texto y dirección: Juan Mayorga
producción: Avance Producciones Teatrales, Entrecajas Producciones Teatrales y García-Pérez Producciones.
con Blanca Portillo y José Luis García Pérez.
con Blanca Portillo y José Luis García Pérez.
1 de diciembre de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. 120’ aprox.
La mujer de un funcionario español en la embajada en Varsonia se obsesiona con el Gueto. Con las viejas fotografías de unas gentes que sonríen desde lugares que no es capaz de encontrar. Y con la historia de una niña y un anciano que dieron forma de mapa a la memoria de aquel territorio.
El teatro es el arte de destilar el tiempo y el espacio. De construir y reconstruir relaciones con sus habitantes. Por eso no es extraño que los escenarios parezcan siempre cartografías. Juan Mayorga sabe mucho de eso. De lo difícil que es mostrar varios tiempos en un solo espacio o utilizar el tiempo para acercar los espacios. Por eso es un cartógrafo excepcional. Lo es cuando explora nuevos territorios con sus textos y lo es también cuando, como en La lengua en pedazos, en Reikiavik o en esta obra, dispone él mismo sus mapas sobre el escenario. Los de El Cartógrafo tienen la escala perfecta. La de solo dos actores para cuatro personajes en dos tiempos (o dos actores para doce personajes en seis tiempos). En ningún lugar como en este resultará tan pertinente ese rojo radical de la cartografía escenográfica que Blanca Portillo y José Luis García-Pérez van trazando de manera extraordinaria. Los dos saltan de unos personajes a otros sin imposturas. Haciéndonos bien reconocibles esas topologías humanas en tiempos diversos con un trabajo actoral máximo a partir de recursos mínimos: la mujer inconsolable que no puede dejar de mirar al pasado, la niña que juega y aprende mientras hace mapas para el futuro, el funcionario de la embajada que se niega a salir de su presente, el anciano que desde el Gueto lucha contra el olvido del suyo. El cartógrafo es otra obra mayor de Mayorga (¿cuántas van ya?). Una obra para grandísimos actores (por eso la interpretan Blanca Portillo y José Luis García Pérez) que nos habla de los mapas y de la memoria. De esos mapas con los que se construye una historia que, como dice el anciano cartógrafo, se define siempre negando otra. Y de esa memoria del sufrimiento cuyo territorio es siempre a la misma escala. La escala del cuerpo humano que habita un espacio y un tiempo.