un proyecto de Apata Teatro
con Daniel Albadalejo.
10 de marzo de 2017. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 70’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.
Varios malvados (y una malvada) del teatro español del Barroco. El comendador de Fuenteovejuna, aquel rey Basilio que encerró a Segismundo, aquella Semíramis que asesinó a su marido y suplantó a su hijo, aquel duque de Ferrara que tampoco se quedó atrás y aquel temible Anticristo de Ruiz de Alarcón. Un único actor presenta, interpreta y comenta la perfidia de estos malvados. ¿Son los malos de Shakespeare realmente peores que los nuestros?
El elegante prólogo, con esa proyección en la que el actor virtual y el real se funden, ya anticipa la extraordinaria calidad que tendrá este repaso a algunos de nuestros mejores malos del Siglo de Oro. Una lección de teatro que nos llega desde Almagro y que lo es con una escenografía simple y ajustadísima, con un texto fresco y riguroso y con una interpretación impecable de un Daniel Albadalejo que está tan soberbio cuando ironiza sobre nuestros malvados como cuando los encarna con mutaciones interpretativas prodigiosas. Malvados de Oro tiene el equilibrio perfecto entre la reivindicación de aquel teatro y la alegre ironía sobre el nivel de perfidia de algunos de sus personajes. Así que ha sido otra noche magnífica en el off del Niemeyer. Y ya es una costumbre.
El elegante prólogo, con esa proyección en la que el actor virtual y el real se funden, ya anticipa la extraordinaria calidad que tendrá este repaso a algunos de nuestros mejores malos del Siglo de Oro. Una lección de teatro que nos llega desde Almagro y que lo es con una escenografía simple y ajustadísima, con un texto fresco y riguroso y con una interpretación impecable de un Daniel Albadalejo que está tan soberbio cuando ironiza sobre nuestros malvados como cuando los encarna con mutaciones interpretativas prodigiosas. Malvados de Oro tiene el equilibrio perfecto entre la reivindicación de aquel teatro y la alegre ironía sobre el nivel de perfidia de algunos de sus personajes. Así que ha sido otra noche magnífica en el off del Niemeyer. Y ya es una costumbre.