jueves, 11 de agosto de 2022

Hipatia de Alejandría

Dramaturgia: Miguel Murillo y Pedro A. Penco. Dirección: Pedro A. Penco.

Una coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y De Amarillo Producciones.
con Silvana Navas, Rafael Ortíz, Antonio M.M., Alberto Puerto, Paca Velardíez, Chema Pizarro, Juan Carlos Tirado, Francis Lucas, Gema González.

11 de agosto de 2022. Ruinas de Cáparra. 68º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Cáparra. 110’ aprox.

Hipatia hereda del sabio Teón el ansia por conocer y la voluntad de dudar. Apasionada por la astronomía y las matemáticas renuncia al amor y se entrega al cultivo del saber y a su cátedra. Hasta que las hordas del obispo Cirilo la asesinan.

Comienza esta nueva edición de la extensión del festival de Mérida en Cáparra con la luna en el perigeo y noche de perseidas. De modo que esta Hipatia de Alejandría no podía estar mejor acompañada en este hermoso cielo extremeño: la luna ascendiendo sobre el arco, Saturno un poco a la izquierda y Júpiter asomando sobre las montañas que separan los valles del Ambroz y del Jerte. De modo que aún cobra mayor significado ese coro de cinco giróvagos que representan a los cinco planetas conocidos cuando vivía Hipatia o cuando se construyó este arco. La escenografía es sencilla para dar el mayor protagonismo a un relato que reivindica las luces de la razón frente a la intransigencia. Un conflicto que, por lo demás, sigue muy vivo todavía hoy, como estamos comprobando en este verano en que las terribles evidencias del cambio climático comparten espacio en los informativos con la encendida defensa de las luces en los escaparates de la ardorosa Cirila madrileña. Sin embargo, la apuesta ilustrada y feminista que vertebra esta obra pierde fuerza al estar protagonizada por una Hipatia (quizá demasiado joven) que se presenta más como hija y mujer amada que como sabia respetada a la que asesinaron cuando tenía sesenta años Por lo demás, el relato de sus contribuciones astronómicas incurre en errores (también presentes en la película de Amenábar) como el descubrimiento, más de mil años antes que Kepler, de la forma elíptica de las órbitas planetarias. En todo caso, resulta oportuno y meritorio este homenaje a una mujer que demostró lo mucho que aportaron (o que podrían haber aportado) las mujeres a la historia de la ciencia. Y también lo dañinos que han sido los Cirilos de todos los tiempos.