viernes, 29 de noviembre de 2019

Los mariachis

Texto y dirección: Pablo Remón.
Producción: Silvia Herreros de Tejada y Francisco Reyes.
con Luis Bermejo, Israel Elejalde, Francisco Reyes y Emilio Tomé.

29 de noviembre de 2019. Centro Niemeyer, Avilés. 85’ aprox.

Un hombre regresa a la casa de su infancia en la meseta. Ha venido caminando desde la ciudad después de no presentarse a un requerimiento judicial por graves delitos de corrupción política. En la casa del pueblo se encuentra con tres primos con los que quiere sacar a San Pascual Bailón en las fiestas del pueblo. Es lo que le queda por hacer después de despedirse de su hijo en un Vips madrileño.

Pablo Remón vuelve a los territorios rurales de La abducción de Luis Guzmán. Ahora con un padre al que una gorra de Pluto sirve de vínculo con su hijo y una casa de pueblo le recuerda de dónde venía antes de hacerse político. El texto es magnífico. Tiene humor y poesía, evocaciones y tristezas, aspereza y ternura. Pero su lectura no anticipa la intensidad humorística y dramática que tendrá con una puesta en escena mesetaria y solariega. Y es que, después de ver en el Palacio Valdés El tratamiento y en el off del Niemeyer La abducción de Luis Guzmán y Barbados, etcétera, uno no tiene claro si Pablo Remón es mejor como director o como autor (que ya es decir). En Los mariachis cuenta con un elenco impresionante. Emilio Tomé, que ha estado en todas sus obras con una presencia y una voz que ya tengo asociadas con los singulares mundos de Pablo Remón. Francisco Reyes, también perfecto en ese papel de primo contrapunteante de los otros. Luis Bermejo, del que es imposible olvidar aquel Minuto del payaso que nos trajo hace tres años y que hoy se ha convertido en un magnífico primo palentino. Y, por supuesto, Israel Elejalde que aquí interpreta espléndidamente a este tipo a la deriva que regresa a su pasado porque ya no tiene futuro. Lo he dicho en otras reseñas y después de ver Los Mariachis lo repito: nos encanta poder ver en Avilés el teatro de Pablo Remón. Y aún más con actores como estos.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Amici miei

Creación e interpretación: Mario Gas. Música y Piano: Bárbara Granados.
Producción: La Gleva
con Mario Gas y Bárbara Granados.

23 de noviembre de 2019. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 110 aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


Una velada entre amigos. Con Mario Gas en la intimidad de este off del Niemeyer que esta noche se ha hecho primo hermano del barcelonés Teatre La Gleva y del madrileño Teatro del Barrio. Mario Gas viene acompañado por Bárbara Granados al piano. Y también por otros muchos amigos que han escrito las canciones que nos canta y los poemas que nos lee (según nos explica, no es lo mismo que recitarlos). También nos invita a cantar con él y a preguntarle lo que queramos. Una noche deliciosa de complicidad completa con este buen amigo.

Hace un par de semanas los poemas de Lorca en la voz de Nuria Espert en el Arriaga de Bilbao. Hoy los textos y canciones que nos trae Mario Gas al Niemeyer avilesino. ¿Se le puede pedir más a noviembre? Con una cordialidad facilísima comenzan estas casi dos horas de poemas y canciones que Mario Gas ha querido dedicar esta noche a Asunción Balaguer, esa actriz buena y entrañable sobre la que mañana publicará una hermosa carta en El País. Lope de Vega, José Agustín Goytisolo, León Felipe, Valle Inclán, Ángel González, Fernando Fernán Gómez o Lorca son algunos de los amigos literarios que nos acompañan en la voz de este grande de la escena que ha firmado como director quizá los espectáculos más memorables vistos en los teatros españoles en las últimas décadas. Pero, siendo extraordinario, el Mario Gas director no es más fascinante que el Mario Gas actor. Por eso es tan excepcional y tan grata esta oportunidad de disfrutar de la compañía del actor sin personaje, del intérprete amigable que con su voz cautivadora ha sido el mejor mediador y hermeneuta de los grandes de nuestras letras que él ha elegido para nosotros en una velada que seguiría pareciéndonos corta aunque se prolongara más allá de la medianoche. Gracias Mario por esta noche tan grata. Ya sabes que en Avilés tienes siempre buenos amigos.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Romancero gitano

de Federico García Lorca. Textos: Federico García Lorca / Lluis Pascual. Dirección: Lluis Pascual. 
una producción de Julio Álvarez e Interludio S.L.
con Nuria Espert.

9 de noviembre de 2019. Teatro Arriaga, Bilbao. 60’ aprox.

Sale Nuria Espert a un escenario que también es patio de butacas y con ella viene Lorca (y el duende). Nos habla de la intimidad de las palabras, de la pena, de los gitanos, del amor y de Andalucía. Y como decía García Márquez de un gran cantaor flamenco, cuando Nuria Espert habla se moja el agua.

Dice Peter Brook que el inglés tiene una hermosa polisemia en el verbo to play para expresar lo que hace el actor: actuar mientras juega, jugar mientras actúa. Nuestros actores también juegan y se la juegan cuando actúan. Pero en español actuar es además interpretar, encarnar a otro ser y ser traductor de sus palabras y sus gestos. En esta noche mágica Nuria Espert ha jugado con Lorca. Los dos han venido para traernos estos poemas del Romancero gitano que en su voz y en su gesto tienen una plenitud imposible de alcanzar en la lectura solitaria. Y es que Nuria Espert ha sido como una hermana de Lorca que nos ha invitado a compartir con ellos esa radical intimidad cordial que convierte en cómplices a los amigos. Su voz ha sido para nosotros la del propio Lorca porque ha pronunciado sus palabras haciéndonos casi verle a él mientras ella nos habla. Como le decía Federico a Rafael Alberti cuando le preguntada por el Romance sonámbulo, nadie puede saber realmente lo que significa un poema. Y es que la gran hermeneuta que es Nuria Espert nos ha enseñado que los poemas no se desentrañan con el cerebro sino que se escriben, se dicen y se escuchan con las entrañas y con el corazón. Por eso esta noche extraordinaria ha sido tan cordial y tan entrañablemente lorquiana.  Y es que a Lorca le encantaba vivir en el teatro y Nuria Espert es realmente el teatro. Como Margarita Xirgu, que tanto tuvo que ver con Federico y de quien ella se confiesa devota y discípula. Así que ha sido un lujo poder estar hoy en Bilbao y escuchar interpretados por Nuria Espert estos poemas del Romancero gitano (Romance de la luna luna, Preciosa y el aire, Romance sonámbulo, Tamar y Amnón, La pena de Soledad Montoya, Lamento por Antoñito el Camborio, Romance de la guardia civil) a los que ha unido La canción del jinete en la voz de Paco Ibáñez y dos regalos finales, conmovedores hasta la lágrima, como el Soneto de la dulce queja y el Grito hacia Roma de Poeta en Nueva York. A la salida del Arriaga pienso en lo afortunados que somos al haber podido ver a Nuria Espert interpretar monólogos memorables como el de La Violación de Lucrecia o el de la abuela de Incendios y ahora esta gavilla de poemas inmortales del Romancero gitano. Su voz y la de Lorca se han mezclado esta noche en una primera persona que uno no acaba de saber cuándo es la de ella y cuándo la de él porque junto a los dos hay una tercera persona que los quiere y los entiende como nadie. Sin estar presente, Lluis Pascual también ha estado interpretando y jugando junto a ellos en esta noche bilbaína. Como en aquella otra noche madrileña de hace más de treinta años en que contemplábamos fascinados aquel patio de butacas del María Guerrero convertido en escenario azul y supimos que Lluis Pascual y Lorca estarían unidos para siempre con El público.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Esperando a Godot

de Samuel Beckett. Dirección: Antonio Simón. 
una producción de Pentación Espectáculos.
con Pepe Viyuela, Alberto Jiménez, Juan Díaz, Fernando Albizu y Jesús Lavi.

8 de noviembre de 2019. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 120’ aprox. Estreno absoluto.

Otra jornada de tedio para Vladimir y Estragón. Ellos no recuerdan desde cuándo están juntos. Mañana tampoco tendrán muy claro quienes eran Pozzo y su sirviente Lucky. Lo único que no olvidan es que están esperando a Godot.

En un interesante artículo publicado en El País hace treinta años con motivo de la muerte de Beckett, Laín Entralgo comparó a estas dos parejas arquetípicas con otras de tanta raigambre filosófica como la del amo y el esclavo de la dialéctica hegeliana y la del Quijote y Sancho de la cervantina. Godot sería ese Dios que da esperanza y sentido a la existencia humana o que se lo quita cuando no se le espera. Se comparta o no sus tesis, el artículo tiene gran interés cuanto menos por su lúcida reflexión final sobre la relevancia de la vocación y la tenacidad humanas. El Godot de Antonio Simón podría ser interpretado también de ese modo, pero la magnífica pareja que hacen Vladimir y Estragón  en la forma en que los han encarnado Pepe Viyuela y Alberto Jiménez (su complicidad y buen hacer en este estreno serán inolvidables) creo que expresa, por encima de todo, la centralidad de la ternura como antídoto de la soledad y la desesperanza. El contrapunto del vínculo que une a esta emotiva pareja sería la relación asimétrica entre Pozzo y Lucky que en la segunda jornada quedará solo en espectro de lo que la víspera fue dominación y sumisión destiladas. Con cinco actores perfectos, Antonio Simón ha sabido equilibrar la poesía, el humor y el calado reflexivo de una obra que consigue interesar tanto a quien disfruta con los detalles de unos diálogos absurdos pero hipnóticos como a quien busca claves trascendentes en las referencias bíblicas, en la alusión a las fosas o en esas botas (cuánto se parecen a aquellas de Van Gogh sobre las que escribió Heidegger) y en esas vías que parecen evocar un espacio tan truncado y sin sentido como el tiempo cíclico y amnésico en el que permanecen varados unos seres que ya están hartos de no perder la esperanza. Pocos años separan al Godot de Beckett del Rinoceronte de Ionesco y del Calígula de Camus. Tampoco están distantes en mi memoria las magníficas obras que con los tres textos han hecho Ernesto Caballero en el Centro Dramático Nacional, Mario Gas en Mérida y Antonio Simón aquí. Tres textos y tres montajes extraordinarios en los que queda claro que el teatro es, desde hace mucho tiempo y entre otras muchas cosas, una herramienta filósofica particularmente poderosa y sutil.