de Stefano Massini. Versión y dirección: Sergio Peris-Mencheta.
una producción de Barco Pirata.
con Litus Ruiz, Pepe Lorente, Aitor Beltrán,Víctor Clavijo, Darío Paso y Leo Rivera.
17 de agosto de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 195’ aprox (con dos descansos). Estreno absoluto.
una producción de Barco Pirata.
con Litus Ruiz, Pepe Lorente, Aitor Beltrán,Víctor Clavijo, Darío Paso y Leo Rivera.
17 de agosto de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 195’ aprox (con dos descansos). Estreno absoluto.
La saga de los Lehman y la historia del capitalismo americano en tres actos. Desde que el primero de los hermanos llegó a Nueva York en 1844 hasta que en 2008 se hundió un conglomerado económico indefinible que de aquella familia de judíos alemanes ya solo conservaba el nombre. Todo comenzó en Alabama, cuando los Lehman pasaron de comerciar con telas a inventarse la figura del intermediario. Y con cada generación un nuevo invento para ir haciendo más monstruoso ese golem contemporáneo llamado capitalismo financiero.
La historia de los Lehman es descomunal. Y también lo es esta balada para sexteto en tres actos con la que Sergio Peris-Mencheta ha conseguido que todo el público del Palacio Valdés se haya puesto en pie para aplaudir larga y merecidamente las tres horas hipnóticas de este montaje superlativo que hoy se ha estrenado en Avilés. Los tres actos se desarrollan en un escenario complejísimo de polivalencia máxima con una estructura elevada a cuyos pies hay un carrusel multiusos. Y ocupándolo y manejándolo todo seis actores soberbios que interpretan a velocidades de vértigo ciento y pico personajes con acentos múltiples y apostillas sorprendentes. Todos tocan instrumentos y cantan un repertorio americano y judío que ya haría de esta monumental obra un musical estupendo si lo visto esta noche fuera solo eso. Pero no. Lehman Trilogy es mucho más que un musical. Es una propuesta teatral arriesgada, sincronizada, entretenida, lúcida, poética, irónica y fascinante. De lo mejor que se ha visto en un escenario en mucho tiempo. Lehman Trilogy es absolutamente barroca en su virtuosismo escénico y, sin embargo, diáfana en la composición de un relato lleno de capas que resulta accesible y cautivador para el espectador más despistado y que tampoco da tregua al que busca los matices y los subtextos. Es imposible destacar las virtudes de cada uno de esos seis actores totales. De hecho, su principal mérito es poner su indudable excelencia individual al servicio de esta propuesta infinita y coral. Cada micropersonaje y cada gesto es un hallazgo que merecería un comentario separado si no fuera porque la obra es un continuo inabarcable de creatividad y perfección. Los seis actores se sitúan al borde del abismo por la dificultad y el riesgo de su ritmo trepidante. Pero enseguida nos damos cuenta de que nunca se van a caer y que la alegre seguridad que muestran en la imagen del cartel describe muy bien la manera en que afrontan su trabajo en el escenario. Así que tenemos mucha suerte en Avilés. Sergio Peris-Mencheta nos frecuenta y nos aprecia. Que yo recuerde, ya ha estrenado aquí tres obras como director y otra más como actor. Como director le debemos esta joya que dará tanto que hablar (si no más) como aquel memorable Un trozo invisible de este mundo que escribió y protagonizó Juan Diego Botto. También estrenó aquí aquella propuesta variadísima que se titulaba Continuidad de los parques y La puerta de al lado (una obra que no puede ver). Como actor estrenó con Roberto Álamo también en el Palacio Valdés la magnífica Lluvia constante que dirigió David Serrano y también interpretó en el Niemeyer un rotundo Marco Antonio en el Julio César que dirigió Paco Azorín. Así que Sergio Péris-Mencheta es muy querido aquí y tras estrenos como el de esta noche quizá debamos declararlo avilesino de adopción. En todo caso, su virtuosismo como director y lo espectacular del resultado no debe hacernos olvidar que Lehman Trilogy también tiene mucha intención. Y es que la historia de los Lehman, además de ser una saga perfecta en el relato magnífico de Steffano Massini, ayuda a desvelar y denunciar muchas cosas sobre el mundo en que vivimos, como lo hacía también la estupenda película de J.C. Chandor Margín Call que Kevin Spacey presentó en el Niemeyer hace ahora siete años. Así que ir al teatro para ver Lehman Trilogy es asistir a un prodigio escénico e interpretativo, pero también a una lección de historia, de economía, de política y de moral. En este sentido, no puede ser más afortunada la coincidencia de esta obra en los escenarios españoles con la llegada este otoño de Michael J. Sandel para recibir el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Leer su libro Lo que el dinero no puede comprar y ver en un teatro Lehman Trilogy no son solo recomendaciones de experiencias gratísimas que cualquiera agradecerá. Son también enseñanzas especialmente necesarias en estos tiempos. Así que muchas gracias Sergio. Por tu compromiso con este arte total que es el teatro y por ayudar a desvelar cómo funciona el mundo.