de Raymond Carver. Adaptación: Juan Cavestany. Dirección: Andrés Lima.
Una producción de Vania Produccions.
con Javier Gutiérrez, Mónica Regueiro, Daniel Pérez Prada y Vicky Luengo.
21 de mayo de 2021. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox.
Juan Cavestany hace casi lo contrario de lo que hizo Gordon Lish con aquellos cuentos de Carver que en la primera edición dejó jibarizados y tituló De qué hablamos cuando hablamos de amor. Luego se publicaron en la versión completa de la que toma título esta obra en la que Cavestany no es solo fiel al contenido de ese magnífico cuento, en el que encuentro ciertas resonancias del Banquete de Platón, sino que le saca el mayor partido trufándolo de otras pequeñas historias (en eso Principiantes compone un díptico estupendo con El hombre almohada que se estrenó aquí la pasada semana) como Tanta agua tan cerca de casa, del mismo libro o Catedral, otro cuento magnífico de Carver al que Claudia Piñeiro rinde homenaje en su último libro. Pero el gran mérito de la versión de Juan Cavestany se une al excelente trabajo de Andrés Lima que ha entendido muy bien la importancia que la luz tiene en el texto y en la atmósfera de esa tarde y que casi detiene la obra para generar la mayor concentración poética en el maravilloso pasaje de la nieve. Por lo demás, aunque sigo pensando que amplificar el teatro es demediar el valor del trabajo actoral, Javier Gutiérrez está soberbio en esta obra y no se quedan atrás Mónica Regueiro, Daniel Pérez Prada y Vicky Luengo. A los cuatro da tanto gusto verlos cuando hablan como cuando escuchan o esperan, lo que da la medida de un trabajo de dirección e interpretación realmente sobresaliente. Así que Juan Cavestany y Andrés Lima han descubierto una mina: la del Carver escénico. Y ahí hay mucho cuento que contar.