sábado, 9 de noviembre de 2019

Romancero gitano

de Federico García Lorca. Textos: Federico García Lorca / Lluis Pascual. Dirección: Lluis Pascual. 
una producción de Julio Álvarez e Interludio S.L.
con Nuria Espert.

9 de noviembre de 2019. Teatro Arriaga, Bilbao. 60’ aprox.

Sale Nuria Espert a un escenario que también es patio de butacas y con ella viene Lorca (y el duende). Nos habla de la intimidad de las palabras, de la pena, de los gitanos, del amor y de Andalucía. Y como decía García Márquez de un gran cantaor flamenco, cuando Nuria Espert habla se moja el agua.

Dice Peter Brook que el inglés tiene una hermosa polisemia en el verbo to play para expresar lo que hace el actor: actuar mientras juega, jugar mientras actúa. Nuestros actores también juegan y se la juegan cuando actúan. Pero en español actuar es además interpretar, encarnar a otro ser y ser traductor de sus palabras y sus gestos. En esta noche mágica Nuria Espert ha jugado con Lorca. Los dos han venido para traernos estos poemas del Romancero gitano que en su voz y en su gesto tienen una plenitud imposible de alcanzar en la lectura solitaria. Y es que Nuria Espert ha sido como una hermana de Lorca que nos ha invitado a compartir con ellos esa radical intimidad cordial que convierte en cómplices a los amigos. Su voz ha sido para nosotros la del propio Lorca porque ha pronunciado sus palabras haciéndonos casi verle a él mientras ella nos habla. Como le decía Federico a Rafael Alberti cuando le preguntada por el Romance sonámbulo, nadie puede saber realmente lo que significa un poema. Y es que la gran hermeneuta que es Nuria Espert nos ha enseñado que los poemas no se desentrañan con el cerebro sino que se escriben, se dicen y se escuchan con las entrañas y con el corazón. Por eso esta noche extraordinaria ha sido tan cordial y tan entrañablemente lorquiana.  Y es que a Lorca le encantaba vivir en el teatro y Nuria Espert es realmente el teatro. Como Margarita Xirgu, que tanto tuvo que ver con Federico y de quien ella se confiesa devota y discípula. Así que ha sido un lujo poder estar hoy en Bilbao y escuchar interpretados por Nuria Espert estos poemas del Romancero gitano (Romance de la luna luna, Preciosa y el aire, Romance sonámbulo, Tamar y Amnón, La pena de Soledad Montoya, Lamento por Antoñito el Camborio, Romance de la guardia civil) a los que ha unido La canción del jinete en la voz de Paco Ibáñez y dos regalos finales, conmovedores hasta la lágrima, como el Soneto de la dulce queja y el Grito hacia Roma de Poeta en Nueva York. A la salida del Arriaga pienso en lo afortunados que somos al haber podido ver a Nuria Espert interpretar monólogos memorables como el de La Violación de Lucrecia o el de la abuela de Incendios y ahora esta gavilla de poemas inmortales del Romancero gitano. Su voz y la de Lorca se han mezclado esta noche en una primera persona que uno no acaba de saber cuándo es la de ella y cuándo la de él porque junto a los dos hay una tercera persona que los quiere y los entiende como nadie. Sin estar presente, Lluis Pascual también ha estado interpretando y jugando junto a ellos en esta noche bilbaína. Como en aquella otra noche madrileña de hace más de treinta años en que contemplábamos fascinados aquel patio de butacas del María Guerrero convertido en escenario azul y supimos que Lluis Pascual y Lorca estarían unidos para siempre con El público.