viernes, 24 de octubre de 2025

El hijo de la cómica

de "El tiempo amarillo 1921-1943" de Fernando Fernán Gómez. Adaptación y dirección: José Sacristán.
Producción: Pentación.
con José Sacristán
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24 de octubre de 2025. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90' aprox. Estreno absoluto.

Al hijo de la cómica lo nacieron en Lima (y en Buenos Aires) en 1921. Lo crió mayormente su abuela porque su madre pasaba mucho tiempo haciendo bolos por los teatros. De eso tratan estas evocaciones, de una infancia y una juventud en las que recibió el cariño infinito de una abuela "liberala" y el aliento de una madre intermitente empeñada en que aquel niño pelirrojo y larguirucho llegará a ser alguien. Y vaya si llegó. Fue Fernando Fernán-Gómez, el actor, director y escritor que recogió aquel tiempo amarillo en unas memorias que lo son también de un país. Ahora las comparte con nosotros un amigo suyo. Otro cómico español que también dirige e interpreta. Mejor dicho, encarna, porque en el escenario están los dos, el hijo de la cómica y nada menos que José Sacristán.
 
A cuerpo limpio. Igual que hizo con Miguel Delibes y con Antonio Machado. Convirtiendo la interpretación en presencia. La de Fernando Fernán-Gómez, la abuela costurera, la madre cómica y algunos más. José Sacristán lo consigue sin ninguna impostura. Haciendo del gesto un esbozo certero que deja el protagonismo a la voz y la palabra. Y qué voz y qué palabra. Las de un Sacristán imponente y un Fernán-Gomez memorable. Aunque no hubieran existido la cómica, el niño, ni aquella abuela buena, lo que hoy ha pasado en el Palacio Valdés seguiría siendo un milagro que sucede en un espacio escénico que no está ni vacío ni ocupado. Y es que Sacristán ha creado el lugar y la atmósfera especialmente propicios para la evocación. Así, con solo sentarse en una silla o señalar un cuarto con bombilla y tragaluz, nos hace ver a aquella abuela que zurce y habla con su nieto. Hay también, a veces, imágenes en blanco y negro de las alegrías republicanas, de las penurias tras la guerra y del afán de un joven por llegar a convertirse en ese hombre mayor y sabio que en la última fotografía nos mira a todo color. En el cine y en el teatro nos ha conmovido muchas veces José Sacristán, pero sus monólogos en Señora de rojo sobre fondo grisCaminando con Antonio Machado  y ahora El hijo de la cómica pasarán a la gran historia de nuestro teatro. Son obras que animan a volver a leer a Delibes, a Machado o esas memorias en las que se inspira esta magnífica obra. O a ver Los días azules, la película de Laura Hojman sobre Machado, o La silla de Fernando, de David Trueba, en la que aquel grandísimo actor también se sinceraba. O El mundo sigue, aquella joya que Fernán-Gomez dirigió e interpretó hace más de sesenta años y que, aunque menos conocida, es uno de los mejores clásicos del cine español. Con este estreno se confirma, una vez más, que en Avilés tenemos una programación teatral exquisita que en ocasiones sirve de faro para disfrutar también de otras artes. Como hoy con la vida y la obra de Fernando Fernán Gómez. Seguro que el hijo de la cómica estaría muy feliz con lo que ha hecho esta noche su buen amigo en el Palacio Valdés. 

viernes, 17 de octubre de 2025

Yo solo quiero irme a Francia

Autoría y dirección: Elisabeth Larena.
Una producción: Contraproducións.
con María Galiana, Alicia Armenteros Nieve de Medina y Ledicia Sola
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17 de octubre de 2025. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 80' aprox. Estreno absoluto.

Pilar nos recibe al comienzo, pero está muerta. Además de  su nieta  Leo, a su velatorio llega también Inés, otra joven a la que la abuela deja en su testamento la mitad de la casa. En realidad se la dejaba a su hija, la madre de Leo y de Inés, dos hermanas que no sabían nada la una de la otra. Ella también aparece en el velatorio. Mejor dicho se aparece, porque también está muerta.  
 
Estrenamos la temporada teatral con un primer estreno sobre los enigmas familiares de tres generaciones de  mujeres. Las jóvenes están muy vivas, pero saben poco de su pasado. Las otras dos están muertas y tienen cosas que reprocharse. Sobre todo, esa abuela rezongona que perteneció a la sección femenina siendo lesbiana. La idea de poner a un finado en medio del escenario puede dar mucho juego en el teatro (pienso en La voluntad de creer, de Pablo Messiez, o en Amistad, de Juan Mayorga). Aquí sirve para que los espectros de la abuela y la madre apostillen los diálogos entre las nietas y desentrañen algunas cosas que ellas no saben. La obra se sitúa entre la comedia tierna que hace sonreír al público y las truculencias que separaron en el pasado a madres e hijas y ahora podrían unir a las hermanas. Una pizca de memoria histórica (cronológicamente excesiva: la abuela se ha muerto ahora, pero recuerda bien la Guerra Civil) y algún tópico más cercano (el guiño a la salida póstuma del armario de una mujer que había llevado chaqueta azul) completan una historia que, en gran medida, se apoya en la presencia, espectral pero muy viva, del personaje de María Galiana. Desde el patio de butacas su papel recuerda más al de aquella abuela televisiva que al que bordó en La reina de la belleza de Leenane, la magnífica obra de Martin McDonagh que Juan Echanove estrenó aquí el año pasado.

viernes, 10 de octubre de 2025

Tebas Land

Texto: Sergio Blanco. Dirección: Corina Fiorillo.
Producción: Timbre 4.
con Lautaro Perotti y Gerardo Otero


10 de octubre de 2025. Centro Niemeyer (club), Avilés. 90’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.

Un dramaturgo quiere hacer una obra en torno al parricidio. Su primera idea es que la protagonice Martín, un recluso que ha sido condenado por ese delito. Los dos tienen varios encuentros en la cárcel para prepararla. Sin embargo, las autoridades no permitirán que Martín salga de allí para ir al teatro. Así que también veremos los encuentros del autor con el actor que interpretará su papel. 
 
En la reseña de Próximo hablaba de las conexiones entre algunas salas de teatro. Por ejemplo, entre esta y Timbre 4 en Buenos Aires. Lautaro Perotti protagonizaba allí por las mismas fechas las dos obras: Próximo y esta. Opté por ver aquella porque unas semanas después Israel Elejalde iba a estrenar Tebas Land en el Palacio Valdés. Ocho años más tarde la versión porteña de la obra llega a nuestro off del Niemeyer. Así que, ya digo, existen pasajes secretos que conectan algunos teatros al margen del espacio y el tiempo. Como si estuviera de nuevo en Buenos Aires, vuelvo a comprobar la diáfana complejidad y las infinitas sugerencias del texto de Sergio Blanco. Una joya en la que se dan cita las diversas capas de la autoría (quien escribe una obra, quien la dirige y quien nos muestra el proceso creativo de los dos) y de la interpretación (el que está en una cárcel, el actor que se enfrenta a ese reto y la representación que este hace de aquel). Y luego están Sófocles, Edipo y nosotros. Todos entreverados por Sergio Blanco, Corina Fiorillo y Lautaro Perotti que son los jefes de todo esto. Y, por supuesto, también está Gerardo Otero que es uno y trino a la vez. Casi no sale de la escena y consigue componer de manera soberbia al joven parricida que cumple condena, al actor que lo ha de encarnar en un teatro y también la propia interpretación que este hace de aquel. Tebas Land  es un ensayo performativo sobre el teatro (en esto también hay pasajes secretos que lo conectan con el Ensayo de Pascal Rambert), pero también una conmovedora reivindicación de la compasión y la ternura. Y es que Sergio Blanco reinterpreta el clásico de Sófocles sobre la relación paterno-filial de una manera magistral. Con su propuesta compondría un sugerente díptico (otro pasaje secreto) con Casting Lear aquella singular propuesta con la que Andrea Jimenez dialogaba hace poco con Shakespeare. Así que esta noche hemos asistido a una celebración de ese entretejimiento mayúsculo que es el teatro. Una verdadera symploké platónica capaz de conectar textos, autores, intérpretes, personajes y escenarios consiguiendo que la más hermosa complejidad resulte diáfana y cautivadora para el espectador.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Aburrimiento vocacional

Texto y dirección: Patri Caso.
Una producción: de Caso Villar.
con
Laura Ubach.


8 de octubre de 2025. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90' aprox. Ciclo "Hecho en Asturias".

Hay una joven en el escenario. Se sorprende de que la miremos. Ella quiere estar sola y sin que la molesten, pero poco a poco nos cuenta y nos muestra cómo es su vida. Su astenia vocacional, su incomunicación con los padres, su relación con una amiga y el exasperante aburrimiento existencial que preside su vida  
 
El comienzo, con la cuarta pared abierta y provocadora desde antes de que llegue la hora y se apaguen las luces, recuerda un poco al de aquellos magníficos Errantes que vimos en julio en el Corral de Comedias de Almagro. Aquí Laura Ubach está sola y solo tiene dos sillas para hacernos sentir el tedio de su vida. El suyo es un monólogo intenso y exigente por lo mucho que dice y lo mucho que transmite sobre lo que su personaje sufre. Es verdad que la desesperación generacional suele tener mucho de egocéntrico y doliente. Y en eso los de la Zeta no se diferenciarán mucho de los de las anteriores ni de las que les seguirán. Pero, como acertadamente señala Oriol Bartomeus en su libro El peso del tiempo, el concepto de las generaciones es bastante borroso. Solo tomado como escala para entender el ritmo del cambio histórico (como hace Mariano Fernández Enguita cuando distingue épocas de cambio suprageneracional, intergeneracional e intrageneracional) resulta fértil y pregnante. Patri Caso hace aquí una reivindicación del derecho a la queja y Laura Ubach lo ejerce con solvencia en femenino muy singular. Sin embargo, esa tristeza, ni siquiera burocrática (qué buena noticia el Premio Nacional de Ensayo para Remedios Zafra por El informe), es especialmente desoladora cuando se piensa que el ombligo del mundo está en Madrid y que los problemas de la vivienda se definen por la manera en que allí llegaría a parecer un lujo habitarla "con derecho a cocina", como tuvieron que hacer los abuelos de la generación Zeta (Ana Iris Simón podría ponerse bastante nostálgica con eso). Lo cierto es que Aburrimiento Vocacional ha sido intensa, por momentos exasperante, pero nos propone un buen tema para el debate.