domingo, 24 de julio de 2022

Lo fingido verdadero

de Lope de Vega. Dirección: Lluís Homar.
producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico.
con Silvia Acosta, María Besant, Montse Díez, Miguel Huertas, José Ramón Iglesias, Ignacio Jiménez, Álvaro de Juan, Jorge Merino, Aisa Pérez, Paco Pozo, Arturo Querejeta, Verónica Ronda, Aina Sánchez, Eva Trancón.

24 de julio de 2022. Teatro Adolfo Marsillach, 45º Festival de Almagro. 120’ aprox.

En la primera jornada vemos cómo Diocleciano pasa de ser un militar muy apreciado a convertirse en emperador. En la segunda, lo vemos como mandatario razonable que prefiere el realismo del teatro al sadismo del circo. La tercera jornada será la de la transgresión entre realidad y ficción. Así que Diocleciano tendrá que participar en la obra en la que Gines representa y vive su conversión cristiana y finalmente su martirio.  

Lo singular de Stanislavski y Pirandello anticipado por Lope. Lo fingido verdadero contiene en su primer tramo una reflexión sobre el poder en la que Lope combina esa crudeza y lucidez que parece patrimonio Shakespeare. Pero lo mejor viene después. Cuando, en esta historia apta para tantos públicos (por ejemplo, los del siglo XVII y los del XXI), se nos ofrece una maravilla metateatral acerca de la distancia entre el intérprete y el personaje y también una mirada especular sobre la ontología del escenario. Lluís Homar lo está haciendo muy bien en la Compañía Nacional de Teratro Clásico. En su labor como director y también cuando elige y dirige obras como esta. No pudimos verla en Madrid, pero hemos podido disfrutarla ahora en esta última noche del Festival de Almagro. Había leído maravillas sobre la interpretación de Israel Elejalde como Gines. Pero Nacho Jiménez ha estado perfecto en ese papel. También todos los demás (impresionante, por ejemplo, Arturo Querejeta en el papel de Diocleciano) que derrochan calidad en esta propuesta teatral tan contenida en lo formal y tan contudente en  su capacidad de destilar toda la belleza, la profundidad y la fuerza del mejor Lope (si es que en él caben grados). Así que han sido solo dos días en Almagro. Pero, una vez más, deliciosos. Volveremos. 

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