viernes, 15 de julio de 2016

Alejandro Magno

de Jean Racine (versión libre de Eduardo Galán y Luis Luque). Dirección: Luis Luque.
una coproducción del Festival de Mérida y Pentación
con Felix Gómez, Amparo Pamplona, Armando del Río, Aitor Luna, Unax Ugalde, Diana Palazón y Marina Sanjosé.
 
15 de julio de 2016. Teatro Romano. 62º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. 90’ aprox.


Alejandro ha ganado mil batallas antes de acercarse a la India. Por el amor de Cleófila o por el cansancio de las guerras, quisiera que sus últimas victorias fueran pacíficas. Así convence al rey Taxilos para que no se resista a la conquista. Pero no a Poros que, malmetido por Asiana, quiere plantarle cara en el campo de batalla. Al final Taxilos acabará muerto, Poros mantendrá su reino y Alejandro, además del más victorioso, será el más magnánimo.

En el primer prefacio de esta tragedia, Racine se defendía de los que le acusaban de resaltar en exceso la figura de Poros en una obra que había titulado Alejandro Magno. Sus críticos tenían razón. El macedonio parece un personaje secundario y no aparece hasta la mitad de un texto que tiene escaso interés literario y limitadas potencialidades dramáticas. Así que Eduardo Galán y Luis Luque han querido arreglarlo haciendo que el magno Alejandro esté desde el comienzo en este gran escenario de Merida y añadiendo al texto original unos soliloquios, más tópicos que sugerentes, inspirados por el espectro de su madre (aunque sus apariciones son breves, Amparo Pamplona es con diferencia la mejor del elenco). Dado el escaso interés del texto de Racine, casi se agradece que la adaptación de Eduardo Galán y Luis Luque sea libre. Aunque quizá debería serlo más para que no fuera solo la escenografía (con esa enorme lámina de agua que simboliza los ríos que llegó a cruzar el conquistador macedonio) lo más destacable de una obra que quizá debió ser más osada una vez que Luis Luque se atrevió a traer a Mérida la historia de un personaje tan mayúsculo como Alejandro a partir de un texto tan menor como el de Racine.