jueves, 2 de agosto de 2018

Mestiza

de Julieta Soria. Dirección: Yayo Cáceres. Asesor de dramaturgia: Álvaro Tato.
Emilia Yagüe Producciones.
con Gloria Muñoz, Julián Ortega, Manuel Lavandera, Silvina Tabbush.

2 de agosto de 2018. Conventual de San Benito, Alcántara. 34º Festival de Teatro Clásico. 80’ aprox.


Un joven Tirso de Molina visita con mucho interés a Francisca, la hija de Pizarro y de la princesa Quispe Sisa. Ella vive retirada en su jardín de Madrid y él quiere escribir sobre su vida. Las evocaciones de la mujer son del mayor interés para este joven ilusionado. Después de muchos años Tirso de Molina escribirá la Trilogía de los Pizarro. Pero apenas dirá nada de lo que aquella mujer le contó.

Julieta Soria escribe con lucidez y alegre ternura un diálogo imaginado entre el joven Tirso y la noble mestiza. Un encuentro posible que nos habla del Perú inca y de la España del siglo XVI. De América y de nuestra lengua. Y de los entrañables extrañamientos de quienes quieren a las dos. Mestiza también nos habla de esas hibridaciones involuntarias que acaban siendo tan fructíferas. De los encuentros entre las culturas, las generaciones y los sexos. De todo eso trata esta obra que no puede ocultar sus deliciosos aires ronlaleros. Por lo alegre. Por lo amigable. Por lo mucho que reivindica nuestra lengua y nuestra(s) historia(s). Así que disfrutarla frente a la galería de Carlos V en la Conventual de San Benito en la primera noche de esta edición del Festival de Alcántara es un lujo impagable. Sobre todo porque esta Mestiza lúcida, irónica y tierna está interpretada por una Gloria Muñoz magnífica que cautiva con su voz y con su gesto y por un Julián Ortega que también está perfecto en el papel de ese joven Tirso fascinado con aquella mujer madura que quizá se sabía la primera iberoamericana en Madrid. Al buen texto de Julieta Soria le acompaña la mano maestra de Yayo Cáceres (y de Alvaro Tato) y eso se nota. Ya digo, aunque no lleve su marca, esta Mestiza es de cepa ronlalera. Y por si eso fuera poco, los dos magníficos intérpretes tienen al pie del escenario el apoyo de dos músicos impresionanes. El que toca la guitarra es Manuel Lavandera y la hermosísima voz que canta es la de Silvina Tabbush. Los dos forman Madre Tierra, un duo magnífico que esta noche le han puesto aún más emoción y más alma mestiza a esta obra que entre otras cosas nos habla de lo mejor que tiene ser español: poder sentirse también americano.