texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de La_Abducción y Buxman Producciones.
con Ana Alonso, Francesco Carril, Bárbara Lennie, Francisco Reyes y Emilio Tomé.
9 de marzo de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno absoluto.
una producción de La_Abducción y Buxman Producciones.
con Ana Alonso, Francesco Carril, Bárbara Lennie, Francisco Reyes y Emilio Tomé.
9 de marzo de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno absoluto.
Un guionista prepara un tratamiento para una historia sobre la guerra civil. Es profesor de guión y tiene que soportar que las historias alucinadas de alguno de sus alumnos acaben colándose en su película convirtiendo en alienígena al ejercito franquista. Una exnovia suya olvidó que había escrito un relato sobre una chica que quería recordar la magia de un instante perfecto. El guionista tenía un hermano que murió hace tiempo, pero quisiera tenerlo a su lado en el estreno de su película. También hay encuentros diversos con otras gentes del cine. Y hasta un conductor que le enseña al guionista que los seres queridos nunca están en los tanatorios.
Cotidianidad poética, humor sutil, evocación existencial. Así empezaba el comentario de Barbados, etcétera, la segunda obra de Pablo Remón que veíamos en el off del Niemeyer el pasado noviembre. Y creo que esa descripción le va bien a su teatro. Sus textos conjugan extraordinariamente la evocación generacional, el hiperrealismo de los lenguajes, la ternura poética, el humor más grato y un relieve reflexivo que hace protagonistas a sus personajes no solo de su vida en la ficción sino también de los subtextos y metatextos que los conectan con nosotros. La escritura de Pablo Remón es prodigiosa. Hace reir, pensar y emocionar casi en la misma frase. Viendo La abducción de Luis Guzmán quedé abducido para siempre con esos mundos extraños y entrañables que me resultan tan próximos. En Barbados, etcétera disfruté lo indecible con esa cosmología generacional y esa profundidad discursiva que logró que aún no esté seguro de si aquellas historias las vi en el escenario o existieron solo en mi cabeza. En El tratamiento Pablo Remón usa el gran angular y nos presenta en sala grande una panorámica sobre lo que significa crear ficciones y existir en, con, por y para ellas. Pablo Remón es, por tanto, uno de los autores más singulares de nuestro teatro actual, pero también es un director sutil y poderoso que en esta obra ha dispuesto una escenografía que deja ver todos los recursos que los personajes usarán en la maravillosa miscelánea de esta cortísima hora y media. Su manera de dirigir a los actores también resulta perfecta. Seguramente porque se intuye una complicidad extraordinaria no solo con Ana Alonso, Francisco Reyes y Eminio Tomé (los que hemos visto aquí en sus otras obras) sino también con Bárbara Lennie y Francesco Carril que forman con ellos un quinteto conjuntadísimo cuyo impresionante trabajo de esta noche uno quisiera, como el personaje del inicio, no olvidar nunca. Así que, aunque no he visto 40 años de paz (pero sí No sé decir adiós, la magnífica película de Lino Escalera cuyo guión también es de Pablo Remón), me siento muy afortunado por vivir en Avilés y haber podido ver tres obras de este gran autor. El estreno de El tratamiento ha sido memorable. La semana próxima llegará a Madrid por la puerta escénica más grande: la del Pavón Kamikaze. Estoy seguro de que allí también recibirá muy buenas críticas. Estaremos pendientes de ellas y de los próximos trabajos de Pablo Remón.