostilla. Un padre profesor de filosofía y un hijo que ha provocado un incendio. Un policia inquisitivo y una funcionaria de malvada banalidad. Una hija que no entiende por qué el padre tolera a la madre corrupta. Una imputada a la que el abogado entrena para alargar su juicio. Un niño que sufre por la pesadilla de un desahucio que no comprende y del que su madre no lo puede defender. Un Quijote antimorosos al que su jefe instruye para perjudicar a alguien. Una madre ibérica que alecciona y encanalla a su hijo concejal. Un médico también corrompido que presiona al interventor que, por ser honrado, deberá elegir entre reconocerse loco o asesino.

"¿Hablarías con tu padre de filosofía?". Poco antes de empezar la función un hombre se ha acercado y me ha hecho esta pregunta. Él no sabe a qué me dedico y yo no sé que es el actor que pocos minutos después hará de profesor de filosofía en el primera de las escenas. Con un preámbulo así la obra solo podía ser memorable. Ayer la ponía por las nubes Javier Vallejo en El País y lo confirmamos esta noche en que volvemos a La Cuarta Pared en esta breve escapada a Madrid. Nada que perder puede parecer una obra centrada en realidades inmediatas (curiosamente estará en cartel hasta el día 19, la víspera de una fecha en la que, si el país se planteara las preguntas que contiene, muchas cosas cambiarían), pero la pertinencia de lo que se propone va mucho más allá de las coyunturas. Es un  texto mayor que fascina por la extraordinaria manera en que convierte en un puzzle perfecto el retablo de escenas que ya serían un trabajo mayúsculo aunque no tuvieran relación. Un texto en el que el tercero en discordia en cada escena aporta apostillas, subtextos o metatextos que, como fugas musicales, hacen que la serie de preguntas adquieran un relieve reflexivo pocas veces visto en un escenario. La puesta en escena es tan sencilla como poderosa (ideal para un extraordinario off en el Niemeyer) y a los pocos minutos ya ha llenado todo de la basura en que se mueven estos personajes. Son venticuatro seres magníficamente construidos por sus autores e interpretados en el límite de la transmutación por Marina Herranz, Javier Pérez-Acebrón y Pedro Ángel Roca, tres actores que tras un trabajo así solo merecen lo mejor. Nada que perder es una obra que nadie se debería perder. Y no hablo solo de los que nos gusta el teatro.
 

viernes, 27 de noviembre de 2015

Atchúusss!!!

adaptación de Enric Benavent y Carles Alfaro sobre textos humorísticos de Antón Chejov. Dirección: Carles Alfaro.
una producción de Pentación Espectáculos.
con Malena Alterio, Ernesto Alterio, Enric Benavent, Adriana Ozores y Fernando Tejero.
 
27 de noviembre de 2015. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 130’ aprox.


Cinco historias de risa hilvanadas por los recuerdos de su pasado como actor del viejo acomodador de un teatro.

Chejov como coartada. Para que parezcan otra cosa unas escenas que no tienen  enjundia ni gracia. Los cuatro premios Max me hicieron pensar que podría merecer la pena renunciar esta noche al festival de cine de Gijón para ver esta obra. Craso error. Y lo cierto es que tanto el título como el cartel ya avisaban de qué iba la cosa. Una bobada prescindible en la que los actores hacen lo que pueden con un montaje que parece destinado a públicos de risa floja. El tirón del elenco garantiza llenazo y aplausos. Pero está claro que en Avilés hemos tenido otoños teatrales bastante mejores.

viernes, 16 de octubre de 2015

La puta enamorada

de Chema Cardeña. Dirección: Jesús Castejón.
Producción: Salvador Collado.
con Eva Marciel, Javier Collado y Federico Aguado.
 

16 de octubre de 2015. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 90’ aprox.

La Calderona y Velázquez. Ella es la amante del rey. Él tiene el encargo de retratarla. Al principio los dos se caen mal, pero luego se enamoran.

Velázquez no pinta nada en esta obra. Ni en el sentido literal ni en el figurado. El autor de Las Meninas merecería un mejor retrato si es que ha de ir al teatro. Y también lo merece aquella cómica, fuera o no la hija de Calderón. No es culpa de los actores, que están todo lo bien que el texto y la puesta en escena les permiten. Pero, si la evolución de los personajes y el gesto final de él son previsibles desde el comienzo y la mayor emoción que llega desde el escenario es el posado de Eva Marciel ante el espejo, poco cabe esperar de una obra que ni siquiera tiene la excusa de estar adaptando un clásico. La venus del espejo podría dar para mucho más. Pero esto es lo que hay.

sábado, 10 de octubre de 2015

La mirada del otro

de María San Miguel y Chani Martín. Dirección: Chani Martín.
Producción: Proyecto 43-2.
con Ruth Cabeza, Pablo Rodríguez y María San Miguel.

10 de octubre de 2015. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 65’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


Entre los presos que se han alejado de ETA algunos quisieran encontrarse con familiares de sus víctimas. Así se inicia un  programa para facilitar esas entrevistas. Vemos los diálogos entre la mediadora y un ex-terrorista. También los que tiene con la hija de una de sus víctimas. Y al final el cara a cara entre los dos. Un diálogo restaurador que les ayuda a reconocer y a superar su culpa y su dolor.

Una escenografía mínima con solo dos mesas y tres taburetes. Un texto poderoso con diálogos bilaterales y soliloquios reflexivos. Y unas interpretaciones ajustadas y emocionales que hacen de La mirada del otro una obra magnífica que llega por igual al corazón y al cerebro. Al corazón porque siempre es catártico encontrar en la mirada del otro la manera de superar los males propios (y también los prejuicios del espectador). Y al cerebro porque esta obra (y aquel programa) solo molestará a quienes, de un lado, encuentran en las utopías o afrentas colectivas justificaciones para el sufrimiento individual, y a quienes, del otro, intentan que la de víctima sea una condición y no una circunstancia para así justificar ese pensamiento pétreo desde el que se llega a desear algo tan odioso como la prisión permanente revisable. La mirada del otro es teatro necesario, ese que emociona y ayuda a entender.

viernes, 2 de octubre de 2015

Juanita Calamidad

Texto y dirección: Antonio Álamo.
una producción de Chirigóticas.
con Ana López Segovia, Teresa Quintero y Alejandra López Segovia.

2 de octubre de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 95’ aprox. Estreno absoluto.


La Loli y Juanita Calamidad. Unas atorrantes gaditanas que no paran ni una noche. Hasta que a Juanita se le aparece el reloj biológico y la andaluza marchosa se convierte en madre al borde de un ataque de nervios.

También podrían llamarse las morancas. Tópicos femeninos, gracia gaditana y conservadurismo vital. Todo aderezado con canciones populares travestidas con letras cachondas y una puesta en escena con marcos simbólicos y un personaje desdoblado para justificar que el espectaculo se monta en un teatro y no en un plató de Telecinco. Se nota que encuentran gracioso lo que hacen y las tres se compenetran bien. Ana López Segovia tiene además una voz muy bonita cuando canta. Es lo mejor que se puede decir de este estreno que abre la nueva temporada teatral de forma bien distinta a la de otros años. Eso sí, del abono para este año no nos podemos quejar: fila seis lateral. Un sitio estupendo para ver obras mejores.

domingo, 23 de agosto de 2015

El cerco de Numancia

de Cervantes. Dirección: Paco Carrillo.
una coproducción del Festival de Mérida y Verbo Producciones
con Fernando Ramos, Ana García, Pedro Montero, Paca Velardiez, Manuel Menárguez, David Gutiérrez, Juan Carlos Tirado, Jose Fco. Ramos y Jesús Manchóns.
 
23 de agosto de 2015. Teatro Romano. 61º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. 95’ aprox.


Después de muchos años Numancia sigue resistiendo el asedio romano. Escipión arenga a sus tropas para endurecer la presión y someter a la ciudad a un cerco insoportable. Los numantinos intentan negociar la paz o que un duelo entre dos hombres defina al vencedor de esta larga guerra. Pero Escipión se niega a cualquier pacto. Finalmente será la suicida resistencia numantina la que se convertirá en legendaria.

Última función del festival de Mérida de este año. Volvemos nuevamente para ver esta obra extremeña que lo cierra. Hace dos años Las tesmoforias de Aristófanes y el año pasado Coriolano de Shakespeare nos confirmaron que las propuestas locales pueden estar a la altura de las mejores producciones que aquí se presentan. Antes de llegar al teatro (en las afueras de Numancia) nos encontramos con las tropas romanas que, más que en una guerra, parecen estar de juerga. Son decenas de miembros de la asociación cultural Emerita Antiqua  que, como el año pasado en Coriolano, bordan sus papeles de figurantes y nos hacen entender que Escipión tiene buenos motivos para arengar a sus tropas. La puesta en escena de la obra será coherente con este excelente preámbulo exterior y una iluminación que acaba tiñendo de rojo el escenario o unas simbólicas cintas que atan a los personajes numantinos demuestran lo mucho que se puede hacer con poco en un espacio teatral como este. Los actores están muy bien y mantienen siempre un tono enfático de corte clásico acorde con el drama que representan. Y precisamente esa apariencia clásica es lo que hace más censurables las modificaciones del texto cervantino (no por recortarlo o por prescindir del verso, sino por introducir diálogos nuevos o variaciones muy notables en personajes como los de Lira y Marandro). Por contra, está soberbio ese coro que nos recuerda una y otra vez la actualidad del drama al que asistimos y que quizá podría haber puesto voz a los personajes de Enfermedad, Hambre y Guerra que Cervantes hace hablar al final de la obra. En todo caso, la acertada puesta en escena saca tan buen partido al lugar que estas piedras milenarias acaban pareciendo las de la ciudad asolada. Así que ha sido otra noche muy grata en este magnífico teatro. Volveremos.

viernes, 21 de agosto de 2015

Bajo terapia

de Matías del Federico. Dirección: Daniel Veronese.
Producciones Teatrales Contemporáneas.
con Gorka Otxoa, Manuela Velasco, Melani Olivares, Fefe Martínez, Juan Carlos Vellido y Carmen Ruiz.

21 de agosto de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 95’ aprox. Estreno absoluto.


Una nueva sesión de terapia de pareja. Esta vez con tres a la vez. La psicóloga no aparece, pero les ha dejado unos sobres numerados con indicaciones sobre lo que deben hacer. Las confesiones y disputas serán más que catárticas. Sobre todo para una de las parejas.

Terminan las jornadas teatrales de agosto con un nuevo estreno en el Palacio Valdés. El del primer texto de Matías del Federico con una puesta en escena a cargo de ese maestro del teatro coral que es Daniel Veronese. Y la verdad es que no parece un estreno. Los seis actores están tan bien conjuntados como si llevaran meses de rodaje. Y eso es lo mejor. La agilidad y perfección con que desarrollan una comedia que a veces lo es en exceso y que termina convertida en un drama con intenciones edificantes. El giro final resuelve la extrañeza que produce que esas parejas, que aparentemente acaban de encontrarse, conecten con tanta facilidad. Pero el cambio de tono no es solo inesperado sino que parece inconveniente. Así que la idea podría dar para una gran noche (los actores y la dirección casi lo logran) pero el exceso de comicidad, por un lado, y el abrupto giro que cierra la obra, por otro, hacen que esta sesión de psicoterapia no esté entre lo mejor del teatro argentino.


miércoles, 19 de agosto de 2015

La voz humana

de Jean Cocteau. Dirección: Antonio Campos. 
Dsd cero, Producciones Escénicas.
con Antonio Dechent.
 
19 de agosto de 2015. Teatro Lara, Madrid. 60’ aprox. Off-Lara


En un dormitorio un hombre espera una llamada. La de la mujer que le acaba de dejar por otro. 

Antonio Dechent se atreve a dar la vuelta al monólogo de Cocteau y a hacer masculino el dolor por el desamor. El magnífico actor de A puerta fría se faja con un texto al que se le notan sus ochenta y cinco años. Entonces la voz humana pendiente de un hilo en el corazón de una cama podía ser metáfora perfecta de una intimidad a punto de romperse. Pero hoy el amor puede ser inhalámbrico y ya no sorprende que una voz lejana suene tan próxima en un auricular. En la intimidad digital son sincrónicas la voz, la imagen y casi el tacto, así que la tensión por el desamor puede aparecer con cualquier gesto o, como en la última novela de David Trueba, simplemente con un texto inesperado en el móvil. En todo caso, la intimidad teatral del off del Lara es perfecta para presenciar el trabajo de este buen actor que se atrevió a llevar a Cocteau a un mercado de Triana.

sábado, 15 de agosto de 2015

La asamblea de las mujeres

de Aristófanes. Dirección: Juan Echanove.
una producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Pentación.
con Lolita, María Galiana, Pastora Vega, Pedro Mari Sánchez, Luis Fernando Alvés, Concha Delgado, Sergio Pazos, Bart Santana y Santiago Crespo.

15 de agosto de 2015. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 120’ aprox.

Praxágora lidera a un grupo de mujeres que quieren hacerse con el poder. Simulando ser hombres los convencen de que el gobierno de Atenas estaría mejor en sus manos. Y provocan cambios tan hilarantes como que el amor sea libre y los bienes compartidos.

De eso trata más o menos esta comedia de Aristófanes que es una suerte de mofa sobre la ensoñación de un comunismo feminista. Y la burla es intemporal porque esa mirada reaccionaria es la que algunos tienen cuando juzgan, por ejemplo, a Ada Colau en Barcelona o a Manuela Carmena en Madrid. Lo raro es que sea Juan Echanove quien proponga una actualización así, tan distinta de la que hizo Esteve Ferrer con Las Tesmoforias para las compañías extremeñas que representaron muy dignamente esa otra comedia de Aristófanes hace dos años en Mérida. La puesta en escena en el Niemeyer es muy plana y me imagino que en el inmenso espacio escénico del Teatro Romano resultaría insuficiente. El tirón de los intérpretes, los guiños a la política actual, hombres con faldas a lo loco y un humor de palabrotas y cochinadas son el tipo de resortes con los que se pretende atraer al público y activar su risa. Queriendo defender al cine español el nuevo ministro de educación y cultura dijo el otro día que a él le gusta mucho Cine de Barrio. Así que no me extrañaría que, si le hubieran preguntado por el teatro, dijera que le gustan mucho las obras como esta. Pues eso, teatro de barrio.

viernes, 14 de agosto de 2015

Legionaria

de Fernando Quiñones. Dirección: Manuel Iborra.
Producción: Maestranza Films y Suroeste Films.
con María Barranco.

14 de agosto de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.


Hortensia nos cuenta su vida. La de la puta malagueña que abandonó a su novio el día de la boda para irse a Sevilla con un legionario y acabar viviendo en Cádiz. Con sinceridad y desparpajo nos va describiendo su trato con los hombres que ha conocido. Nos habla de lo mucho que le gustan y de lo que no soporta de algunos. Y lo hace desde su madurez feliz.

Una celebración de la libertad y el deseo en primera persona. Es el relato de una mujer que detesta el matrimonio y reivindica los placeres primarios y promiscuos. Nacer en Málaga, curtirse en Sevilla y ejercer en Cádiz dan al personaje un carácter que convierte en fascinante cualquier cosa que diga. Con su presencia rotunda María Barranco hace muy creible a esa Hortensia que sería mucho menos interesante si fuera, por ejemplo, de Salamanca. Y al pensar en ello se me hace inevitable comparar esta reivindicación andaluza del hedonismo en femenino singular con la del personaje de Charo López en Ojos de agua. Pero esta Legionaria no aguanta la comparación. Y no solo por su puesta en escena, mucho más plana, sino porque de Hortensia atrae más su forma de hablar que sus evocaciones, mientras que en Ojos de agua casi veíamos y sentíamos todo lo que aquella vieja Celestina nos contaba sin acentos (ni siquiera salmantinos). Por lo demás, en esta alegre defensa de la libertad feliz de una puta me sobra esa referencia final a los abusos infantiles que parece quitarle la razón a Hortensia al suponer que si una mujer alquila su cuerpo a muchos hombres es porque le ha pasado algo raro. Porque lo normal (y lo bueno) debe ser vendérselo a uno solo.

viernes, 7 de agosto de 2015

La calma mágica

autor y director: Alfredo Sanzol.
Producción: Centro Dramático Nacional y Tanttaka Teatroa
con Sandra Ferrús, Mireia Gabilondo, Aitziber Garmendia, Iñaki Rikarte, Martxelo Rubio y Aitor Mazo (voz en off).
 
7 de agosto de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 95’ aprox.


Óliver en una entrevista de trabajo. Olga y los extraños efectos de unos hongos. Martín y el video que obsesiona a Óliver. Una ventana abierta. Un futuro entrevisto o imaginado. Cazar en Monfragüe. Vivir en Kenia. Un elefante rosa. Los consejos de un padre muerto. Seguir en el teatro. Es la calma mágica.

El mundo según Alfredo Sanzol. Diálogos hiperrealistas en situaciones cuasioníricas. Personajes agobiados o seguros de si mismos se enfrentan al borde del surrealismo. La vida como posibilidad. El escenario como espacio diáfano y luminoso en el que se revelan incertidumbres cotidianas y obsesiones edípidas. Alfredo Sanzol dedica esta obra a su padre muerto, a la posibilidad de volver a hablar con él aunque solo sea desde el teatro. Y la realidad y la creación se cruzan más allá de lo imaginable. Porque al final oímos a ese padre que le habla al autor de este texto fascinante. Pero la voz es la de Aitor Mazo, el compañero fallecido al que dedican la función los otros magníficos intérpretes. Y así estas jornadas de agosto se abren con la magia del mejor teatro. El que nos trae otra vez el autor y director de obras tan cautivadoras como Días estupendos, En la luna o Aventura!

viernes, 10 de julio de 2015

Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano

de Mario Gas y Alberto Iglesias. Dirección: Mario Gas.
una coproducción del Festival de Mérida, Grec y Teatre Romea
con José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Pep Molina, Borja Espinosa, Ramón Pujol y Guillem Motos.
 
10 de julio de 2015. Teatro Romano. 61º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. 90’ aprox.


La acusación de Meleto, la defensa en el juicio, la última noche conversando con Critón... Y la muerte de aquel hombre que, según quienes lo conocieron, era el más sabio y el más justo.

Cerca de la orchestra un círculo negro sobre el que se proyecta una luz azul. A su alrededor unos bancos de madera que casi se continúan con nuestros asientos de piedra. Todo enmarcado en el lugar más oportuno para representar el juicio y la muerte de aquel héroe de la cultura occidental. La iluminación no nos oculta del todo, como si también fuéramos partícipes de una decisión que trascenderá los siglos. Los hechos que se representan son los descritos por Platón en la Apología, en el Critón y en el Fedón. Mario Gas y Alberto Iglesias han seleccionado los pasajes más oportunos y han tenido el acierto de dejar que las palabras que se oyen en este impresionante espacio sean casi siempre las del propio Platón. En ese conjunto magnífico solo desentonan un prólogo y un epílogo que pretenden subrayar lo que no es necesario: que aquel drama ateniense es intemporal y que los hechos que hoy se rememoran en Mérida ayudan a entender lo que nos pasa. Me sobra particularmente ese distanciamiento entre Pou y su personaje cuando se dirige al público para reivindicar el teatro frente a las toses y los móviles (que muchos aplaudan la riña demuestra que nos ha sacado del drama). Todo lo demás son aciertos. La rotundidad con que ese gran actor que es Pou encarna al viejo Sócrates al que hace protagonista incluso cuando no habla. La réplica perfecta como Critón de un Carlos Canut que, por físico y presencia, también podría haber estado bien en el papel del tábano de Atenas. La excelente idea de abrir la obra con la evocación a varias voces de la muerte de Sócrates tal como se describe al final del Fedón. La brillantez con que se destaca el pasaje del Critón en que hablan las leyes en el emocionante diálogo con el amigo y en la voz interior de ese daimon al que Sócrates escucha en silencio. Los contrapuntos que aportan los soliloquios de Jantipa (que con un texto estupendo humaniza aún más al protagonista) o de Meleto (al que hubiera preferido que, en lugar de mostrar dudas hamletianas que lo emparentan con el Judas de Jesucristo, hubiera mostrado un mayor distanciamiento del héroe con alguna crítica que pudiera anticipar la nietzscheana). Y también la representación de una muerte que al final de la obra ya parece reminiscencia de las ideas del deber y la justicia, asociadas para siempre con el pago de un gallo. Esta noche hemos asistido a un magnífico juego de espejos entre realidad, literatura y filosofía. Ante nosotros se ha representado lo que parece un impresionante texto teatral sobre un héroe mítico. Pero las palabras que se han escuchado en Mérida no son verdadera literatura sino hermosa filosofía y el hombre cuyo juicio y muerte presenciamos no es un personaje ideal sino el maestro real del filósofo cuyos textos fueron homenaje perpetuo a aquel pensador ágrafo. Una experiencia más que teatral que no podrá ser igual lejos de estas piedras. Pero que resulta más que edificante en estos tiempos en que el huracán wertiano ha dejado malparada a la filosofía en las aulas españolas. Precisamente por eso les comentaba hace unos días a los responsables del Centro Niemeyer lo singular de la oportunidad que se presenta este otoño con la concesión del Premio Princesa de Asturias a Emilio Lledó. Sería magnífico aprovechar la presencia en Asturias del maestro e invitarlo a Avilés para hacerlo coincidir con este Sócrates redivivo por estos monstruos del teatro que tantas obras han representado (y estrenado) en nuestra ciudad. Ya me imagino lo inolvidable que sería para todos (sobre todo para los jóvenes) la experiencia de escuchar al venerable maestro de nuestro tiempo tras ver en el escenario al maestro de maestros de todos los tiempos. Algo así no sería solo un hito memorable sino el complemento perfecto al homenaje que Lledó recibirá en Oviedo. Y una oportuna manera de celebrar que la historia de la filosofía seguirá estando viva en las aulas asturianas a pesar de los Meletos actuales que han pretendido su muerte.

viernes, 19 de junio de 2015

El zoo de cristal

de Tenessee Williams. Dirección: Francisco Vidal. Versión: Eduardo Galán.
Producen: Teatro Español, Secuencia 3, Pedro Hermosilla y SOM.
con Silvia Marsó, Carlos García Cortazar, Alejandro Arestegui y Pilar Gil.

19 de junio de 2015. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 115’ aprox.


Amanda Wingielfd es una madre dominante que se vanagloria de los diecisiete pretendientes que llegó a tener en su juventud. Y que lamenta haberse casado con un hombre que la abandonó hace tiempo. Tom y Laura son sus hijos. Él se siente frustrado trabajando en una zapatería y quisiera vivir otra vida. Ella tiene una cojera y pasa el tiempo jugando con figuritas de cristal. Amanda teme por el futuro de su hija y quiere encontrarle un marido. Jim, un amigo de Tom, quizá podría servir.

Drama familiar con toques de sátira. La ternura y el humor se dan cita desde las primeras escenas. No lo digo yo. Está en el dossier de la obra. Así que ya está dicho todo. Un dramón de tomo y lomo con momentos en los que el público se ríe. Y no porque esté entendiendo mal lo que le pasa a esta familia sureña, sino porque está previsto que la cosa tenga gracia. Uno se pregunta si tiene sentido llevar a los escenarios historias como esta. Y la respuesta suele depender de la calidad de la adaptación y del montaje. De si la reinterpretación del drama del autor venerable hace que lo que cuenta tenga sentido aquí y ahora. Pero El zoo de cristal me ha parecido esta noche tan poco interesante como si fuera de metacrilato.

viernes, 5 de junio de 2015

La muerte y la doncella

de Ariel Dorfman. Dirección: Antón Caamaño. 
Producciones NunTris.
con Mayra Fernández, Nacho Ortega y Fernando Marrot.

5 de junio de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Ciclo "Hecho en Asturias". Estreno absoluto


Gerardo formará parte de una comisión encargada de investigar los crímenes de la dictadura de Pinochet. De regreso a casa tiene un pinchazo y un hombre le ayuda a cambiar la rueda de su coche. Luego el hombre aparece en su casa y Paulina reconoce su voz como la del médico que colaboraba con sus torturadores. Ella no ha podido superar los estragos de aquel tiempo y esta noche tiene la oportunidad de ajustar cuentas con el pasado.

La puesta en escena es sencilla, pero el desarrollo de la historia resulta algo parsimonioso. Y así no consigue transmitir la tensión de un drama que Polanski hizo inolvidable con la ayuda de Ben Kingsley y Sigourney Weaver. Por lo demás, el epílogo en el acto posterior al informe podría ser una buena idea, pero cuando se está bajando el telón no tenemos del todo claro si quienes nos van a hablar son los actores o son los personajes.

viernes, 29 de mayo de 2015

El nombre

de Mathiew Delaporte y Alexandre de la Patellière. Versión: Jordi Galcerán. Dirección Gabriel Olivares.
con Amparo Larrañaga. Antonio Molero, César Camino, Jorge Bosch y Kira Miró.
 
29 de mayo de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox.


Cinco amigos se reúnen para cenar. Son un hermano, una hermana, sus parejas y un amigo músico del que se desvelará un secreto tras una tensa discusión a partir de una pequeña broma sobre el nombre que una de las parejas le pondrá a su hijo: Adolf.

La síntesis del párrafo anterior podría ser la de un estupendo drama dialogado a lo Yasmina Reza (más como Un dios salvaje que como Arte). Pero aquí viene en formato de comedia llena de resortes para que el público se ría. Para ponernos en situación, una voz en off nos va describiendo a los personajes mientras los actores entran en el escenario y en una pantalla se proyectan los títulos de crédito (también se nos indica que la cosa está patrocinada por una marca de coches). Al final, volverán la pantalla, la voz en off y unos vídeos sobre el futuro de los personajes. El nombre es teatro encapsulado en marcos cinematográficos convencionales y comerciales. El engranaje entre los actores funciona y la mayoría del público se divierte mucho con estos personajes caníbales que aderezan esta cena con tópicos que no excluyen aliños machistas y homófobos. A algunos los encuentro sobreactuados y no dejo de ver a los actores por encima de sus personajes. Como dice Jerónimo Granda: tiene que haber de todo. También en el teatro.

sábado, 23 de mayo de 2015

Trinidad

de Ana F. Valbuena. Dirección: Nacho Sevilla.
Hilvanando Producciones.
con Cristina Bernal, Marta Guerras y Lorena Toré.

23 de mayo de 2015. Centro Niemeyer (varios espacios), Avilés. 90’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


En la España de Elena Francis dos mujeres de provincias son felices en una buhardilla. Son Sole, una modista que lo dejó todo por amor, y Trinidad, una jovencita cautivadora y juguetona que le da la vida. Un día aparece Ángela, una viuda rica que les propone formar un triángulo perfecto. 

Un rincon del foyer superior del auditorio del Niemeyer se convierte en la buhardilla de estas amantes deliciosas que nos llegan desde La Casa de la Portera (una lástima que cierre en pocas semanas, seguiremos yendo a La Pensión de las Pulgas). En él se desarrolla un primer acto magnífico en el que compartimos la intimidad insular de estas mujeres para las que el ostracismo no parece condena. Luego las acompañamos a otro rincón del auditorio para ver a Trinidad convertida en vértice de un triángulo que quizá no sea solo el que forma con esas dos mujeres que la aman, sino también el que vincula a esa joven España que en los años sesenta aún estaba por venir con los que ganaron y los que perdieron la guerra. Lorena Toré y Marta Guerras bordan sus personajes de Sole y Trinidad desde el estupendo arranque en esa luminosa mañana de amor. Cristina Bernal está poderosa encarnando a esa mujer reprimida a la que tienta ese amor distinto. Así que la de hoy ha sido otra noche magnífica en este Off-Niemeyer que, en cualquiera de sus espacios, resulta ideal para lo mejorcito de ese gran teatro de pequeño formato que últimamente hace tan tentadora la cartelera madrileña. Las tres actrices recibieron un merecido y largo aplauso de un público que, puesto en pie, supo agradecerles ese perfecto triángulo interpretativo con el que demostraron lo difícil que es construir triángulos amorosos perfectos.