domingo, 28 de agosto de 2016

Tercer Cuerpo

libro y dirección: Claudio Tolcachir.
una coproducción de Timbre 4 con el Festival Internacional Santiago a Mil.
con Hernán Grinstein, Magdalena Grondona, Melisa Hermida, José María Marcos y Daniela Pal.
 
28 de agosto de 2016. Timbre 4 (Sala de la calle México 3554). Buenos Aires. 75’ aprox.


En el Tercer cuerpo hay una oficina en la que trabajan Sandra, Moni y Héctor en cosas que no sabemos. Solo vemos ese lugar pero también asistimos a las visitas de Sandra a la clínica de fertilidad, a los diálogos de la pareja en crisis que forman Sofía y Manuel, a los intentos de Héctor por encontrar una relación tras la muerte de su madre y a los reproches que luego le hará Manuel.

Tenía muchas ganas de conocer Timbre 4, ese lugar emblemático de Buenos Aires desde el que Claudio Tolcachir ha creado joyas como La omisión de la familia Coleman, El viento en un violín o Emilia. Las tres las hemos visto en el Palacio Valdés y el estreno de la última en nuestro teatro avilesino fue también el de este blog. Así que tenía claro que este fin de semana me pasaría por la zona de Boedo para ver esta obra. Y he tenido suerte porque no solo ha sido una magnífica despedida para este fin de semana en Buenos Aires sino que ha coincidido con la fecha en que Tercer cuerpo cumple ocho años representándose aquí. Así que al terminar la función los actores nos invitan a una tarta con velas. Y hay mucho que celebrar porque, igual que las otras propuestas del singular mundo teatral de Tolcachir, Tercer cuerpo hilvana magníficamente en un solo tiempo y espacio diálogos diversos con un naturalismo tan radical como la poesía que se atisba en el metatexto de esta obra perturbadora sobre personajes que uno intuye completos aunque solo se ofrezcan esbozados. Las interpretaciones son ajustadísimas y perfectas. Me ha encantado especialmente José María Marcos en el papel de ese Héctor de edipo consciente y homosexualidad quizá no tanto. El espacio escénico rasulta tan sencillo y franco como los de las obras que uno puede ver en la Cuarta Pared o en la Sala Mirador de Madrid. Así que a la salida, con el libro de Tolcachir en la mano (una suerte poder comprar aquí el que reúne los textos de El viento en un violín, La omision de la familia Coleman y Tercer Cuerpo) y con la intención de pasarme por la Pizzería Guerrín antes de recogerme en el hotel, casi le pido al taxista que me deje en Corrientes esquina Callao para seguir caminando unas cuadras con esa duda que siempre me dejó la canción de Sabina de si en un lugar así uno estaría realmente en Buenos Aires o en Madrid, esas ciudades a la que siempre quiero volver.

sábado, 27 de agosto de 2016

Nuestras mujeres

de Eric Assous. Versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino. Dirección: Javier Daulte. 
Una producción de Pablo Kompel y Gustavo Yankelevich.
con Arturo Puig, Guillermo Francella y Jorge Marrale
 
27 de agosto de 2016. Teatro Metropolitan, Buenos Aires. 90’ aprox.


Mientras Max y Pedro esperan a Toni para cenar pasan el rato hablando (mal) de la relación con sus mujeres. Y también hablan (mal) de la de él. Toni se retrasa y cuando por fin llega les confiesa que la ha estrangulado. Será una noche intensa en la que Max y Pedro tendrán que decidir si aceptan servirle de coartada a Toni.

Me he alojado otra vez en uno de los hoteles que me gustan de Corrientes, no lejos de Obelisco. Al llegar pedí una habitación que diera a la calle y por suerte había una en la cuarta planta. Nada más abrir la puerta me encontré con las sonrisas de Guillermo Francella Arturo Puig y Jorge Marrale en un enorme cartel frente a mi ventana. Así que he cedido a la tentación y me he organizado para que, entre la propuesta intimista de ayer con Federico Luppi y la despedida que reservo para mañana en Timbre 4, en esta noche de sábado solo tenga que cruzar la calle y participar en esta ceremonia del teatro multitidinario (y caro) con público participativo (y de risa floja) que caracteriza también a una parte de la cartelera teatral de Buenos Aires. Así que el espectáculo está tanto en el patio de butacas como en el inmenso escenario que ha preparado Javier Daulte para la casa del personaje que interpreta Guillermo Francella (un actor capaz de trabajos tan buenos en el cine como las de El secreto de sus ojos de Juan José Campanella, ¡Atraco! de Eduard Cortés o El clan de Pablo Trapero y también de otros tan sonrojantes como el de Corazón de León de Marcos Carnevale). El cartel que decora mi ventana tiene un reclamo curioso: "¡El mayor éxito teatral de Francia ahora en Buenos Aires!". Conociendo (al menos por el cine) el sentido del humor de cierto público francés no espero mucho de esta comedia. En este sentido, ni los actores ni el público me defraudan. Nada más salir a escena a Guillermo Francella y a Jorge Marrale se les recibe con un gran aplauso. Y, por más que sea inoportuno, se reservará otro para cuando aparezca más tarde de forma sorpresiva Arturo Puig. Los tres actores (con sonido amplificado) manejan a la perfección los resortes de una obra tan entretenida como previsible y buscan siempre la complicidad hilarante de un público tan dispuesto a reír como si hubiera acudido a una sesión del club de la comedia. Como es de suponer yo me río (y aplaudo) bastante menos. Pero debo reconocer que no me he aburrido. No sé si por contemplar la maestría con que estos buenos actores activan en el público los mecanismos de la risa o por comprobar lo mucho que algunas personas pueden disfrutar cuando se les ofrece justo lo que esperan. 

viernes, 26 de agosto de 2016

Las últimas lunas

de Furio Bordon. Dirección: Susana Hornos.
producción general: Pablo Silva y Susana Hornos
con Ramiro Vayo, Federico Luppi y Susana Hornos.
 
26 de agosto de 2016. Centro Cultural de la Cooperación (Sala Solidaridad). Buenos Aires. 90’ aprox.


Mientras espera a que llegue su hijo, un hombre mayor habla con una mujer de negro. Sobre su vejez, sobre su vida y también sobre el amor que compartieron antes de que ella muriera. También hablan de ese hijo que llevará al anciano a un asilo.

En la última película que vi en Avilés antes de salir para Asunción (muy intensa pero muy grata esta semana de trabajo con los docentes paraguayos), Federico Luppi tenía un papel breve pero soberbio. Recién llegado para pasar el fin de semana en Buenos Aires, me encuentro con que puedo verlo hoy en un espacio reducido del Centro Cultural de la Cooperación. Así que no desaprovecho la oportunidad y consigo una localidad en la fila 1 para disfrutar con la extraordinaria interpretación (casi un monólogo bien acompañado) de este elegante caballero de la escena que aquí modula estupendamente su voz y sus gestos para parecer realmente un anciano. Los diálogos son cotidianos, sosegados y abiertos a reflexiones sobre las edades de la vida que cualquier hijo, cualquier padre o cualquiera que haya amado puede compartir. La puesta en escena es sencilla y muy adecuada para mostrar esa estación de paso que es ahora la habitación de la casa del hijo que el hombre abandona y ese espacio sin sol en el que se aferrará luego a la vida cuidando de una planta. En el largo monólogo de la parte final ya no parece ser el personaje quien nos habla, sino el propio Federico Luppi que ha querido llevar esta obra al escenario sabiendo que fue la última que interpretó sobre las tablas el gran Marcello Mastroianni. Una experiencia inolvidable (otra más) en esta ciudad a la que tanto me gusta volver.

viernes, 19 de agosto de 2016

Perra vida

versión libre de "El casamiento engañoso" de Miguel de Cervantes. Texto y dirección: José Padilla.
Ángel Verde Producciones.
con Diego Toucedo, Nerea Moreno, Samuel Viyuela González y Elisabet Altube.

19 de agosto de 2016. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 60’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


Una mujer con carácter y un hombre desarrapado se encuentran en un local de carretera. Son personajes ariscos que al reconocerse rememoran anecdotas y afinidades de los tiempos en la legión en que debieron tratarse mucho. Otros dos personajes jóvenes y más dulces se encuentran en un restaurante. Él es el dueño y ella será la empleada. Al principio, porque luego ella será la esposa y él no será nada. O quizá algún día acabe recordando con otra mujer los tiempos en que fue legionario.

Desde Almagro nos llega al off estival del Niemeyer esta historia áspera y actual con la que José Padilla reinterpreta la de Cervantes. De él ya vimos en esta misma sala Haz clic aquí, una historia plural tan actual como bien contada. De Perra vida me gustan las rotundas e impecables interpretaciones de los cuatro actores, las atmósferas sórdidas o ingenuas que consiguen transmitir las dos historias y la continuidad sin transiciones entre los tiempos de las escenas. También me gusta la sequedad rotunda de la iluminación y del sonido, y esos ecos cervantinos en algunos soliloquios y en el habla de los perros que el personaje más áspero dice entender. Sin embargo, encuentro que algo le falta a la únión entre las dos historias. Por separado me interesan (sobre todo la primera), pero no encuentro todas las claves para disfrutar de la relación que se supone que hay entre ellas.

miércoles, 10 de agosto de 2016

La guerra de las mujeres (Lisístrata)

de Miguel Narros (versión de la obra de Aristófanes). Dirección: José Carlos Plaza.
una coproducción del Festival de Mérida, Producciones Faraute y Macande.
con Estrella Morente, Aida Gómez, Yolanda Murillo, Antonio Canales, Seleá Morente, Mari Carmen Segura "Almaria", Kike Morente, Mariano Bernal, Christián Lozano.
 
10 de agosto de 2016. Teatro Romano. 62º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. 90’ aprox.

Lisístrata es una activista de la paz. Y con ese fin convence a las mujeres para que libren con sus hombres una guerra particular. La de negarles el sexo hasta que abandonen las armas. 

Tiene razón José Carlos Plaza cuando dice que su Lisístrata (en la versión inédita de Miguel Narros) es como las comedias musicales americanas. Más que una obra de teatro, y más que un espectáculo flamenco, esta Lisístrita es un musical. Con una Estrella Morente a la que nunca le queda grande el escenario, una música grata de Juan Carmona y unos bailarines notables (sobre todo esa Aida Gómez que borda el personaje de Lampito), La guerra de las mujeres es un musical aflamencado y colorista en el que Estrella Morente interpreta una Lisistrata más pacifista que sicalíptica y José Carlos Plaza le da un puntito LGTB a la historia de Aristófanes coloreando sillas, sacos terreros y torres de luces y concediendo una presencia excesiva (en modo casi Gurruchaga) a ese personaje travestido de Antonio Canales que no tiene justificación en el texto clásico. Ni tampoco en el espectáculo, porque la notable presencia del, otras veces poderoso, bailarín aquí resta más que suma. Casi treinta personas entre músicos y bailarines en el escenario y el liderazgo de una Estrella Morente con voz, gesto y maneras deslumbrantes (como siempre) hacen que este musical aflamencado, sin emocionar ni impresionar mucho, nos depare otra noche muy agradable en este gran teatro.

domingo, 7 de agosto de 2016

Las harpías en Madrid

autor: Fernando J. López (inspirada libremente en la novela de Alonso de Castillo Solórzano). Dirección: Quino Falero.
Una coproducción de Pérez y Goldstein, Chacena, Flower Power y Degira Espectáculos.
con Nuria González, Marta Aledo, Natalia Hernández, Paco Déniz y Juanan Lumbreras.

7 de agosto de 2016. Conventual de San Benito, Alcántara. 32º Festival de Teatro Clásico. 90’ aprox.


Las harpías son Luisa y Feliciana. Y aún más su madre Teodora. Ella es quien las dirige en todas sus acciones. Y también quien nos dirige sus propias reflexiones. Son tres pícaras que llegan a Madrid dispuestas a hacer fortuna con sus cualidades femeninas. Y contando también con la ingenuidad masculina.

Volvemos a Alcantará en el último día de esta edición del Festival en la que se ha podido ver a Concha Velasco en Reina Juana, El cerco de Numancia en la estupenda versión que vimos el verano pasado en Mérida,  Triunfo de Amor que estuvo esta primavera en La Abadía y El retablo de las maravillas de Morfeo Teatro. Las harpías en Madrid se estrenó en el festival de Almagro hace apenas tres semanas. Es una comedia del género de la picaresca. O mejor de picaresca y género. Porque, además de narrar engaños femeninos con voluntad de hacer reír a partir de enredos barrocos, también pretende hacer pensar en verdades feministas más o menos intemporales. Los cinco intérpretes están rápidos, certeros y conjuntados. El texto, ágil y bien escrito, va más allá de los meros resortes hilarantes. Y aunque la puesta en escena no es muy ambiciosa, la obra se ve con agrado. Una lástima, en todo caso, que la tramoya de las luces sea tan visible ante un escenario tan magnífico como el de la Conventual de San Benito. Quizá no haya sido la mejor elección de la semana (no podíamos venir otro día), pero ha sido un gusto volver hasta aquí y compartir el disfrute teatral de este público extremeño que  un domingo por la noche llena las gradas de este hermoso rincón escénico más que periférico.