viernes, 31 de enero de 2020

Divinas palabras

de Ramón María del Valle-Inclán. Dirección: Jose Carlos Plaza.
Producción: Centro Dramático Nacional y Producciones Faraute.
con María Isasi, Javier Bermejo, Alberto Berzal, María Heredia, Chema León, Carlos Martínez-Abarca, Ana Marzoa, Diana Palazón, Luis Rallo, José Luis Santar y Consuelo Trujillo.

31 de enero de 2020. Centro Niemeyer, Avilés. 105’ aprox.


La hermana de Pedro Gailo muere y deja a su hijo a merced de quien se aprovechará de él exhibiendo su lamentable condición. Mari-Gaila, la esposa del Sacristán, se va con su amante y un grupo de gente emborracha al muchacho hasta matarlo. La custodia del cadáver y el descubrimiento del adulterio harán que el esperpento acabe siendo más tragedia que comedia.

Diez actores conjuntadísimos nos presentan este drama centenario haciendo suyo este enorme escenario del Niemeyer sin necesidad de limitar el espacio ni de amplificar sus voces. Su poderío interpretativo está a la altura de una puesta en escena acertadísima y tan simple como precisa en esas evocaciones que con apenas unas telas, unas poleas y unos resortes que ellos mismos manejan nos hacen imaginar los espacios de esa ruralidad oscura, casi goyesca, en que Valle-Inclán sitúa los hechos de esta obra centenaria. Hoy su temática podría parecer a algunos extemporánea, pero ver ahora Divinas palabras da mucho que pensar sobre cómo ha cambiado en España la forma de considerar asuntos tan importantes como la discapacidad, la homosexualidad, la fidelidad, el sexo o el papel de la religión. 

sábado, 25 de enero de 2020

Medusa

autor: Ricardo Menéndez Salmón. Dramaturgia: Pablo Ley. Dirección: Aleix Fauró.
producción: La Virguería.
con Pepo Blasco, Patrícia Bargalló, Isis Martín y Sergi Torrecilla.

25 de enero de 2020. Teatro Jovellanos, Gijón. 80’ aprox.


Retrato intermitente de la vida de Prohaska, el hombre que retrató los horrores del siglo XX. Una reflexión sobre el mal a partir de la mirada de quien lo mostró desde los antecedentes de Auschwitz hasta las consecuencias de Hiroshima. Cuatro voces intentando presentar lo irrepresentable. Las de Prohaska, Heidi, Stelenski y también la de quien nos habla de todo eso. 

En el agradable coloquio que siguió a la obra, Ricardo Menéndez Salmón enfatizó los méritos de los cuatro intérpretes y de Pablo Ley y Aleix Fauró  al enfrentarse a un texto que él consideraba particularmente difícil de llevar a un escenario. Y estoy de acuerdo con él. Medusa es una magnífica novela con urdimbre de biografía histórica y trama de ensayo filosófico en la que Menéndez Salmón acierta a colocar su voz narrativa en el lugar preciso para que podamos acercarnos y distanciarnos lo necesario de esa mirada sobre el horror y así percibir con nitidez y perspectiva lo que ella comporta. Hacer coral y distribuida entre los cuatro intérpretes esa voz narrativa seguramente dificulta seguir la historia para quien no haya leído la  novela. La propuesta es arriesgada y el texto bien merece correr esos riesgos pero, aunque me parece muy atinada la decisión de no reescribir nada y seleccionar solo pasajes del texto, creo que las imágenes intensísimas de las que está llena la novela se podrían haber mostrado con recursos más sencillos (a mi juicio hay demasiadas cosas en el escenario) pero poderosos. Sin alejarme del tema estoy pensando, por ejemplo, en propuestas como la de Mayorga en El cartógrafo o la de Raimon Molins en Himmelweg (camino del cielo) sobre otro texto de Mayorga. En todo caso, no es poco el mérito de los de La Virguería al atreverse con la Medusa de Menéndez Salmón, un texto impresionante que ellos han tratado con rigor y respeto desde el escenario.

viernes, 24 de enero de 2020

Canción para volver a casa

Autoría y dirección: Denise Despeyroux.
una producción del T de Teatre.
con Mamen Duch, Marta Pérez, Carmen Pla, Jordi Rico y Ágata Roca.

24 de enero de 2020. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno en castellano.

La madre de Renata murió hace ocho años pero es ahora cuando ella vuelve a su casa en un pueblo catalán. Desde allí llama a Rita y a Greta, dos amigas juveniles a las que no ve desde hace veintiséis años. En aquel tiempo compartían pasiones teatrales interpretando El hechizo de la oropéndola, una obra de de un autor escocés. Renata consigue que las tres vuelvan a verse ahora en aquella casa del pueblo donde  también coincidirán con Jonás y Valentina. Ellas creen que él es aquel escritor escocés que acaba de anunciar su retiro en un lugar aislado pero Jonás es realmente un hipnotizador. Él ha tenido algo que ver con Vera, la hija de Greta que desapareció hace cinco años. Vera le dejó a Jonás un poema titulado Canción para volver a casa.

Denise Despeyroux vuelve a Avilés para estrenar en castellano esta obra que ha escrito y dirigido para T de Teatre en la sala Beckett de Barcelona. Viene por quinta vez y nos trae estos personajes de surrealismo entrañable, de complicidades viejas y a veces ariscas, de inseguridades trabadas en la adolescencia y de cierta querencia por hipnotizar (él) y ser hipnotizadas (ellas). Canción para volver a casa es una comedia juguetona que comienza con la necesidad de compañía de una huérfana y desemboca en una reflexión emotiva sobre la orfandad más terrible, esa que ni siquiera tiene nombre. Uno de los personajes de esta obra ironiza sobre el teatro como investigación y sobre el universo propio de los autores. Y Denise Despeyroux también juega con esa idea haciendo que uno de sus personajes hipnotice a los otros (como Mayorga en su última obra) y sustituyendo los cuerpos astrales de otros textos anteriores por una fauna poética y melancólica que incluye oropéndolas, ballenas, palomas y hurones. Canción para volver a casa es una obra invernal a la que le viene muy bien este segundo estreno en el mes de enero de su versión en castellano. Sus personajes discrepan sobre si su juventud fue estival o fría, si aquel tiempo fue el mejor de sus vidas o quedó irremediablemente superado. Y Denise Despeyroux nos lo muestra con esa ternura irónica con que sabe hacernos sonreir contemplando las banalidades de estos seres para luego ablandarnos hasta la suave congoja con que recibimos el bálsamo final de esa hermosa Canción para volver a casa en la voz de Charo Tris. Así que ha sido un gusto recibir nuevamente a Denise en Avilés. Ojalá que vuelva pronto y se anime a estrenar alguna obra aquí. 

jueves, 9 de enero de 2020

Siemprevivas

Texto: María Nieto. Dirección: Andrés Dwyer.
Producción: 4000 bengalas amarillas.
con Xana del Mar, María Nieto, Aida Puente y Carlota Somiedo.

9 de enero de 2020. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 70 aprox. Ciclo Off-Niemeyer. Estreno absoluto.


Cuatro mujeres en el escenario. Hablan y nos hablan del dolor de las mujeres y la barbarie de los hombres. Hilvanando casos concretos, mostrando las trampas del lenguaje y con cierta vocación poética reivindican los motivos para el activismo feminista. Pero lo que domina es la acritud. También en los supuestos intermedios.  

Las cuatro actrices están bien conjuntadas en este estreno y parece evidente que comparten causa e intenciones. María Nieto recuerda por momentos el tono de María Hervás en Iphigenia en Vallecas o en Jauría, pero con referentes como esos o los de otras magníficas propuestas de teatro feminista reciente (Man Up, Pocahontas o La mujer más fea del mundo, por citar solo las que he visto en las últimas semanas), Siemprevivas no llega a estar a la altura. Y no por su radicalidad feminista (que no es mayor que aquellas), sino porque para conmover y convencer no basta con que quienes  escriben, dirigen e interpretan derrochen convicción y le pongan muchas ganas.