con Esther Ortega y Carolina Yuste
2 de marzo de 2019. El Pavón Teatro Kamikaze (ambigú), Madrid. 80’ aprox.
Una madre y una hija aisladas del mundo. El padre es una ausencia de azúcar a la que ellas aluden con ansía y melancolía. Son dos seres desvalidos y conjugados que mantienen una relación casi animal de presión, protección, dulzura y ahogo.
La magnífica impresión de Un cuerpo en algún lugar nos hizo querer venir al ambigú del Pavón Kamikaze en este fin de semana madrileño para ver la última función de esta nueva obra de Gon Ramos. La atmósfera es íntima y recogida. La relación entre esa madre y esa hija tiene algo de animal pero también es radicalmente humana (sobre todo por el hiperrealismo de algunos de sus diálogos o más bien interacciones). Sin embargo, Suaves se queda en la abstracción de esa atmósfera, en el destilado de una relación que se pretende arquetípica pero que una vez formulada parece necesitar un mayor desarrollo. A la obra quizá le faltan hilos conductores para que el espectador pueda asirse y entender mejor sus claves. Y si no se pretende plantear un relato entonces quizá vendría bien multiplicar y modular los momentos de hondura poética (que los tiene) para que el conjunto resulte más cautivador. El magnífico recuerdo de Un cuerpo en algún lugar seguramente nos hacía esperar más de esta obra (y no era nada fácil mejorar lo logrado en aquella). En todo caso, habrá que estar atentos a los próximos trabajos de Gon Ramos, un autor de querencias existenciales capaz de crear atmósferas elusivas con intensidades notables.