Autoría y dirección: Claudio Tolcachir.
Una
producción de Centro Dramático Nacional, Producciones Teatrales Contemporáneas y Teatro Picadero.
con Nourdin Batán, Fer Fraga, Malena Gutiérrez, Nuria Herrero y Gerardo Otero.
13 de diciembre de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 100' aprox. Estreno absoluto
Por
una vez nos acercamos a esos de ahí y entendemos su lengua. La que une a
Nuno, Munir, Dani y Eduardo en ese no lugar extranjero en el que
comparten extrañamiento. Son los nadies que ahora recorren nuestras ciudades con sus mochilas y
bicicletas. Godot podría ser aquí esa máquina muda que, como tótem posmoderno, suministra de forma imprevista direcciones y paquetes.
O Eduardo, ese personaje que, en fuera de campo, es el
destinatario de los afectos de Munir. Pero, además de los ecos beckettianos,
en el teatro de Tolcachir hay tantas resonancias propias que no hace
falta adscribirlo a ningún clásico. En Los de ahí las palabras a
veces se vacían y acaban expresando mejor lo que no dicen que lo
reiterado. Incluso las de Mirja, que sin entenderlas, tienen una fuerza
especial para esos nadies y también para nosotros (como las del monólogo en
ruso de la obra de Berta Prieto que tanto nos impresionó hace unos días
en la Sala Beckett). En Los de ahí el espacio vacío es un lugar
desolado, una espalda del mundo tras esa montaña que oculta y protege. Un sitio en el que la penuria, además de miedos, hace
crecer los afectos entre los personajes y quizá la compasión en nosotros. La obra tiene una aspereza y una parsimonia
exigente, pero el texto es radicalmente tolcachiriano. Lo es en
el lenguaje como protagonista desnortado, en el escenario como cobijo
de la intemperie y en los afectos como urdimbre tácita que ojalá ponga a
salvo a los personajes. Son algunos de los elementos conmovedores que, de un
modo u otro, estaban presentes en obras como La omisión de la familia Coleman, Emilia, Tercer cuerpo, Dínamo o Próximo.
Así que Claudio Tolcachir, además del demiurgo de Timbre 4, es un autor
extraordinario. Por lo demás, desde que lo tenemos en España también disfrutamos de su maestría dirigiendo textos ajenos como Tierra de fuego, Copenhague, La máquina de Turing o Las guerras de nuestros antepasados.
Así que ha sido un gustazo que haya vuelto al Palacio Valdés para
estrenar esta magnífica obra. Si no llevo mal la cuenta, este es su
quinto estreno en nuestro teatro. Y ya estamos pendientes del próximo.