de Lucía Carballal. Dirección: Víctor Sánchez Rodríguez.
una producción de Lazona.
con Cristina Marcos, César Camino, Mima Riera y Esther Isla.
15 de diciembre de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno absoluto.
una producción de Lazona.
con Cristina Marcos, César Camino, Mima Riera y Esther Isla.
15 de diciembre de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno absoluto.
La madre y las dos hijas han llegado a Minnesota para encontrarse con un padre que las abandonó hace veinte años. Ellas son madrileñas, de Tetuán, pero él nunca dejó de ser americano. Linda siguió manteniendo el sueño de esa vida diferente que su padre le había prometido. Por eso ha contactado con él después de tantos años. Su madre, su hermana y su novio la acompañan en esta búsqueda dudosa por la que solo ella parece tener interés.
En el escenario hay una caravana flotante sobre un bosque invernal. Es una magnífica metáfora del significado de este hogar femenino en el que la madre se empeña en olvidar lo que significó aquel hombre, una de las hijas lo busca para sanar su vida y la otra rechaza toda identidad basada en la diferencia sexual. Lucía Carballal capta muy bien esas palabras inerciales que identifican los modos de estar en la vida que caracterizan a las edades, los entornos y los géneros. Con ellas compone unos diálogos naturalistas bastante sutiles con los que ironiza lúcidamente sobre aspectos que pocas veces son tomados a broma como las identidades LGTB o las dos Españas. Es verdad que esa masculinidad que permanece fuera de campo queda poco perfilada y tampoco parece que su ausencia sea tan poderosa como para convertirse en el motivo principal de este relato sobre cuatro personajes que por si solos ya tienen mucho interés. Pero lo cierto es que sin llevarlos a Minnesota no percibiríamos el extrañamiento de estas identidades flotantes que quizá nos resultan más próximas porque las vemos tan lejos.