texto: Guillem Clua. Dirección: Josep María Mestres.
producción: Lazona.
con Carmen Maura y Félix Gómez.
con Carmen Maura y Félix Gómez.
29 de septiembre de 2018. Centro Niemeyer, Avilés. 90’ aprox.
Un joven va a casa de una mujer madura que da lecciones de canto. Quiere ensayar La golondrina, la canción que ella le enseñaba a su hijo Daniel muerto hace un año en un atentado terrorista. También es la canción que este joven aprendió de él. Ella no lo conocía. Tampoco sabía que los dos iban a casarse.
Un año más estrenamos temporada y abono con localidades estupendas: fila tres en el Niemeyer y fila seis en el lateral izquierdo en el Palacio Valdés. La golondrina es un drama, escorado al melodrama, que conjuga tres temas bastante frecuentados últimamente: la relación paterno filial, la salida del armario y el terrorismo. Sobre lo primero, vimos ayer dos películas, Girl y Searching (las comento en el otro blog) centradas en la relación entre un padre y una hija. Aquí es una madre la que sufre la ausencia del hijo con una Carmen Maura en un papel doliente y contenido y un Félix Gómez interpretando al joven que ha de desvelarle la verdad sobre ese tercero cuya pérdida les une. Si el drama de la ausencia no resulta muy novedoso, la vertiente LGTB de la historia es aún más tópica (nada que ver, por ejemplo, con aquellos Juguetes rotos de Carolina Román que vimos en enero en el Palacio Valdés) y casi resulta molesta cuando se vincula nada menos que con un imaginario atentado homófobo con cincuenta muertos en España. De hecho, venía a ver esta obra pensando que podría tener algo que ver con el tema de La mirada del otro, aquella soberbia propuesta de María San Miguel y Chani Martín que vimos hace tres años en el off que resultaba aleccionadora y emotiva hasta la lágrima. Carmen Maura (a la que no vemos en el teatro) tiene un papel menos lucido que el de Félix Gómez (al que vimos en Mérida el pasado mes de julio en el Filoctetes de Antonio Simón y también allí hace dos años en el Alejandro Magno de Luis Luque). En todo caso, los dos están bien en esta obra que hoy ha llenado el auditorio del Niemeyer pero que tiene una puesta en escena muy poco arriesgada y bastante monocorde. Así que no va a ser difícil que veamos cosas mejores en Avilés en esta temporada. Para empezar el estupendo Calígula de Mario Gas que vendrá al Palacio Valdés la semana próxima y que nosotros ya pudimos disfrutar el año pasado en Mérida.