de Mario Vargas Llosa. Dirección: Joan Ollé.
Producción: Teatro Español.
con Mario Vargas Llosa, Aitana Sánchez Gijón, Pedro Casablanc, Marta Poveda y Óscar de la Fuente.15 de febrero de 2015. Teatro Español, Madrid. 120’ aprox.
No hay patio de butacas. Se ha convertido en otro patio asediado por la peste. El de Villa Palmieri, la quinta de recreo de Bocaccio. Allí está él y el Duque Ugolino, al que interpreta el autor que recrea los cuentos del primero. Los acompañan dos cómicos con los que se van contando historias que les ponen a salvo de la realidad. También está Aminta, un fantasma o musa que solo existe para un personaje. El del actor que es autor.
Yo vi Los cuentos de la peste en el Español. Lo podré decir cuando pasen muchos años. Yo vi a Vargas Llosa interpretando ese papel que era necesariamente suyo. Con su musa Aitana Sanchez Gijón en una historia que parecía un regalo de Bocaccio para él. Y para nosotros. Para hacernos pensar en la realidad pestilente que siempre queda fuera cuando entramos en una ficción. En el poder de la imaginación para conjurarla. En la inferioridad de las imágenes frente a las palabras. En las relaciones entre autores separados por siglos. En cómo uno puede rescatar a otro dando una vida nueva a sus historias. En cómo puede un personaje que es autor amar a una mujer imaginada y darle vida, darle muerte y resucitarla cuando quiera (precioso ese guiño a las palabras finales de la obra en la merecida dedicatoria: "A Natalio Grueso que resucitó mi teatro"). Yo vi Los cuentos de la peste en el Español. Los vi en ese extraordinario montaje de Joan Ollé que al sentarme al borde de ese patio, que ya no era de butacas, me hizo recordar El Público de Lorca para el que Lluis Pasqual también levantó las del María Guerrero. Y vi a Aitana Sanchez Gijón clavando como nadie los personajes y los fantasmas del Premio Nobel. Y a Pedro Casablanc siendo otra vez tan grande y poderoso como sabe. Y a Marta Poveda y Óscar de la Fuente que han estado pluscuamperfectos como cómicos polivalentes en este difícil patio. Yo vi Los cuentos de la peste. Justo después de leerlos. Y la noche fue memorable.