viernes, 26 de agosto de 2016

Las últimas lunas

de Furio Bordon. Dirección: Susana Hornos.
producción general: Pablo Silva y Susana Hornos
con Ramiro Vayo, Federico Luppi y Susana Hornos.
 
26 de agosto de 2016. Centro Cultural de la Cooperación (Sala Solidaridad). Buenos Aires. 90’ aprox.


Mientras espera a que llegue su hijo, un hombre mayor habla con una mujer de negro. Sobre su vejez, sobre su vida y también sobre el amor que compartieron antes de que ella muriera. También hablan de ese hijo que llevará al anciano a un asilo.

En la última película que vi en Avilés antes de salir para Asunción (muy intensa pero muy grata esta semana de trabajo con los docentes paraguayos), Federico Luppi tenía un papel breve pero soberbio. Recién llegado para pasar el fin de semana en Buenos Aires, me encuentro con que puedo verlo hoy en un espacio reducido del Centro Cultural de la Cooperación. Así que no desaprovecho la oportunidad y consigo una localidad en la fila 1 para disfrutar con la extraordinaria interpretación (casi un monólogo bien acompañado) de este elegante caballero de la escena que aquí modula estupendamente su voz y sus gestos para parecer realmente un anciano. Los diálogos son cotidianos, sosegados y abiertos a reflexiones sobre las edades de la vida que cualquier hijo, cualquier padre o cualquiera que haya amado puede compartir. La puesta en escena es sencilla y muy adecuada para mostrar esa estación de paso que es ahora la habitación de la casa del hijo que el hombre abandona y ese espacio sin sol en el que se aferrará luego a la vida cuidando de una planta. En el largo monólogo de la parte final ya no parece ser el personaje quien nos habla, sino el propio Federico Luppi que ha querido llevar esta obra al escenario sabiendo que fue la última que interpretó sobre las tablas el gran Marcello Mastroianni. Una experiencia inolvidable (otra más) en esta ciudad a la que tanto me gusta volver.