autor: Antón Chéjov. Dramaturgia y dirección: Etelvino Vázquez.
producción: Teatro del Norte
con Cristina Lorenzo, Cristina Alonso, David González y Etelvino Vázquez.
15 de marzo de 2019. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Ciclo "Hecho en Asturias".
producción: Teatro del Norte
con Cristina Lorenzo, Cristina Alonso, David González y Etelvino Vázquez.
15 de marzo de 2019. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Ciclo "Hecho en Asturias".
Encuentros estivales e invernales entre cuatro personajes cerca de un lago. Son una actriz famosa, su hijo que aspira a renovar el teatro, su amante que es un escritor de éxito y la novia del escritor joven que también quiere ser actriz y se enamora del escritor mayor. Son Irina, Konstantin, Trigorin y Nina. A los cuatro los une el teatro, el lago y esa gaviota a la que da muerte el joven Konstantin.
Etelvino ha reducido a cuatro personajes los trece del texto de Chéjov y, a decir verdad, la obra se resiente. Se pierde sobre todo la compleja simetría de los amores transitivos que son uno de los ejes de La gaviota. De hecho, se reformula significativamente el tramo final de la obra que en buena parte debería ser protagonizado por personajes que aquí no están. Con buen criterio, Etelvino no ha querido prescindir de la reflexión sobre la creación literaria y el teatro que, en cierto modo, es el corazón de la obra. Sin embargo, al trufar el texto de referencias a Hamlet le da más relevancia al personaje de Konstantin y eso desequilibra el conjunto. Sobre todo porque, aunque el personaje en parte lo pide, la intepretación de David González es excesivamente enfática y hace parecer que La gaviota se centra principalmente en ese drama personal cuando la obra de Chéjov es mucho más compleja. Por lo demás, aunque la puesta en escena es demasiado sobria me ha gustado la oportuna contención con que Etelvino interpreta su personaje y el buen hacer de Cristina Lorenzo (ya nos tiene acostumbrados) y de Cristina Alonso en los papeles de esas dos actrices que ven su profesión desde momentos vitales tan distintos. La propuesta de Etelvino tiene, además, otro problema: compite en mi memoria con la estupenda versión cinematográfica que dirigió Michael Mayer el año pasado.