de David Mamet. Versión: Bernabé Rico. Dirección: Juan Carlos Rubio.
una producción de Talycual.
con Pepón Nieto, Magüi Mira, Ana Fernández y Miguel Hermoso.
30 de noviembre de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.
una producción de Talycual.
con Pepón Nieto, Magüi Mira, Ana Fernández y Miguel Hermoso.
30 de noviembre de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.
Un psiquiatra que tenía como paciente a un joven que provocó una masacre está en el punto de mira mediático y judicial. Sobre él se ha publicado una información falsa en un periódico que solo le dejará en paz si escribe un artículo que no le beneficia. La abogada defensora del joven también le pide que testifique a su favor. Pero él se niega a las dos cosas. A pesar de que su mujer y un amigo abogado le recomiendan que atienda esas demandas y siga con su vida.
Los conflictos entre la deontología y la ética. Los límites y consecuencias de mantener la coherencia. De eso trata esta nueva obra de Mamet que hoy se estrena en Avilés y que al parecer es su primera versión fuera de Nueva York. La obligación del secreto profesional es algo que comparten los periodistas (no deben revelar sus fuentes), los abogados (no deben acusar a sus defendidos) y los psiquiatras (no deben revelar información sobre sus pacientes). En realidad, el secreto de estos últimos se parece mucho al de los sacerdotes y Mamet lo ha tenido en cuenta haciendo que, aunque no sea católico, este psiquiatra tenga querencias religiosas y esté muy interesado en la Torá. Muy acertadamente Mamet deja en fuera de campo a los medios y plantea un interesante triángulo entre el psiquiatra, la mujer y el amigo que Juan Carlos Rubio presenta muy bien haciendo que siempre esté escena el otro mientras el protagonista habla con cada uno de ellos. Pepón Nieto está estupendo en el papel del psiquiatra y ha conseguido que me olvide de lo poco que me gustó La comedia de las mentiras. También es impecable y bastante opresiva una escenografía con intensa iluminación que me ha recordado (para bien) a la de la Muñeca de porcelana. Nada extraño siendo el director Juan Carlos Rubio del que, además de aquella, se han visto aquí hace poco obras tan bien hechas como Sensible o Páncreas. Sin embargo, aunque los mimbres son muy buenos y Mamet me gusta mucho creo que no será esta la obra que más recordaré de él. Planteando menos dilemas me gustó mucho más Muñeca de porcelana y me parecieron mucho más intensos y penetrantes sus conflictos de otras obras suyas que hemos visto últimamente como Oleanna o La anarquista (Magüi Mira destacaba muchísimo más en aquel papel). Qué se le va a hacer. Quizá sea que esta noche yo esperaba demasiado o que no estaba tan receptivo. Así que no sé si la culpa será de Mamet o mía.