de Rafael Chirbes. Adaptación: Ángel Solo y Adolfo Fernández. Dirección: Adolfo Fernández.
una coproducción del Centro Dramático Nacional, K Producciones, La Pavana/Diputación de Valencia y Emilia Yagüe Producciones.
con Ángel Solo, Sonia Almarcha, Marcial Álvarez, César Sarachu, Rafael Calatayud, Yoima Valdés y Adolfo Fernández.
9 de junio de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. 100’ aprox.
una coproducción del Centro Dramático Nacional, K Producciones, La Pavana/Diputación de Valencia y Emilia Yagüe Producciones.
con Ángel Solo, Sonia Almarcha, Marcial Álvarez, César Sarachu, Rafael Calatayud, Yoima Valdés y Adolfo Fernández.
9 de junio de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. 100’ aprox.
España y su pasado. El lugar y el tiempo en que forjaron su poder los que hicieron crecer la burbuja que ahora ahoga a Esteban y a su padre nonagenario. Los dos volverán al marjal. Para terminar de una vez con todo.
Era muy difícil llevar al escenario la trama y la textura de la novela de Chirbes. La trama está bien sintetizada y no defrauda. Pero la textura es existencial y no es fácil recrearla mientras se cuenta una historia que es coral y singular a la vez. Unas estructuras de madera polivalentes se van convirtiendo de forma impecable en todos los espacios de ese mundo deprimente. Al fondo unas imágenes perfectas hacen que el marjal se parezca unas veces a los nenúfares de Monet y otras se convierta en territorio cinegético. O que nos sintamos en los garitos de los machos valencianos o esa vieja carpintería de una familia honrada. Las interpretaciones son ajustadas e impecables. Nada hay que reprochar, por tanto, a una obra que seguramente impresionará a quienes no hayan leído la novela por esta reconocible fauna de depredadores y carroñeros que nunca han abandonado su lugar de privilegio en nuestro ecosistema social y político. Pero la novela de Chirbes es mucho más que una denuncia de aquellos tiempos putrefactos. Son palabras mayores de nuestra literatura que apenas pueden ser recreadas en poco más de hora y media.