autoría y dirección: Magüi Mira.
Pentación y Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
con Belén Rueda, Luisa Martín, Juan Fernández y otros
16 de marzo de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 80’ aprox.
Una Salomé que sabe lo que quiere y lo que quiere es de índole sexual. Aquí se la reivindica como modelo lejano de un empoderamiento femenino que se niega a considerar vicario el deseo y el placer sexual. La tendencia a seleccionar, interpretar o enfatizar temas que permitan rescatar del pasado (o proyectar en él) asuntos del presente es bastante común en la programación del Festival de Mérida (también la querencia por lo hilarante). Sin embargo, en esta Salomé de Magüi Mira creo que influye otra cosa que no viene de ahora sino de hace un siglo, concretamente de Joyce. Me refiero a Magüi Mira Molly Bloom, el extraordinario monólogo que ella dirigió y protagonizó a partir del capítulo final del Ulises. Así que si hay proyección aquí sería otra y sería doble. De personajes y de actrices: la de Molly Bloom sobre Salomé y la de Magüi Mira sobre una Belén Rueda que sale muy bien parada de este desafío. El resto del elenco también está bien afinado (incluida esa guardia real que cierra el espectáculo con coreografías dervichianas). Quizá se subraye en exceso el patetismo de la pareja madura en su función de contraste con lo tórrido de la relación, deseable pero imposible, entre Salomé y Juan. Aunque pone mucho empeño, la princesa no consigue que el cristiano, cautivo también de su militancia, pierda la cabeza por ella. O que lo haga antes de que eso suceda de modo definitivo y literal.