Creación original: Fiona Clift, Andrea Jiménez, Noemí Rodríguez y Blanca Solé.
Co-creadoras: Ariana Cárdenas, Philipa Hambley, Roisin O’Mahony y Esther Ramos.
Producción: Teatro en vilo.
con Andrea Jiménez, Noemí Rodríguez, Ariana Cárdenas y Esther Ramos
20 de enero de 2018. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 70’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.
20 de enero de 2018. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 70’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.
Desde que suena el despertador hasta que vuelve a casa, la vida de Anabel es muy intensa. Tanto que siempre parece a punto de estrellarse. Y acabará haciéndolo cuando el perfecto control con que lo maneja todo se vea interrumpido por fenómenos extraños en el mundo que la rodea o por la percepción que ella tiene de ese mundo. Las cosas se le van poniendo cada vez más difíciles a esta heroína de oficina hasta que finalmente todo se interrumpe para ella.
Una maravillosa fábula sobre el estrés contemporáneo en versión femenina. Pero, aunque fuera otro el tema y no nos hiciera reír, el equipo artístico que ha tramado esta joya ha hallado un nuevo modo de expresión escénica que es al teatro lo que la animación es al cine. La descomunal intensidad interpretativa de la actriz protagonista se ve arropada por la de esas otras tres actrices que son capaces de destilar y extremar los rasgos de los seres de oficina, vecindario o restaurante hasta el punto de que dejemos de verlas a ellas para quedar absortos ante los perfiles (hiper/sur)realistas de los personajes caricaturizados. Pero estas cuatro ilusionistas de la escena no solo dan vida a muchos personajes. También a la propia escenografía porque ante nosotros arman viajes en el interior de un coche, descensos en un ascensor, noches en una cama y tantas otras situaciones en las que nos resulta dificil distinguir qué son objetos reales y qué son ideas dibujadas en nuestra mente por estas jóvenes magas de la ilusión transparente. La protagonista es pues una marioneta de las estresantes tensiones de la vida contemporánea que parecen manejadas por tres duendes que juegan a crearle ilusiones desconcertantes. Como ella, también nos sentimos marionetas de esta ilusión teatral, a veces hilarante, con la que estas cuatro reinas del gesto y el carácter han descubierto a cuerpo limpio ante nosotros un nuevo continente escénico: el del teatro animado.