de Choderlos Laclos. Versión de Javier L. Patiño y Darío Facal. Dirección: Darío Facal.
una producción de Metatarso.
con Carmen Conesa, Cristobal Suárez, Iria del Río, Lucía Diez, Daniel Ibáñez y Lola Manzano.15 de febrero de 2014. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 100’ aprox.
La complicidad en los desafíos entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont tiene como víctimas a Madame de Tourvel y a Cecile, una mujer casada y una virgen que caen rendidas ante este depravado seductor.
Cartas sobre celadas amorosas entre el 4 de agosto y el 1 de diciembre de 1778. Testimonios de una historia que pasa de los juegos estivales al sufrimiento invernal. El reto está en el cine. En distanciar al público de las historias de Stephen Frears y Milos Forman. Y la solución está en el escenario. En hacerlo mestizo con un mínimo mobiliario dieciochesco y la parafernalia propia de un concierto de rock. Al principio la mezcla desconcierta. Los intérpretes de esta lección cinegética francesa tocan la guitarra eléctrica, los teclados (la marquesa de Merteuil ya los está tocando cuando entramos) y la batería (sus solos serán metáfora de orgasmos). También cantan ante los micrófonos. Y declaran desde allí lo que les sucede a sus personajes. Casi como locutores que intercalan contenidos epistolares con juegos interpretativos tan osados y magníficos como los que trenzan un Cristobal Suárez sobresaliente en el papel de Valmont y una Lucía Diez impresionante como niña que se inicia en la gimnasia del amor. La obra sustituye a La venus de las pieles cuyo estreno, previsto para hoy en el Palacio Valdés, se ha tenido que aplazar. Ayer veíamos en el cine la magnífica versión que Polanski ha hecho de esa novela clásica. Hoy hemos visto en el teatro una sorprendente revisión de una historia que ya es clásica en el cine. Cuando los resultados son así es un gusto ver estos duelos entre las dos artes.