viernes, 22 de diciembre de 2023

La caja

Creación: Desirée Belmonte, Sebastián López, Carlos Molina. Texto y dirección: Desirée Belmonte
producción: Teatro La Catrina.
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on Desirée Belmonte.


18 de noviembre de 2023. Centro Niemeyer (club), Avilés. 60’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.

Mabel, Jordi y Vicente. Tres seres con afanes poco comunes. Mabel percibe como nadie los matices del presente. Jordi vive en la calle y duerme en la playa mientras escucha el sonido de las estrellas. Vicente viaja hasta París buscando su otra mitad. Los tres han sufrido el estigma y temido el encerramiento. Nos lo cuenta Desirée y lo vemos en sus videos.

Teatro documental sobre seres bondadosos que no le tienen miedo a la loca de la casa. La caja pudiera ser la de Pandora, en la que solo hay esperanza pero la mantienen cerrada quienes temen lo que ignoran. Son los que pretenden que cada singularidad encaje en una categoría y enclaustran a los que no caben en ninguna. La caja es teatro comprometido. Más que con la salud mental, con los valores humanos. Además de la narración de Desirée Belmonte, las tres historias se desarrollan con los videos de sus protagonistas y con esas metáforas hechas a partir de objetos (el círculo de espejos, la constelación de sombras, la caja que se va abriendo...) Así que bienvenidas sean propuestas escénicas tan sencillas y edificantes como esta. 

Programa de mano

viernes, 15 de diciembre de 2023

María Luisa

Texto y dirección: Juan Mayorga.
una producción de Teatro de La Abadía y Lazona.
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on Lola Casamayor, Juan Codina, Paco Ochoa, Juan Paños, Marisol Rolandi y Juan Vinuesa


15 de diciembre de 2023. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 100’ aprox.

Raúl, el portero del edificio en el que vive María Luisa, le dice que debería poner más nombres en el buzón para evitar que los ladrones sepan que vive sola. Ella le dice que ponga Emerson Azzopardi y Benito Beckenbauer. Al llegar a casa los dos la esperan. Beckenbauer es un hombre de acción dispuesto a poner el país a sus pies. Azzopardi es un poeta torturado al que continuamente le brotan versos. Luego aparecerá Juan Olmedo, un hombre de orden que se desvive por cuidarla. María Luisa comenta con su amiga Angelines cómo le va con ellos. Ellas se ven todos los jueves, aunque lo que de verdad le apetece a María Luisa es ir a bailar una noche.  

Un canto a la libertad de la mujer madura. Un catálogo de masculinidades arquetípicas. Un repertorio de actos de habla en español vigesímico. Un conjunto poético de filosofemas tentativos. Una comedia surrealista. Un juego de espejos metateatrales. Un texto diáfano y trufado de sutilezas. Todo eso es María Luisa. Mayorga en estado puro. La puesta en escena y las interpretaciones son perfectas. De hecho, ejemplifican la ambivalencia de significados que en español tiene la palabra que define el trabajo actoral: personificar a los personajes (hacer sonar la máscara) y proponer hermenéuticas sobre ellos. Hallazgos como esa escalera de luz que María Luisa sube con fatiga o esa grieta entre coche y andén que ella atraviesa para luego tirar del freno de mano o irse a bailar, demuestran el magnífico director que (también) es Juan Mayorga. Con María Luisa nos ofrece una lección de feminismo libertario y una nueva reivindicación del teatro. De ese arte en el que la imaginación puede ir más allá del encuentro entre autor, director, intérpretes y público. Porque los propios personajes también pueden crear y recrear sus vidas. Quizá Raúl no sea un portero sino un director de escena. Azzopardi, Beckenbauer y Olmedo pudieran no ser ficciones sino intérpretes y sus personajes podrían ser esos muñecos colocados cerca de la ventana que terminan arrumbados en el proscenio. Pudiera ser que la verdadera autora de María Luisa sean María Luisa y que nosotros estemos mirando su vida desde la calle. Podría ser incluso que ella finalmente nos esté invitando a bailar. Ningún lugar más propicio para pensar todo esto que el Niemeyer. Aquí el escenario también se abre a una plaza.

Programa de mano

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Días de vino y rosas

de J.P. Miller. Adaptación teatral: Owen McCafferty. Versión: David Serrano. Dirección: José Luis Sáiz.
Producción: ADN Teatro.
con Marcial Álvarez y Cristina Charro.

6 de diciembre de 2023. Teatre La Gleva, Barcelona. 75’ aprox. 

Sandra y Luis se conocen en un aeropuerto de camino a Nueva York. Los dos piensan vivir en esa ciudad. Él trabajando como relaciones públicas de un gran equipo de baloncesto y ella buscando simplemente la felicidad. Los dos acabarán juntos y tendrán un hijo. También compartirán una gran afición al alcohol. 

Se estrena hoy en La Gleva esta obra basada en la historia de J. P. Miller en que se inspiró Días de vino y rosas, la película de Blake Edwards. Los personajes son españoles y la ciudad es Nueva York en lugar de San Francisco, pero lo esencial de la historia se mantiene. Cristina Charro y Marcial Álvarez consiguen modular muy bien la intensidad creciente de este viaje al abismo de sus personajes. Y José Luis Sáiz destila lo básico de la historia ubicándola en un espacio con elementos mínimos (apenas dos sillas y un mueble bajo) que, con mucho acierto, lo fía todo a la fuerza de las escenas y a lo bien que hacen los intérpretes las transiciones y cambios de vestuario sin abandonar ese espacio. "Contigo hasta el infierno" es la frase que ella repite varias veces y resume muy bien la hibridación entre la adicción y la historia de amor que define la historia. Días de vino y rosas da que pensar sobre los cambios de hábitos y percepciones que ha habido acerca de las adicciones en el mundo adulto. Más normalizadas, diversificadas y mimetizadas que nunca, siguen estando presentes en estos tiempos inciertos. Aunque, seguramente, las que más condicionan las vidas ya no sean las que se beben, fuman o esnifan, sino otras que, de forma más sutil, afectan directamente al alma.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Romeo y Julieta despiertan

de E. L. Petschinka. Dirección: Rafael Sánchez.
una producción del Entrecajas Producciones Teatrales y Teatro Español.
con Ana Belén, Jesús Noguero, José Luis Torrijo, Irene Rouco y Pablo Amorós.


1 de diciembre de 2023. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 100’ aprox.

Quizá lo hacen cincuenta años después. Los dos despiertan, pero les cuesta reconocerse. Sobre todo a Romeo, que vuelve bastante amnésico a la realidad.

Recuerdos intermitentes de unos amantes con el sueño eterno interrumpido. Hay música en directo y, desde el comienzo, hay también roturas parciales de la cuarta pared. La puesta en escena es sobria pero eficaz. Las interpretaciones son impecables, con variaciones sin estridencias entre las distintas edades de los personajes. Así que todo está bastante bien en esta obra que, sin embargo, me hubiera gustado que me gustara más. Es como si la encontrara a medio camino entre la recreación de un clásico (y al verla  me acuerdo de lo que hizo Sergio Peris-Mencheta en Castelvines y Monteses) y su revisión (pienso en lo que hizo Pablo Remón con Doña Rosita, anotada -y en lo que seguramente hará con Vania-). Creo que Petschinka se queda a medio camino o no llega a ninguna de las dos cosas. Pero eso no desmerece el estupendo trabajo que hacen Ana Belén, Jesús Noguero y los demás.