producción: La Joven Compañía.
con Javier Ariano, Alejandro Chaparro, Jesús Lavi, Rosa Martí, Laura Montesinos, María Romero, Alex Villazán y Jorge Yumar.
21 de abril de 2017. Centro Cultural Conde Duque, Madrid. 100’ aprox.
14 de marzo de 2018. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 100’ aprox.
Matando al padre (y a un hermano) Marcos se ha destrozado la vida. Sus relaciones en el instituto, las tensiones y presiones que sufre en esa edad difícil y el agobio de un padre del que solo recibe desprecios explican la tragedia que contemplamos. La del hecho que se nos muestra al inicio y la de las circunstancias que vamos conociendo después.
Tras ver el miércoles en el Palacio Valdés Punk Rock vemos ahora en Madrid esta otra obra que La Joven Compañía acaba de estrenar hace solo unos días. La puesta en escena es agil y oportuna, los actores están a la altura de las atormentadas vidas adolescentes que interpretan y, a diferencia de los de Punk Rock, los personajes, al ser españoles, me resultan más cercanos. De sus agobios, los que mejor comprendo son los escolares. Los de un instituto en el que domina la disciplina de las disciplinas y los partes. En ese contexto encuentro sobradas causas para algunas de sus rebeliones. Pero, en conjunto, La edad de la ira parece defender un imaginario sobre la adolescencia que conecta más con tópicos adultos añejos que con realidades actuales. Tener grandes pasiones, ansias de libertad y muchas ganas de realizarse, pero sufrir la constante (re)presión de unos adultos que ni toleran ni entienden lo que significa ser joven, creo que refleja una idea de la adolescencia que tiene más que ver con James Dean y los años cincuenta que con lo que realmente les pasa hoy a mis alumnos. Claro que los imaginarios atormentados son siempre atractivos. Especialmente cuando lo que muestra este aparente espejo son jóvenes airados y rebeldes con causa.