viernes, 12 de julio de 2024

El gran teatro del mundo

de Calderón de la Barca. Dirección: Lluís Homar.
producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico.
con Carlota Gaviño, Pilar Gómez, Yolanda de la Hoz, Aisa Pérez, Antonio Comas, Pablo Chaves, Jorge Merino, Clara Altarriba, Chupi Llorente, Pablo Sánchez y Malena Casado.

12 de julio de 2024. Teatro Adolfo Marsillach, 47º Festival de Almagro. 80’ aprox.

El autor le encarga al mundo preparar un teatro. En él confrontarán a su libre albedrío algunos personajes humanos. Será el autor quien repartirá los papeles del rey, el rico, el pobre, el labrador, la hermosura, la discreción y el niño entre los aspirantes. Y también quien, al final, juzgará sus desempeños.

Volvemos a Almagro para disfrutar de un fin de semana de teatro clásico en medio de la canícula. Esta tarde hemos visto en la iglesia de San Agustín la exposición Calderón, un escenario imaginado. Cuatro siglos de plástica teatral, recordando aquellos años ochenta en que asistíamos al nacimiento de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con El médico de su honra dirigidas ambas (la compañía y la obra) por Adolfo Marsillach. Ahora es Lluís Homar quien ocupa ese puesto y ha dirigido El gran teatro del mundo que esta noche hemos visto en el Teatro Adolfo Marsillach de Almagro. El texto es fascinante, combinando a la perfección las exigencias y el rigor teológico de un auto sacramental con la excelencia literaria y filosófica de una obra intemporal que puede ser interpretada como una visión del mundo desde el teatro y también como un retrato del propio mundo del teatro (en nuestra selección de este año viene a ocupar, por tanto, el lugar de Lo fingido verdadero de Lope que también dirigió Lluís Homar). En El gran teatro del mundo hay ricos y pobres, reyes y labradores, gentes discretas o hermosas y, por supuesto, autores que, como dioses, trenzan los hilos de las tramas o, como públicos, las juzgan. Lluís Homar lo ha entendido perfectamente y, con un encomiable respeto al texto, plantea una puesta en escena sencilla y diáfana, pero también vistosa y muy pertinente con esa pasarela de pétalos que avanza entre el patio y hace que la mirada de ese dios-autor sea también la nuestra sobre esas criaturas que, especularmente, ensayan cómo representar nuestro mundo desde el mundo del teatro. Así que ha sido un excelente comienzo para este fin de semana en medio de estos calores manchegos que invitan al recogimiento lector en el día y al disfrute teatral en las noches.  

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