Me gusta ir al teatro, esa ceremonia en la que actores y espectadores compartimos tiempo y espacio. Mis primeros (buenos) recuerdos teatrales son estivales. Los de aquellos años ochenta en que Avilés quería volver a ser la Atenas de Asturias. Luego vino la reconstrucción del Palacio Valdes, los ciclos durante todo el año, los abonos, los estrenos nacionales y hasta las grandes propuestas internacionales de la mano del Centro Niemeyer. Los buenos efectos de mi blog de cine para mi memoria cultural me han animado a abrir otro para el teatro. Son solo maneras de fijar los recuerdos de este espectador con poca memoria que soy. Igual que en el de cine, en este blog resumiré cada historia y comentaré mis impresiones. Y añadiré también el programa de mano. Así, quien lo desee podrá ver lo que yo veo en cada obra. Hay sitio en el teatro.