de Jorge Llopis, versión de Florián Recio. Dirección: Esteve Ferrer.
una coproducción de Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Suripanta Teatro.
con Eva Gómez, Simón Ferrero, Eulalia Donoso, Ana García, Paca Valerdiez, Juan Carlos Tirado, Pedro Rodríguez y Jesús Martín Rafael.
con Eva Gómez, Simón Ferrero, Eulalia Donoso, Ana García, Paca Valerdiez, Juan Carlos Tirado, Pedro Rodríguez y Jesús Martín Rafael.
12 de agosto de 2017. Ruinas de Cáparra. 63º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Cáparra. 95’ aprox.
Los pelópidas tienen muchos problemas y le piden ayuda a Phideos, un chisgarabís casado con Elektra. Ella era la esposa del rey Ántrax que, al modo de Ulises, salió de viaje y no ha vuelto. Ahora él regresa y se encuentra con este panorama.
Volvemos a Cáparra y otra vez los tebanos le piden cuentas al rey. Esta noche en clave de farsa. Así que, tras la emotiva tragedia de ayer, hoy Cáparra se estrena como escenario de comedias con una muy irónica y muy extremeña. Yo, que no soy de risa fácil, me temo lo peor. Sobre todo, tras La comedia de las mentiras que vimos la semana pasada en Mérida. Pero no. El texto de Jorge Llopis, en versión actualizada (que no traicionada) por Florián Recio, engancha desde el comienzo con un uso del lenguaje que produce ironías rimadas a un ritmo trepidante. Y no es teatro de resortes. De ese en el que uno ya sabe cómo va a terminar la escena y hasta cada frase. Los Pelópidas es un juego alegre que tiene en los referentes clásicos y en el hablar de esta tierra las bases para conseguir que esta hora y media resulte sumamente grata. Y junto a un buen texto y una buena puesta en escena (magníficas esas trampillas de las que emergen los personajes) los actores están también estupendos. Todos están magníficos pero Ana García sorprende especialmente con ese personaje alegremente distraído de Menestra al que ha dado el punto justo para convertirlo en el mejor contrapunto de todos los demás. Así que los de Suripanta han triunfado en Cáparra. Con su homenaje desprejuiciado al teatro clásico han conseguido que este lugar que ayer se estrenaba para la gran tragedia hoy lo haga para la buena comedia. La que es tan pertinente, magnífica y radical como esta.