viernes, 15 de diciembre de 2023

María Luisa

Texto y dirección: Juan Mayorga.
una producción de Teatro de La Abadía y Lazona.
c
on Lola Casamayor, Juan Codina, Paco Ochoa, Juan Paños, Marisol Rolandi y Juan Vinuesa


15 de diciembre de 2023. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 100’ aprox.

Raúl, el portero del edificio en el que vive María Luisa, le dice que debería poner más nombres en el buzón para evitar que los ladrones sepan que vive sola. Ella le dice que ponga Emerson Azzopardi y Benito Beckenbauer. Al llegar a casa los dos la esperan. Beckenbauer es un hombre de acción dispuesto a poner el país a sus pies. Azzopardi es un poeta torturado al que continuamente le brotan versos. Luego aparecerá Juan Olmedo, un hombre de orden que se desvive por cuidarla. María Luisa comenta con su amiga Angelines cómo le va con ellos. Ellas se ven todos los jueves, aunque lo que de verdad le apetece a María Luisa es ir a bailar una noche.  

Un canto a la libertad de la mujer madura. Un catálogo de masculinidades arquetípicas. Un repertorio de actos de habla en español vigesímico. Un conjunto poético de filosofemas tentativos. Una comedia surrealista. Un juego de espejos metateatrales. Un texto diáfano y trufado de sutilezas. Todo eso es María Luisa. Mayorga en estado puro. La puesta en escena y las interpretaciones son perfectas. De hecho, ejemplifican la ambivalencia de significados que en español tiene la palabra que define el trabajo actoral: personificar a los personajes (hacer sonar la máscara) y proponer hermenéuticas sobre ellos. Hallazgos como esa escalera de luz que María Luisa sube con fatiga o esa grieta entre coche y andén que ella atraviesa para luego tirar del freno de mano o irse a bailar, demuestran el magnífico director que (también) es Juan Mayorga. Con María Luisa nos ofrece una lección de feminismo libertario y una nueva reivindicación del teatro. De ese arte en el que la imaginación puede ir más allá del encuentro entre autor, director, intérpretes y público. Porque los propios personajes también pueden crear y recrear sus vidas. Quizá Raúl no sea un portero sino un director de escena. Azzopardi, Beckenbauer y Olmedo pudieran no ser ficciones sino intérpretes y sus personajes podrían ser esos muñecos colocados cerca de la ventana que terminan arrumbados en el proscenio. Pudiera ser que la verdadera autora de María Luisa sean María Luisa y que nosotros estemos mirando su vida desde la calle. Podría ser incluso que ella finalmente nos esté invitando a bailar. Ningún lugar más propicio para pensar todo esto que el Niemeyer. Aquí el escenario también se abre a una plaza.

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