de Jordi Casanovas. Dirección: David Serrano.
una producción de Kamikaze Producciones, Milonga Producciones, Hause & Richman Stage Producers y Zoa Producciones para El Pavón Teatro Kamikaze.
con Joaquín Climent, Javier Godino y Adrián Lastra.
25 de enero de 2019. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.
una producción de Kamikaze Producciones, Milonga Producciones, Hause & Richman Stage Producers y Zoa Producciones para El Pavón Teatro Kamikaze.
con Joaquín Climent, Javier Godino y Adrián Lastra.
25 de enero de 2019. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.
Nueve horas de interrogatorio. El que responde es Martin Bryant al que se acusa de haber matado a treinta y cinco personas con las armas que llevaba en su coche. Si confiesa no habrá juicio. Pero para eso tiene que recordar lo que pasó.
El precedente es aquel magnífico Ruz-Barcenas que protagonizaba el gran Pedro Casablanc. Jordi Casanovas vuelve a destilar la verdad de un interrogatorio real, en este caso sobre una matanza que tuvo lugar en 1996 en Australia. En un escenario de verosímil grisura presidido por un reloj, dos policías interrogan despacio a un joven de melena rubia que responde con simpleza y parsimonia. No hay atisbo de cinismo en lo que dice. Más bien un ingenuo desvalimiento que solo la amnesia o la inocencia podrían explicar. Joaquín Climent y Javier Godino están perfectos en los papeles de esos policías que nunca pierden los nervios pero en los que va aumentando la desazón. Y Adrián Lastra está superlativo en el registro que ha sabido darle a un personaje inolvidable con esa entonación casi melódica que inspira a la vez desagrado y empatía. Port Arthur tiene las hechuras del mejor teatro clásico pero alberga una propuesta hiperrealista. Y no solo por los magníficos trabajos de Jordi Casanovas, David Serrano y estos tres actores soberbios. También porque suscita una reflexión profunda sobre temas mayores como las grietas entre los hechos y los recuerdos, entre el delito y el delincuente o entre el crimen y el castigo. Así que ha sido un comienzo perfecto para este díptico necesario en torno al significado de la verdad procesal que esta noche se estrena en nuestro teatro.