Texto y dirección: Patri Caso.
Una producción: de Caso Villar.
con Laura Ubach.
8 de octubre de 2025. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90' aprox. Ciclo "Hecho en Asturias".
Hay una joven en el escenario. Se sorprende de que la miremos. Ella solo quiere estar sola sin que la molesten, pero poco a poco nos cuenta y muestra cómo es su vida. Su astenia vocacional, su incomunicación con los padres, su relación con una amiga y el exasperante aburrimiento existencial que preside su vida
El comienzo, con la cuarta pared abierta y provocadora desde antes de que llegue la hora y se apaguen las luces, recuerda un poco al de aquellos magníficos Errantes que vimos en julio en el Corral de Comedias de Almagro. Aquí Laura Ubach está sola y solo tiene dos sillas para hacernos sentir el tedio de su vida. El suyo es un monólogo intenso y exigente por lo mucho que dice y lo mucho que transmite de lo que su personaje sufre. Es verdad que la desesperación generacional suele tener mucho de egocéntrico y doliente. Y en eso los de la Zeta no se diferenciarán mucho de los de las anteriores ni de las que les seguirán. Pero, como acertadamente señala Oriol Bartomeus en su libro El peso del tiempo, el concepto de las generaciones es bastante borroso. Solo tomado como escala para entender el ritmo del cambio histórico (como hace Mariano Fernández Enguita cuando distingue épocas de cambio suprageneracional, intergeneracional e intrageneracional) resulta fértil y pregnante. Patri Caso hace aquí una reivindicación del derecho a la queja y Laura Ubach lo ejerce con solvencia en femenino muy singular. Sin embargo, esa tristeza, ni siquiera burocrática (qué buena noticia el Premio Nacional de Ensayo para Remedios Zafra por El informe), es especialmente desoladora cuando se piensa que el ombligo del mundo está en Madrid y que los problemas de la vivienda se definen por la manera en que allí llegaría a parecer un lujo habitarla "con derecho a cocina", como tuvieron que hacer los abuelos de la generación Zeta (Ana Iris Simón podría ponerse bastante nostálgica con eso). Lo cierto es que Aburrimiento Vocacional ha sido intensa, por momentos exasperante, pero, además de contar con mucha fuerza interpretativa, nos propone un buen tema para el debate.