viernes, 16 de enero de 2015

Invernadero

de Harold Pinter. Traducción: Eduardo Mendoza. Dirección: Mario Gas.
Producción: Teatro del Invernadero, Teatro de La Abadía.
con Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa, Jorge Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya.
 
16 de enero de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox
. Estreno absoluto.


En la primera escena un funcionario responde a las preguntas de su jefe. Hablan de personas internadas en su institución. Podría ser un sanatorio. O un hospital psiquiátrico. O un campo de concentración. Se refieren a ellos con números. 6457 ha muerto. 6459 ha tenido un niño. Luego aparecen otros funcionarios que hablan de lo que ha pasado. Es Navidad. Hace calor. Y fuera la nieve se está derritiendo.

Mario Gas vuelve a Avilés para estrenar este impecable montaje en un escenario con cilindro giratorio y escalera de caracol que nos sitúa en un espacio tan ambiguo y opresivo como la situación que nos plantea Harold Pinter. Eduardo Mendoza adapta el texto en una versión que resulta perfecta en las excelentes interpretaciones que hemos visto en este estreno. Es magnífica la contención de Tristán Ulloa como funcionario temiblemente impoluto y flemático. También la matizada interpretación de Gonzalo de Castro en el papel de ese jefe/coronel en decadencia. Como en El Montaplatos (la vimos hace dos años en Los Canapés en la versión de Animalario que dirigió Andrés Lima), lo que nos propone Pinter es inquietante y no resulta difícil encontrar vínculos entre su mirada y la de Ionesco. Los dos nos hablan del poder enloquecido. Pinter nos lo muestra en este Invernadero que podría representar a cualquiera de esas instituciones burocráticas habitadas por funcionarios diligentes y muy capacitados para el ejercicio banal del mal. Algunos espectadores han creído estar viendo una comedia. Para sus risas habrán encontrado justificación en algunos momentos dislocados. Pero lo que Pinter plantea es muy serio. Sé muy bien de qué nos está hablando.