Interpretación, dramaturgia y dirección: Ester Bellver.
Producción: Rotura Producciones.
5 de abril de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. 85’.
Ester va intercalando evocaciones de su infancia, de las semanas en el hospital y de los meses que vinieron después de la muerte de su padre. Es un réquiem sincero, dulce y reparador que resulta fácil compartir.
Temía lo que pudiera sentir viendo esta obra. Antes de vivir el trance del que Ester Bellver nos habla, Inconsolable (el imprescindible monólogo teatral de Javier Gomá) y Ordesa (el tremendo soliloquio de Manuel Vilas) me habían anticipado estos sentimientos. Este último libro lo leí el verano pasado, en aquel mes en que la fortuna me deparó una pierna rota que me mantuvo parado y me permitió pasar muchos momentos alegres con mi madre meses antes de que viniera ese otro tiempo de intensidad infinita que compartimos durante tres semanas en el hospital. Así que venía preparado para ver esta obra. Y Ester Bellver no me ha defraudado. Al contrario, la masculinidad de los excelentes textos anteriores tiene un magnífico contrapunto en este Réquiem femenino tan bien escrito y tan bien interpretado. Aunque las tres propuestas me conmueven, me identifico más con la de Javier Gomá y con esta. Como Inconsolable, Réquiem no es triste ni pretende aleccionar. Solo compartir sentimientos y reflexiones que no resulta fácil verbalizar. El círculo de perchas vacías en el que Ester entra y sale durante hora y media es una metáfora perfecta de ese eslabón entre dos vidas del que realmente solo tomamos conciencia cuando se produce la separación. Y el galán de noche (que ella convierte en otros muchos objetos evocados desde un minimalismo escénico eficaz y perturbador) hace que la ausencia se haga cálidamente presente convirtiendo la pena en ironía y en ternura. Precisamente La ternura podría haber sido también un título perfecto para este monólogo sincero y consolador. Porque es ternura lo que ella derrocha desde un escenario en el que esta noche se ha abierto de forma muy emotiva la cuarta pared.