libro y dirección: Claudio Tolcachir.
producción: Complejo Teatral de Buenos Aires
con Santi Marín y Lautaro Perotti.
Pablo es argentino y malvive en Australia. Elián es español y trabaja en una serie de televisión. Los dos tienen una relación muy estrecha a través de las pantallas. Se quieren. Se cuidan. Y se sienten muy próximos.
Tras el reencuentro de anoche con la primera obra de Tolcachir, vuelvo hoy a Timbre 4 para disfrutar con su último trabajo, la historia de la intimidad cotidiana de una pareja que solo se ve a través de pantallas. Santi Marín es un actor español que no conocía y que está estupendo haciendo de ese compatriota que me ha recordado en algo al personaje de una magnífica película reciente: Selfie de Víctor García León. Lautaro Perotti hizo precisamente de Marito en los primeros tiempos de La Omisión de la familia Coleman y está perfecto aquí aportando sentimiento y naturalidad a su hermoso personaje (por cierto, que ahora hace doblete en Timbre 4: también está en Tebas Land, la exitosa obra del uruguayo Sergio Blanco que se estrenará en España, precisamente en el Palacio Valdés, con Israel Elejalde a mediados de noviembre). Próximo sería perfecto para un off en el Niemeyer. Aunque visto por un español rodeado de argentinos en Timbre 4 con la presencia inesperada de otro español interpretando esta historia de amor virtual con un argentino, la experiencia resulta muy especial. Pensando en estos vínculos entre las pantallas que conectan nuestros sentimientos a miles de kilómetros, y en los que también se dan entre las salas de teatro, recordaba esas conexiones entre los espacios de las que hablaba García Martín hace pocas semanas. Él se refería a un pasaje literario de la calle Florida que quizá conecte con otro de París. Es el pasaje Güemes en el que también estuve ayer. Mañana volaré a Asunción, pero ya sé que volveré pronto a Buenos Aires. Quizá mientras disfruto de alguna nueva obra de Tolcachir. Quizá en cualquiera de esos teatros íntimos y sentimentalmente gemelos de este que tenemos en Avilés o en Madrid. O si no, buscándome algún otro pasaje. Cualquiera que me traiga de vuelta hasta aquí. Ya digo. Volveré a Buenos Aires.