domingo, 19 de febrero de 2023

Los pálidos

Escrita y dirigida por Lucía Carballal
Una producción del Centro Dramático Nacional.
con
Israel Elejalde, Miki Esparbé, Natalia Huarte, Manuela Paso y Alba Planas.

19 de febrero de 2023. Teatro Valle-Inclán (sala Francisco  Nieva), Madrid. 95 aprox.

En el último episodio de Las hijas del Voleibol la capitana del equipo anuncia que va a ser madre. Ese desenlace ha sentado muy mal y en las redes son muchas las espectadoras que lo consideran sexista. Los guionistas de la serie tienen ahora el reto de que la segunda temporada recupere el interés de unas adolescentes que veían en esas deportistas un ejemplo de chicas liberadas con mucho mérito. Jacobo, el creador de la serie y el que se empeñó en cerrar así el último capítulo, le pide a María que se incorpore al equipo de guionistas para aportar una nueva perspectiva a la historia. Ella le daba clases a su hija y es una joven comprometida que ha dejado el mundo del teatro.

A la calidad como autora que había demostrado en Una vida americana, La resistencia o La actriz y la incertidumbre, Lucía Carballal une ahora un trabajo excelente como directora de esta espléndida obra en la que se combinan historias sentimentales, conflictos generacionales, perspectivas de género, confrontaciones ideológicas y una aguda reflexión con muchas capas sobre la escritura y la ficción en estos tiempos enredados. En Los pálidos hay también idas y vueltas sobre las relaciones de poder entre las edades y los sexos dentro y fuera de los entornos profesionales. Lucía Carballal entra a fondo en esos temas con un magnífico juego de espejos que neutraliza los lugares comunes a fuerza de confrontarlos con la manera en que son percibidos por sus contrarios. Eso provoca sonrisas en muchos momentos porque lo que se dicen (y nos dicen) los personajes es también lo que se dice (y nos decimos) fuera del teatro. Pero con la diferencia de que Los pálidos nos propone una reflexión nada superficial sobre las cuestiones de género. Lucía Carballal consigue además superar por igual lo políticamente correcto y las letanías contra ello. En Los pálidos no hay, por tanto, neutralidad aséptica ni militancia obvia. Hay, más bien, mucho compromiso ético y estético con cosas tan importantes como la creación de las historias y la reflexión sobre las vidas. Sobre lo primero el trabajo de Lucía Carballal tiene cierto parentesco con el de Pablo Remón. De hecho, Los pálidos podría componer un hermoso díptico con El tratamiento. Y sobre lo segundo, lo que aquí se muestra tiene la fuerza de las interacciones bilaterales entre los personajes que Pascal Rambert propone en obras como La Clausura del amor o Ensayo. En ellas Israel Elejalde también participaba en duelos arquetípicos desde una masculinidad cuestionada. Algo que hace como nadie porque sabe llevar al límite los desafíos emocionales.